Secretos de familia
La Genealogía revive fantasmas del pasado
Las pruebas de ADN y otros registros pueden develar información desconocida acerca de los orígenes de una persona o de una familia, que pueden modificar sus creencias o iluminar aspectos del presente.
Genealogía pictórica. Obra de Hugo Lazzarini.
Almudena Serpis
EFE
La ciencia de la Genealogía puede sacar a la luz detalles sorprendentes que nos vinculen con personajes muy conocidos o revelar un oscuro pasado.
Por ejemplo, según descubrió recientemente la organización genealogista “ancestry.com”, la actriz que interpreta a la inseparable amiga hechicera de Harry Potter, Emma Watson, tiene un antepasado que en el siglo XVI fue excomulgado por la Iglesia tras ser acusado de brujería.
Además, “podemos averiguar a qué enfermedades somos propensos, nuestros rasgos físicos o parte de nuestro carácter que no comprendíamos”, dijo a EFE un miembro de la organización genealógica mormona “Family Search” Rodolfo Derbez.
Genealogistas de todo el mundo dedican su tiempo a destapar información sobre lo que hacían nuestros antepasados hace incluso seis siglos, cómo era su ocupación, posibles enfermedades, la religión que profesaban o con quién estaban casados.
Estos datos pueden ser una gran sorpresa, a veces contrarios a creencias que han descendido por largas escaleras generacionales u opuestos a lo que dicta el color de la piel.
Por ejemplo, según explicó a EFE la genealogista Peggy Thompson, una familia estadounidense antirracista y miembro de una organización de defensa de los Derechos Humanos descubrió que sus antepasados estaban involucrados en la trata de esclavos.
Thompson también describió un caso de una familia que tras creer durante generaciones que tenían sangre de indio Cherokee corriendo por sus venas, en realidad provenían de un pueblo de Escocia.
Para respuestas científicas varias empresas llevan a cabo pruebas de ADN, que certifican la procedencia de una persona, desde incluso hace 1.000 años, con sólo enviar una muestra de saliva del interior de la boca, que puede costar de 100 dólares (70 euros) a 700 dólares (500 euros), dependiendo del tipo de test.
Como la línea paternal sólo es identificable a través del cromosoma Y, en el caso de que una mujer quiera realizar uno tendrá que pedir a un familiar masculino que preste su información genética para completar el estudio.
Muchos estadounidenses usan estas pruebas para saber más acerca de un posible origen europeo y, algunos españoles católicos descubren que descienden de judíos que se convirtieron al cristianismo durante la Inquisición, explicó a EFE el presidente de la empresa en línea “Family Tree DNA” que analiza el ADN, Bennett Greenspan.
Huellas del pasado
Los mormones tienen bajo su poder el registro genealógico más grande del mundo, que llevan recolectando durante cientos de años por motivos religiosos, basados en la preservación de la familia y en la creencia de que sus lazos de unión perduran tras la muerte.
La página web de búsqueda de antepasados de los mormones “FamilySearch.org” recibe más de 10 millones de visitas diarias de personas de todos los rincones que buscan indagar sobre su procedencia, muchos con deseos de poder rezar por sus familiares que, según los mormones, antes estaban perdidos en el olvido.
Las huellas del pasado están en todas partes, se pueden encontrar en registros médicos, colegiales, del servicio militar o de propiedades, certificados de nacimiento o de defunción.
También en los periódicos en forma de obituario, anuncio, noticia, bautizo, boda y otra celebración importante.
Según Thompson, es en la edad adulta cuando se despierta este deseo de develar los secretos del pasado.
“Cuando eres joven estás más interesado en lo que ocurre a tu alrededor que en hacer viajes a cementerios, museos o bibliotecas”, afirmó Thompson.
Y sacar a relucir los cadáveres que se esconden en el gran armario familiar puede servir de lección, por muy escabrosos que sean los detalles que se descubran.
“La historia familiar puede cambiar el curso de nuestra vida al ayudarnos a no cometer los mismos errores”, afirmó Derbez.
Cualquiera puede ver crecer su árbol genealógico en la red y acceder a buscadores de tumbas para desenterrar el pasado, pero en ocasiones los registros desaparecieron en guerras y saqueos, y otras los mismos familiares esconden pistas esclarecedoras.
Pero no hay que rendirse, la misión genealógica puede abrirnos los ojos a un pasado muchas veces totalmente desconocido, que como gran aliado del presente, puede ayudarnos a resolver la eternas dudas del ¿quién soy? y ¿de dónde vengo?