Duro discurso del presidente de Estados Unidos
Enérgica exhortación de Obama al
Congreso a aprobar reforma sanitaria
Un republicano lo acusó de “mentiroso” durante el discurso, cuando el presidente aseguró que la reforma no beneficiará a los cerca de 12 millones de inmigrantes ilegales que viven en EE.UU.
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Télam-AFP-EFE
El presidente Barack Obama advirtió al Congreso que muchos estadounidenses morirán si no aprueba rápido una reforma del sistema de salud, en un firme llamado a la acción en medio de crecientes división y escepticismo en torno al tema prioritario de su agenda política interna.
Obama dirigió su advertencia en especial a los republicanos, y dijo que no perderá tiempo en buscar un consenso con aquellos de entre la oposición dedicados a frustrar sus planes de reforma sólo para minar el caudal político de su presidencia a apenas ocho meses de llegar al cargo.
Sin una reforma, “más estadounidenses perderán su cobertura (...) y muchos morirán como resultado. No perderé el tiempo con aquellos que calculan que es mejor matar este plan que mejorarlo. No aceptaré el status quo como solución. No esta vez. No ahora”, dijo Obama en un discurso ante ambas cámaras del Congreso.
El presidente habló a favor de que la reforma permita al Estado ingresar al mercado de la salud y ofrecer una cobertura que compita con la de las prepagas, tal como exigen los sectores más progresistas de su Partido Demócrata, aunque se declaró abierto a otras propuestas que creen alternativas para los estadounidenses.
“Usted miente”
En un inusual exabrupto proveniente del sector republicano, el representante de Carolina del Sur Joe Wilson gritó “usted miente” cuando Obama dijo que la reforma no beneficiará a los cerca de 12 millones de inmigrantes ilegales que viven en Estados Unidos.
Desconcertado por un instante, el presidente estadounidense interrumpió su discurso un momento antes de proseguir, mientras en la balconada de la Cámara de Representantes la primera dama, Michelle Obama, movía la cabeza de un lado para otro en señal de reprobación.
El presidente dijo que Estados Unidos es “la única democracia avanzada, la única nación rica” que permite que “más de 30 millones” de ciudadanos no tengan ninguna cobertura médica y dijo que está “decidido” a lograr una reforma del sistema. “No soy el primer presidente que acomete esta causa, pero estoy decidido a ser el último”, dijo Obama, citado por la cadena CNN.
La alocución llegó luego de un receso de verano muy negativo para los planes del presidente y sus aliados y un día después de la reanudación de las sesiones legislativas.
“Socialista”
Luego de que la oposición republicana lo acusara durante las vacaciones de impulsar una iniciativa “socialista”, Obama dijo que “el tiempo de la disputa se acabó”.
“El tiempo de los juegos ya pasó. Este es el momento de la acción, ahora es tiempo de encargarse del cuidado de la salud”, declaró Obama en una Cámara de Representantes repleta.
En una señal de la urgencia que reclama Obama, la Comisión de Finanzas del Senado anunció que la semana próxima se reunirá para comenzar a elaborar un proyecto de ley, haya o no para entonces un consenso entre sus miembros demócratas y republicanos.
La comisión es la última de cuatro que debe aprobar un proyecto antes de ser elevado a consideración del Congreso, y aunque es incierto el resultado de su actuación, es la única de donde aún puede surgir el enfoque bipartidista que favorece Obama.
Aunque los demócratas controlan ambas cámaras del Congreso, las mayorías no fueron suficientes para hacer avanzar la prioridad de la agenda político nacional de Obama ni en la Cámara de Representantes ni en el Senado, donde se incumplieron numerosos plazos que los líderes demócratas se habían fijado a sí mismos.
En un reflejo de todo lo que está en juego, la Casa Blanca apeló a toda la pompa tradicional posible para un presidente que llegó al poder con la promesa de cambiar a Washington.
El lugar elegido para el discurso fue el Congreso, donde Obama se aseguró el acostumbrado lleno total y los aplausos cuando ingresó en la Cámara Baja para dar su alocución. El presidente alternó llamados al bipartidismo y críticas a la oposición. En un punto, elogió una iniciativa del senador John McCain, su rival en las elecciones presidenciales.
Pero después acusó a los republicanos de haber hecho acusaciones “cínicas e irresponsables” de que la ley incluiría “paneles de la muerte” con poder para acelerar la muerte de ancianos enfermos.
El objetivo del discurso era claro: imponer autoridad en un debate que se le escapó de las manos a Obama en las últimas semanas.
En una respuesta en nombre de los republicanos, el representante de Louisiana Charles Boustany, dijo que el país quiere que Obama instruya a los líderes demócratas del Congreso que “es tiempo de comenzar de nuevo con un plan de sentido común y bipartidista centrado en rebajar los costos del sistema y mejorar su calidad”. “Reemplazar a su actual cobertura médica con una cobertura administrada por el gobierno no es la solución”, dijo Boustany, un cirujano cardiovascular.
Polémica “opción pública”
La llamada “opción pública” es la parte más polémica del plan de Obama. Los demócratas más progresistas la defienden a ultranza, pero los republicanos y demócratas conservadores la rechazan.
Los críticos de la opción pública dicen que es una iniciativa “socialista” que condenará a muerte a las prepagas, porque serán incapaces de competir con el Estado.
En su mayor prueba de liderazgo, el presidente estadounidense, Barack Obama, planteó al Congreso, en el Capitolio en Washington D.C., la urgencia de una reforma sanitaria para los norteamericanos.
Foto: AGENCIA AFP
Costosa salud
Los estadounidenses no están obligados por ley a nivel nacional a contar con un seguro médico. Son las empresas las que pagan la cobertura privada junto con los trabajadores. En promedio, el costo de un seguro médico para una familia de cuatro miembros es de unos 13.000 dólares al año, 30% del cual normalmente asume el propio trabajador. En términos de esperanza de vida, Estados Unidos ocupa el puesto número 25 de los 30 países de la Ocde (78,1 años de media para hombres y mujeres).
Las primas de seguro privado (el gasto de cada hogar) ascendieron 6% en 2007. El 12% de los gastos sanitarios lo pagan los estadounidenses de su propio bolsillo, según cálculos de la Secretaría de Salud.