TIRADOR DE BELGRANO

El fiscal pide perpetua para Martín Ríos

DyN

El fiscal Carlos Giménez Bauer pidió la pena de prisión perpetua para Martín Ríos, el denominado “tirador de Belgrano”, mientras que su defensa solicitó la absolución por considerar que es inimputable.

Así, las partes expusieron sus alegatos en el juicio a Ríos por el asesinato de Alfredo Marcenac y las heridas causadas a otras personas en balaceras indiscriminadas, y el Tribunal Oral en Criminal 12 pasó a cuarto intermedio hasta mañana a las 9, cuando le dé al acusado la posibilidad de decir sus últimas palabras, para luego dictar el veredicto.

Los alegatos de las partes se centraron en la salud mental de Ríos y las pericias médicas que en su mayoría le diagnosticaron esquizofrenia, y por lo tanto si es imputable o no.

El fiscal pidió la pena máxima de Código Penal para Ríos, a quien consideró culpable de “homicidio agravado por haber sido cometido por placer”, pero solicitó que en caso de ser declarado inimputable pase el resto de su vida internado en un hospital neuropsiquiátrico, ya que, se explicó, las modernas tendencias médicas sobre la esquizofrenia sostienen que no tiene cura.

En tanto, el abogado defensor Augusto Coronel sostuvo que de los 12 peritos que revisaron a Ríos, 10 de ellos opinaron que sufre de esquizofrenia y que por lo tanto no compendió la criminalidad de sus hechos.

“Hoy existe certeza de que Ríos es inimputable”, sentenció. Ríos está acusado de matar el 6 de julio de 2006 en la avenida Cabildo al 1700 a Marcenac, de 18 años, y de herir a seis personas cuando efectuó al menos nueve disparos de manera indiscriminada contra la gente.

Otros hechos

También se lo acusa de otros tres ataques a tiros: contra un colectivo de la línea 67, un tren del ex ferrocarril Mitre mientras circulaba entre las estaciones de Colegiales y Belgrano R, y una confitería de Juramento y Cramer, todos en Belgrano.

En este último hecho fueron heridos Sabrina Sangiao y Mariano García Tejera, cuyos abogados querellantes pidieron hoy que Ríos sea condenado a 20 años de prisión por tentativa de homicidio agravado por placer. Los abogados de la familia Marcenac no efectuaron a tiempo su acusación, por lo que no fueron tenidos por querellantes en la causa y no pudieron pedir ellos mismos penas de prisión por “homicidio”, lo que le quedó exclusivamente reservado al fiscal.

Vestido con un buzo de polar verde claro, jean y zapatillas de lona, Ríos escuchó los alegatos mientras constantemente se balanceaba en la silla, con la cabeza gacha y la mirada al piso y bajo la custodia de un agente del Servicio Penitenciario Federal que al finalizar la audiencia lo esposó y lo retiró de la sala.

Para el fiscal, Ríos “no es esquizofrénico”, pero reconoció que padece un

“trastorno de su personalidad”, una patología bajo la cual probó “los límites de la impunidad de su acción, hasta dónde podía llegar”. “Pero eso no lo hace inimputable”, enfatizó. Giménez Bauer dejó en claro que no creía en los argumentos sobre la inimputabilidad de Ríos, y descalificó los informes que en ese sentido brindaron los peritos, a quienes calificó como “jinetes del apocalipsis”.

La defensa de Ríos sí se basó en los informes periciales y en el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal 7 de San Isidro, que el año pasado lo declaró inimputable en una causa por tenencia ilegal de arma de guerra.

El abogado Coronel sostuvo que “no está en discusión la materialidad de los hechos” pero sí la culpabilidad de Ríos, de quien dijo que tiene la capacidad para entender algunos de sus actos pero no para comprenderlos.

“La mayor parte de los profesionales coincidieron que Martín Ríos tiene una esquizofrenia simple”, dijo el defensor e hizo hincapié en los peritos oficiales.

“No se puede dudar de la imparcialidad de los peritos oficiales”, remarcó el abogado, para quien esas opiniones “hacen irrebatible que se puede considerar que Ríos sea imputable. No tuvo contención familiar adecuada, sufre una adicción a las drogas y tiene problemas de salud mental”, describió el defensor sobre Ríos y consideró que ese cuadro lo llevó a cometer un hecho de “neta reprochabilidad penal pero los estudios indican que no hay culpabilidad porque no entendió la criminalidad de los hechos”.