Funerales de Estado para los dos guardias civiles muertos en el ataque de ayer
España en alerta tras atentados de
ETA en sus 50 años de existencia
Miles de españoles condenaron hoy en silencio la violencia de la organización separatista vasca.
AFP-EFE-Télam
Las fuerzas de seguridad seguían en alerta hoy en España tras los dos últimos atentados de ETA, cuando se cumplen 50 años de la existencia de la organización, mientras los dos guardias civiles muertos ayer eran despedidos en un funeral de Estado.
Los guardias civiles Diego Salvá y Carlos Sáenz de Tejada, de 27 y 28 años, murieron ayer al estallar su coche junto a una casa cuartel en Palmanova, cerca de Palma de Mallorca, capital de Mallorca, la principal de las islas Baleares.
Ambos fueron despedidos en la catedral de Palma de Mallorca en un funeral de Estado encabezado por el príncipe Felipe, heredero de la Corona, su esposa, Letizia, y las infantas Elena y Cristina, hijas de los Reyes.
El atentado, atribuido a ETA, se produjo un día después de que una furgoneta bomba estallara en la ciudad de Burgos (norte) frente a una casa cuartel de la Guardia Civil e hiriera a 64 personas.
Precisamente hoy se cumplen 50 años de la existencia de ETA, en los que ha matado a 828 personas en su lucha por conseguir la independencia del País Vasco (norte).
La Guardia Civil es objetivo prioritario de ETA, junto con la policía y los militares españoles, los miembros el gobierno regional socialista vasco y miembros de los ayuntamientos, sobre todo.
Zapatero y Rajoy juntos
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, viajó por a la isla en el mismo avión que el líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, para acompañar en la capilla ardiente a los familiares de los dos agentes fallecidos.
La familia real española veranea a unos 8 km del lugar del atentado. Los Reyes de España se encuentran actualmente en visita oficial a la isla portuguesa de Madeira y preveían comenzar sus vacaciones en Mallorca mañana.
Hasta la isla se desplazó el presidente del gobierno regional del País Vasco, el socialista Patxi López, que participaba en un acto de protesta por el atentado frente al ayuntamiento de Palma, además de otros responsables políticos españoles que viajaron a Mallorca.
Mientras, el Ministerio del Interior español mantenía vigente la Operación Jaula, activada ayer para tratar de encontrar a los autores del atentado en la isla y para reforzar la seguridad en todo el país.
En Madrid, en el cuartel general del ejército de Tierra, en pleno centro, una furgoneta de reparto era inspeccionada por un militar antes de entrar en el recinto.
El propio Zapatero indicó ayer que dio “instrucciones a las fuerzas de seguridad del Estado para que extremen al máximo la vigilancia” y “se protejan de estos viles asesinos”.
El aeropuerto de Mallorca, una isla muy turística que el año pasado recibió a 22,8 millones de visitantes, estuvo cerrado ayer dos horas y las salidas de los puertos marítimos se prohibieron.
Hoy, los puertos estaban abiertos pero el tráfico estaba restringido “por medidas de seguridad”, indicaron las autoridades portuarias.
ETA reanudó los atentados hace dos años después de una tregua de 15 meses, y desde entonces ha matado a nueve personas.
En ese tiempo, la policía francesa y la española han detenido a cuatro de sus dirigentes y a decenas de miembros de la organización, cada vez más jóvenes e inexperimentados, según la policía, y alejados de miembros veteranos en la cárcel, que apoyan el fin de la violencia.
Repulsa en silencio
Miles de ciudadanos expresaban hoy en silencio su repulsa al terrorismo de la organización armada ETA.
Los ayuntamientos de los municipios españoles se convirtieron en el escenario de condena de la violencia de ETA.
Los agentes de la Guardia Civil fueron protagonistas de buena parte de las concentraciones que tuvieron lugar a mediodía en toda la geografía española, a las que acudieron numerosos agentes para solidarizarse con las familias de sus dos compañeros asesinados.
El Ayuntamiento de Palma de Mallorca fue uno de los escenarios que reunió a representantes políticos y ciudadanos anónimos en una concentración silenciosa que se cerró con una intensa ovación en homenaje a los agentes asesinados.
Unas muestras de condena que se extendieron de norte a sur del país y que en las próximas horas volverán a repetirse en ciudades como Madrid, Bilbao, San Sebastián y Pamplona con concentraciones silenciosas.