alumnos de tres escuelas aprenden a tocar esos instrumentos /// En imágenes
alumnos de tres escuelas aprenden a tocar esos instrumentos /// En imágenes
Violines y cellos: los acordes
forman parte del ritmo escolar
Un proyecto municipal tiene como objetivo generar espacios de integración social a partir del arte como herramienta educativa. Son instrumentos de progreso lento, pero el entusiasmo de los chicos y el aprendizaje de valores recompensan el esfuerzo.
Mariela Goy
Cuando al terminar un ensayo, Axel -de 11 años- se puso solito a sacar melodías a su violoncello, la profesora lo observó con el pecho henchido de orgullo. “Son instrumentos de progreso lento, muy difíciles aprender, pero lo están haciendo... están tocando”, dijeron Alina y Lucía, docentes contratadas por la Municipalidad para dar clases de cello y violín en la escuela Gálvez, dentro del Proyecto SOS Música.
Esa institución escolar fue la primera en entrar al programa que comenzó en 2007 y que tiene como objetivo final la creación de orquestas infanto-juveniles en diferentes barrios de la ciudad. El año pasado se sumó la escuela Falucho y este mes lo hizo la primaria Malvinas Argentinas que vivió un lanzamiento increíble, a puro ritmo ejecutado por pequeñas y talentosas manos.
Las actividades artísticas dentro de estas escuelas ubicadas en barrios periféricos no sólo otorgan a los chicos la oportunidad de aprender gratis a tocar un instrumento de alto vuelo. También colaboran en lo educativo, captando el interés de aquellos alumnos con dificultades académicas o problemas de disciplina, y fomentando valores humanos.
Gustavo Nardi, coordinador de SOS Música, explicó que el programa nació dependiente de la Universidad Nacional del Litoral, pero luego pasó a la órbita de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad. “El propósito fundamental es de carácter social. Utilizamos la música como vehículo para trabajar y llegar a los chicos. A través del arte, les transmitimos el tema de la disciplina y de la autoconfianza, para poder enfrentarse al público en un futuro”, explicó.
El municipio lleva repartidos unos 70 violines y 16 violoncellos entre las 3 escuelas seleccionadas, a la vez que afronta el costo de los profesores.
A contraturno del horario escolar, se dictan los talleres 2 veces por semana en grupos reducidos. Los alumnos tienen una clase aparte con nociones básicas de teoría musical para poder leer las partituras. Y, en cuanto se notan los primeros avances, se empieza a trabajar en el armado de una orquesta, comenzando a preparar obras fáciles para hacer las primeras presentaciones frente a sus compañeros.
“Ya sabemos tocar “My Song’, “Fantasía’ y la canción de Titanic”, contaron Ayelén, Daiana, Johana y Lucas, alumnos de la escuela Gálvez, en un descanso que se tomaron en medio del ensayo. “Tenés que saber leer y escribir las notas. Es difícil, pero cuando empezás a aprender se vuelve más fácil”, aseguraron los chicos.
Una oportunidad
Desde el pasillo central se escuchaba una mezcla de melodías y acordes desafinados. Pero eso era lo de menos. El entusiasmo de los chicos y el orgullo de las mamás que miraban emocionadas desde la puerta, dan por cumplida la misión del proyecto. “Ver a mi hijo tocando el violoncello es un orgullo y una oportunidad única porque no tengo posibilidad de pagarle clases de música”, dijo Griselda, una de las tantas mamás que observaban el ensayo.
“Este proyecto lo que hace es rescatar esas perlitas que están perdidas por las causas que todos conocemos: marginalidad, pobreza, lejanía de los centros culturales”, consideró Alina Almada, profesora de cello, que dice haber encontrado alumnos “con un oído y una postura muy naturales, como si hubiesen tocado desde siempre”.
Otro de los objetivos de SOS Música es facilitar el camino de los alumnos que demuestren vocación, interés y condiciones especiales para continuar sus estudios en un centro oficial como el Liceo Municipal o la Escuela Provincial de Música.
Disciplina y respeto
Cuestiones como la puntualidad, asistencia, comportamiento y respeto al grupo son trabajados en los talleres. “Con el tiempo, se nota un cambio en la conducta de los chicos, porque fomentamos que hagan silencio mientras toca el otro, que respeten lo que el otro hace, que no le hagan burlas si se equivoca”, explicó Lucía Orihuela, docente de violín.
Esos avances son comentados por las maestras de clases. “Nos dicen que algunos chicos mejoraron su conducta y atención en el aula y que respetan más a sus compañeros. Por ejemplo, teníamos el caso de un nene con problemas de disciplina y aprendizaje y para nosotros ese chico era un valor, excelente en los talleres”, sostuvo la profesora.
Si los alumnos avanzan y muestran real interés por la música, la recompensa es poder llevar los instrumentos a sus hogares. Así se fomenta la responsabilidad y el cuidado de los violines y cellos.
“Creo que lo que se hace en algún momento de la vida, en otro momento, más adelante, florece”, dijo Alina, como resumen de esta experiencia única.
Se sumó otra escuela
Desde este mes, el Proyecto SOS Música se desarrolla en una nueva institución educativa: la escuela Malvinas Argentinas, ubicada en Regimiento 12 de Infantería y Azopardo. El acto lanzamiento contó con la actuación de las orquestas juveniles de las escuelas Falucho y Gálvez. Por cada institución asisten entre 35 y 50 alumnos a los talleres.
Foto: Néstor Gallegos
Se premia la constancia
Los instrumentos se ceden a cada una de las tres escuelas para que los chicos, en un principio, comiencen a tomar las clases. En función del rendimiento y la actitud que tienen, se los premia permitiéndoles llevar los violines y cellos a sus casas. Los talleres son abiertos para los alumnos de entre 8 y 15 años que quieran anotarse.
Foto: Néstor Gallegos
/// EL DATO
Arte y comunidad.
SOS Música está contenido en el Programa Arte y Comunidad. Se trata de una acción enmarcada dentro de las políticas de gestión cultural que la Municipalidad lleva adelante con el objeto de democratizar el acceso al conocimiento y a los bienes culturales en términos de construcción de ciudadanía, identidad y convivencia social. El eje sobre el que se sostiene esta iniciativa es la realización de talleres de artísticos, reconociendo las necesidades reales de cada barrio y aunando esfuerzos para afianzar el trabajo en red. Responden a objetivos de carácter pedagógico en donde, de un modo lúdico, se promueve la creación artística.