En Afganistán se eligió un nuevo presidente

Cerraron los centros de votación

afganos tras jornada con 26 muertos

La insurgencia talibán cometió numerosos ataques que, sin embargo, no lograron perturbar del todo el acto electoral.

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EFE-AFP-Télam

Los colegios electorales afganos cerraron hoy sus puertas a las 16 locales tras nueve horas de votación en las que se registraron episodios de violencia en diferentes puntos del país que acabaron con la vida de al menos 26 personas, la mayoría supuestos insurgentes.

Según lo previsto por la Comisión Electoral, las urnas abrieron a las 7 local para que los aproximadamente 17 millones de afganos registrados pudieran votar a sus candidatos a la presidencia y a los concejos provinciales.

La insurgencia talibán había llamado a boicotear los comicios de hoy y durante la jornada electoral se registraron sucesos violentos en la capital, el norte (habitualmente tranquilo), el sur y el este afganos.

El más grave tuvo lugar por la mañana en el distrito de Jadeed, situado en la provincia norteña de Baghlan, donde un grupo de insurgentes atacó un puesto de las fuerzas de seguridad y mató a un jefe policial y causó heridas a otros dos agentes.

El portavoz de la Policía provincial, Jawid Basharat, explicó que las fuerzas afganas respondieron al ataque y acabaron con la vida de 21 supuestos talibanes y dejaron heridos a otros 22.

También en el norte, en la ciudad norteña de Kunduz, capital de la provincia homónima, dos misiles impactaron esta mañana cerca de un colegio electoral sin que se registraran víctimas.

La explosión de una bomba destruyó además un cuartel policial en la vecina provincia de Takhar, donde dos presuntos terroristas suicidas que intentaron irrumpir en un colegio electoral fueron arrestados, según fuentes policiales.

Algo similar sucedió en la capital de la provincia sudoriental de Paktia, Gardez, aunque esta vez las fuerzas de seguridad abatieron a un presunto suicida que pretendía entrar en un centro de voto, según dijo al canal Tolo TV un portavoz del Ministerio de Defensa.

También según las autoridades, en las afueras de la ciudad meridional de Kandahar, uno de los feudos talibanes, cayeron dos misiles.

Soldado muerto

En el este de Afganistán, la Otan informó de la muerte de un soldado estadounidense bajo su mando por un ataque de mortero, sin concretar en qué provincia.

Y en Kabul, al menos dos hombres murieron en un tiroteo con las fuerzas de seguridad en el barrio de Kort e Naw, dijo una fuente policial.

Un portavoz talibán, Zabiullah Mujahid, aseguró en un comunicado que los insurgentes atacaron durante la jornada al menos 16 colegios electorales, algo que no ha sido confirmado por las autoridades.

Durante las horas de votación, un portavoz de la misión de la ONU en Afganistán (Unama), Aleem Siddique, declaró que “las elecciones están siendo pacíficas, aunque con los intentos esperados de los talibanes para interrumpir el proceso”.

El portavoz añadió que una “vasta mayoría” de los colegios abrieron durante la jornada electoral, aunque ninguna fuente oficial ha precisado en cuántos de los 6.500 centros de voto previstos se pudieron depositar las papeletas.

Un diplomático occidental que pidió el anonimato señaló sin embargo que la participación era muy baja en el sur, la región donde los talibanes tienen mayor influencia, con oficinas de voto “relativamente vacías”.

Unos 17 millones de ciudadanos votaron hoy para elegir a su presidente y a sus representantes en los consejos provinciales.

Casi 300.000 efectivos (200.000 policías y soldados afganos y 100.000 militares internacionales) fueron movilizados para garantizar la seguridad de esta consulta, en la que los afganos eligen presidente por segunda vez en su historia.

“Pido a mis queridos compatriotas que salgan y emitan su voto para decidir su futuro”, dijo el presidente saliente, Hamid Karzai, al poner su papeleta en la urna.

Posible segunda vuelta

Karzai, instalado en el poder en 2001 por la coalición internacional que derrocó al régimen talibán y electo en 2004, espera ser reelecto hoy, pero las encuestas anticipan una posible segunda vuelta contra su ex ministro de Relaciones Exteriores Abdulá Abdulá, dentro de seis semanas.

Los talibanes consideran la votación una “patraña orquestada por Estados Unidos”.

En un país devastado por más de 30 años de guerra o de guerra civil y con tradiciones poco democráticas, varias irregularidades como la compra de voto, las manipulaciones del padrón electoral o diversas presiones amenazan la credibilidad de la votación.

Veedores internacionales predijeron que la elección -apenas los segundos comicios directos de la historia del país- no será perfecta, pero se mostraron confiados en que los afganos aceptarán la legitimidad de la votación, algo clave en la nueva estrategia para el país del presidente estadounidense, Barak Obama.

Cerraron los centros de votación afganos tras jornada con 26 muertos

Varios afganos muestran sus tarjetas de votante mientras esperan para poder ejercer su derecho al sufragio en un colegio electoral en Spin Boldak. La insurgencia talibán pidió el boicot a las elecciones.

Foto: AGENCIA EFE

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Una mujer muestra su tarjeta de votante y su índice entintado tras ejercer su derecho al voto en un colegio electoral de Kabul.

Foto: AGENCIA EFE

Orgullosos y desafiantes

Al salir del colegio electoral del centro de Kabul, Ramin, uno de los primeros afganos en votar esta mañana, levantó su dedo manchado de tinta y exclamó orgulloso: “He votado”. “Estoy orgulloso de mi dedo”, dijo este guardia de seguridad de 27 años. “Es el símbolo de un gran día para Afganistán”, agrega.

“Me dan igual los talibanes y sus amenazas. ¿Quién se han creído que son? Tenemos un gobierno, policía, ejército, infraestructuras de un Estado funcional. Los talibanes no hacen más que hablar”, asegura.

Ramin era una de las 20 personas que empezaron a hacer cola frente a la escuela Abdul Hadi Dawi antes de las 7 para votar pese a los temores de ataques de los insurgentes talibanes.

Cerca de él, Omar, afirmó que quería usar su voto para dotar a su empobrecido y corrupto país de un liderazgo honesto.

“Quiero a alguien que sea fuerte, que trabaje por el desarrollo de la economía, construir las carreteras y las escuelas, hacer de la educación una prioridad, aniquilar la corrupción”, dijo Omar, de 60 años, que como mucho afganos sólo utiliza un nombre.

Cuando abrieron las puertas a las siete en punto, la cola avanzó lentamente y los votantes se sometieron a los cacheos de los guardias de seguridad antes de abrirse camino hacia salas separadas distribuidas como colegios electorales para hombres y mujeres.

Babi Haji, de 44 años, esperaba pacientemente a la puerta de una sala de votación. Haji conoció los horrores de la represión y años de guerra civil que parecieron interminables hasta la invasión de 2001 liderada por Estados Unidos que derrocó a los talibanes, explica.

“Perdí un brazo hace 11 años cuando el coche en el que estaba pasó por una mina”, afirma. “Ahora quiero que mis hijos estén bien alimentados y a salvo. Por eso he venido a elegir a un presidente que nos aporte a todos un futuro seguro”.