Opinan padres y psicopedagogas

¿Qué hacer con los chicos en casa?

Armar a los hijos una rutina para el día, acompañarlos en las tareas y compartir actividades recreativas con ellos, son algunas sugerencias. Los chicos deben saber que no se extienden las vacaciones y que deben seguir estudiando en el hogar.

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Redescubrir el patio para jugar un “picadito”, disfrutar del sol y el aire libre.

Foto: Flavio Raina

De la redacción de El Litoral

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Desde el perfil del chat, Julia -una adolescente de 16 años- anuncia a sus contactos: “Estoy aburrida, avisen si hacemos algo”. La gripe A desencadenó en muy poco tiempo la necesidad de un cambio de rutinas ante la suspensión de las actividades que organizan la vida de los chicos y adolescentes, principalmente, la escuela.

Los padres se enfrentan a un mes demoledor: qué hacer con los chicos en casa las 24 horas, con quién dejarlos, cómo frenar las salidas de los adolescentes, y cómo organizar la rutina de estudio sin las maestras cerca.

La primera manifestación es de preocupación ante la expansión de la enfermedad. “Tengo a mis hijos todo el tiempo adentro de casa y, si los saco, no los dejo bajar del auto. Hace 10 días que no ven a sus abuelos -que están engripados- y no sé si este domingo iremos al almuerzo familiar”, dijo Claudia, que tiene tres hijos de 1, 4 y 6 años.

Para esta santafesina, la medida de prevención más efectiva pasa por mantener a los chicos en el hogar. “Están fastidiosos por el encierro y se aburren mucho porque tampoco pueden jugar con amigos. Todos los padres están temerosos de enviarlos a otras casas no sólo por la gripe A, si no porque hay muchos nenes con resfríos y catarros”, comentó. Y señaló que la reorganización del hogar fue complicada porque ambos padres trabajan 8 horas y debieron contratar a una niñera para que cuide a los niños. “Por este mes, hay que tomar conciencia de que todos debemos hacer un cambio de costumbres”, adujo esta mamá.

Un abogado, que también tiene tres hijos, sostuvo que habrá que apelar a la creatividad y al ingenio para que los chicos no se aburran. “Aprovechar los días lindos: ir al parque, remontar barriletes, hacer deportes al aire libre. Dentro de casa, tratar de compartir actividades en familia: juegos de mesa, películas y también la computadora, aunque con límites”, indicó el profesional.

Aseguró que no puede prohibir que su hija de 15 años esté con amigas, aunque la consigna es que no se vea con las que están enfermas ni se quede a dormir en otra casa. Por la noche, “hay que negociar horarios porque los chicos siguen con pilas y los padres tenemos que trabajar al día siguiente”.

Adolescentes y límites

La reclusión obligada de los adolescentes en casa “dejará en evidencia la capacidad de los papás de poner límites”, advirtieron las psicopedagogas Adriana Spangaro y Nora Chautemps.

Guillermo, un profesional que tiene dos hijas de 12 y 14 años, confesó que estos días su hogar “es una batalla campal, con victorias y derrotas”. Sobre el distanciamiento social, dijo que como máximo deja a sus hijas encontrarse con las amigas sanas. “Ni boliches ni pijamas parties”, limitó este padre, que no sabe si dejará ir a la mayor a un cumpleaños de 15.

Sobre las salidas a los lugares bailables, las psicopedagogas llamaron a la reflexión y a la toma de decisión individual al no haberse prohibido la actividad. “Esta es una cuestión de salud, no es un capricho. Hay una pandemia que nos afecta seriamente y se deben tomar medidas sanitarias para proteger a los más vulnerables”, subrayaron. Añadieron que “se pone en juego qué padre puede hacer que su hijo adolescente cumpla con las tareas de la escuela o no salga a los boliches por su propio bien. Poner límites es algo que últimamente se ha depositado en la escuela pero antes lo hacía primero la familia, y después la escuela lo continuaba”.

No son vacaciones

Planificar actividades en función de una rutina es otra de las sugerencias de Spangaro y Chautemps. “Que tengan un tiempo para jugar, otro para hacer la tarea. Los hábitos ayudan a los chicos a ubicarse”, consideraron.

También aconsejaron a los padres hablar sobre la gripe A con sus hijos y explicarles que este período no es de vacaciones si no que deben seguir con el proceso educativo. Consideraron necesario el acompañamiento de los adultos en las tareas. “Que los niños y jóvenes sepan que no están de vacaciones, que son dos semanas con otra modalidad de trabajo educativo, que implica una nueva forma de vínculo entre la escuela y la familia, y que requiere de un seguimiento firme por parte de los adultos”, apuntaron.

 

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Redescubrir el patio

Georgina Cánaves conoce de cerca el mundo de los chicos. Es docente y desde hace años se desempeña como responsable de Ideas, donde se comercializan recursos didácticos. Ante esta contingencia propone “redescubrir el patio de casa e incentivar a los niños a inventar juegos al aire libre que impliquen alejarse de las pantallas y poner el cuerpo en acción”.

En el patio los niños pueden realizar actividades físicas espontáneas y libres, como correr, saltar, perseguirse, jugar con pelotas, moverse, conectarse con la tierra y las plantas, buscar insectos y disfrutar del entorno.

“Percibimos mucha preocupación por parte de los padres por la gripe A. Pero vemos que la pandemia puede ser una oportunidad de que padres e hijos pasen más tiempo juntos, compartan lenguajes y actividades para hacer con las manos (como dibujos, cortar y pegar)”, dijo Cánaves.

Señaló que es difícil dar recetas generales sobre qué actividades hacer con los niños porque siempre hay que “contextualizar”: qué materiales dispone una familia, el espacio que hay en la casa, quién cuida a los niños, qué le interesa a cada chico. “Podemos decir que hay que aguzar el ingenio y pensar nuevas maneras de disfrutar el tiempo libre”, cerró.