EL MARTES 8
“Lo que se ve”, fotografías de
Adriana Lestido en el Rosa
El museo presenta una muestra retrospectiva de la fotógrafa, curada por Gabriel Díaz y Juan Travnik. Antes de la inauguración, la artista dialogará con la ministra de Cultura, Chiqui González.
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
El martes 8, a las 20, en el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, 4 de Enero 1510, quedará inaugurada la muestra retrospectiva “Lo que se ve, fotografías (1979/2007)”, de Adriana Lestido.
Con la curaduría de Gabriel Díaz y Juan Travnik, la exposición está integrada por 163 imágenes que proponen un recorrido cronológico, enlazando los diferentes ensayos fotográficos que la autora realizó a lo largo de su carrera.
En el marco del ciclo de entrevistas en vivo que se realiza en este espacio, la autora dialogará con la ministra de Innovación y Cultura de la provincia, María de los Angeles González, a partir de las 19.
SEMILLAS
El recorrido cronológico asocia los ensayos de la fotógrafa con fotos únicas y textos. Entre las imágenes individuales se encuentran “La salsera” (1992, Gran Premio Adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales 2009), “Casa cuna” (1989) y “Marcha por la vida” (1982), imagen con la que comienza la exposición.
“Marcha por la vida”, tomada en Avellaneda, muestra a una madre y su hija gritando, los puños cerrados en alto, las dos con el pañuelo blanco que simboliza la búsqueda de los desaparecidos. “Ésa es la única foto de mi época como reportera que incorporo en la retrospectiva -cuenta Lestido-. Trabajé en periodismo hasta 1995. Mi trabajo personal siempre fue en paralelo, pero no es periodístico. Incluyo esa foto porque la siento parte de mi trabajo personal. Ahí está la semilla de lo que desarrollé después: una madre, una hija, gritando por el hombre ausente”.
La serie Hospital Infanto-Juvenil (1986-1988) contenía las posibilidades de las siguientes. “Pensaba trabajar sobre distintas situaciones que tuvieran que ver con la maternidad, con madres adolescentes, por ejemplo, y me había enterado de que en las cárceles las mujeres podían estar durante un período con sus hijos. Creía que eso iba a durar un año, dos años. Pero, cuando empecé con madres adolescentes, me di cuenta de que era un tema en sí mismo. De nuevo, eran madres adolescentes, sin hombres y sin familia”.
El trabajo insumió diez años, en cuyo transcurso Lestido desarrolló Madres adolescentes (1988-1990), Mujeres presas (1991-1993) y Madres e hijas (1995-1998). Esta última fue la serie más larga del ciclo, y quizá el contacto más cercano entre la fotógrafa y sus personajes, al punto de compartir viajes. “Las fotos vinieron a partir de la relación personal. En general, trato de entrar en la situación que quiero ver y las fotos se van dando. Con las presas también ocurrió así, pero fue menos tiempo y había una institución de por medio. En la cárcel había gente que me apoyaba y había también mucha resistencia. No entendían por qué tenía que ir tantas veces a hacer fotos, me quitaban el permiso y tenía que volver a gestionarlo. Después de que se publicaron algunas fotos, no pude volver a entrar”.
Madres e hijas puede ser vista también como una transición hacia los últimos ensayos, en que los paisajes adquieren mayor visibilidad y la relación con el referente es indirecta, incluso enigmática. “En todos mis trabajos me había propuesto mirar algo concreto con su tiempo de desarrollo. En El amor (1992-2005) fue al revés; es la serie más personal, tenía que ver con mi relación afectiva y yo hacía fotos en viajes, sin ninguna intención. Con el tiempo me percaté de que había algo detrás y empecé a trabajar con las fotos que iba haciendo; pero primero vinieron las imágenes y después se armó la serie”.
El recorrido concluye con Villa Gesell (2005). “Como en la anterior, no me propuse hacer una serie. Estuve viviendo un año en una cabaña en Gesell y en ese tiempo hice fotos sin ninguna intención. Después, sentí que era como el epílogo de la serie anterior”.