Brasil escapa de la crisis global

“La agroindustria fue el gran motor para recuperar nuestras exportaciones”

Es lo que planteó Alessandro Texeira, presidente de la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones (Apex), que habló con El Litoral en Expointer 2009. Se estima que el PBI de Brasil va a crecer a un ritmo del 5 % durante los próximos dos años.

Gastón Neffen

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Enviado especial

Hace seis meses, los referentes de la agroindustria brasileña tenían un discurso común para enfrentar la crisis global. Decían que se trataba de una “turbulencia transitoria” y aseguraban que se iban a recuperar rápidamente. El más optimista de todos era el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que en su programa semanal de radio, “Desayuno con el presidente”, arriesgaba: “Estoy convencido de que seremos los primeros en salir de la crisis”.

Para Brasil, la etapa más complicada fue el último trimestre del 2008 y los primeros meses del 2009. La economía técnicamente entró en recesión (se contrajo más de un 3 % el PBI) y perdieron 800.000 empleos. En ese contexto, Lula da Silva argumentaba: “Veo a Estados Unidos, Europa y Japón en el peor de los mundos: con recesión y llenos de problemas. Pero no me voy a sentar arriba del dinero para no gastar por las dudas”.

Parece que la receta funcionó. Las estadísticas de Brasil ahora están en franco crecimiento y con un claro liderazgo de las exportaciones agroindustriales —especialmente los commodities— que se dispararon a partir de junio. Sólo en ese mes facturaron 7.300 millones de dólares y es su segundo récord histórico.

Los países asiáticos les compraron más soja (un 27,1 % más) y se están consolidando como el principal mercado para los productos agrícolas brasileños (superando a la Unión Europea). Pero también creció fuerte el competitivo sector del azúcar y el etanol (un 21 %), que ellos vienen desarrollando desde hace más de cuatro décadas.

El otro dato esencial es que Brasil redujo un 9,6 % sus importaciones agrícolas. En parte, esto se debe a las fuertes inversiones que están realizando para producir más alimentos. Ése es justamente el nombre de la línea de crédito (Mais Alimentos) que amortiguó la caída en las exportaciones de maquinaria agrícola y revolucionó el mercado interno (ver recuadro).

El contraste con el gobierno de Cristina Fernández es significativo. Mientras Brasil estimuló a su competitivo sector agroindustrial para “aguantar” el viento en contra, la Argentina quedó “enredada” en el interminable conflicto con el campo, que sumó mucho lastre a un escenario económico difícil y a la peor sequía de la que se tienen registros.

Con esta estrategia, que también incluyó al sector industrial y de servicios, en el primer semestre del 2009, Brasil logró frenar el leve aumento en los índices de desocupación y se crearon 300.000 puestos de trabajo. Además, el PBI se recuperó y subió casi un 2 % (segundo trimestre de 2009). En julio, sus reservas internacionales llegaron a su punto más alto al alcanzar los 209.600 millones de dólares. Y hasta tuvieron margen para concretar un gesto que en América Latina tiene un fuerte peso simbólico. Le prestaron 4.500 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional.

Asia y América Latina

En Expointer 2009, la megamuestra de la agroindustria brasileña que se realizó la semana pasada en Porto Alegre, El Litoral entrevistó —junto a un grupo de periodistas de Chile, Bolivia, Perú, Colombia y Panamá— al presidente de la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones (Apex), Alessandro Texeira. Es el hombre que planifica las estrategias para “vender” los productos brasileños en los principales mercados del mundo.

Brasil tiene una meta clara: quiere ser la quinta economía global (hoy es la octava según el Banco Mundial). Texeira, que es máster en Economía y doctor en Competitividad Tecnológica e Industrial (Universidad de Sussex, Inglaterra) explicó que para alcanzar ese objetivo, necesitan fortalecer el Mercado Común de América Latina.

También dijo que la cadena agroindustrial jugó un rol clave para sostener la economía —en los meses más complicados de la recesión—, afirmada en la constante demanda alimentaria de los países asiáticos.

— ¿Las ventas globales brasileñas siguen afectadas por la crisis global?

— En realidad, el sector agroindustrial fue el motor de la recuperación de las exportaciones de Brasil, que amplió considerablemente su oferta de productos. Es una realidad de América del Sur, no sólo de Brasil. La clave es China. Un país que ahora tiene una importancia mucho más grande que la que tenía en el pasado. Allí, la economía continúa creciendo a un 8 ó 7,5 %, a pesar de la recesión y necesitan comprar commodities y alimentos. Además, Europa del Este, Asia, África y algunos países de América Latina son conscientes de la relevancia de desarrollar una industria de alimentos (por la soberanía, la seguridad alimentaria y el control de la inflación) y se están convirtiendo en un mercado muy interesante para nuestros fabricantes de maquinaria agrícola.

— ¿El crecimiento de Brasil se relaciona con el del resto del continente?

— Sí. Uno de los desafíos para América del Sur es incorporar más personas al mundo del consumo. Necesitamos más gente “comprando” para que crezcan nuestros mercados internos. Más personas que puedan ejercer sus derechos ciudadanos. Hay que fortalecer el mercado interno sudamericano y tenemos que hacerlo incluso mejor que la Comunidad Económica Europea. Hace algunos años, en Brasil el 42 por ciento de la población estaba bajo la línea de pobreza. Ahora, en cambio, más de la mitad de la gente forma parte de la clase media y tiene posibilidades de consumo. En una economía de mercado es fundamental que el consumo crezca.

— ¿Qué papel tiene que jugar Brasil en este proceso convergente?

— Un papel muy importante. Los argentinos nos cargan: “O mais grandes do mundo”. Es cierto somos el país de mayor escala de esta región. Tenemos un papel fundamental. Nuestras estadísticas económicas son completamente diferentes a las de Panamá, Chile o Argentina. En Brasil viven casi 200 millones de personas.

— ¿Qué ventajas competitivas tiene Brasil?

— Tenemos una musculatura económica muy sólida por el peso del mercado interno. Brasil no depende sólo de las exportaciones. Además, el crecimiento de la industria tecnológica es avanzado, ya es un proceso maduro de innovación y desarrollo técnico. Y se utilizó la capacidad de la agricultura brasileña para desarrollar nuevos productos. Si un país quiere comprar un producto de calidad con precio accesible, Brasil es la mejor opción. Tiene una agricultura moderna y con calidad.

— Argentina y Brasil compiten en muchos productos agroindustriales, ¿es importante acordar estrategias comunes para no perjudicarnos?

— Yo pienso que Brasil y la Argentina compiten cada vez menos. Lo más relevantes es acordar políticas de convergencia. Con la Argentina, tenemos un trabajo muy fuerte para prosperar y exportar. Mi relación con Beatriz Nofal, presidenta de la Agencia Nacional para el Desarrollo de las Inversiones, y Marcelo Elizondo (Fundación Export.Ar) es excelente. Trabajamos siempre juntos. Hace seis meses fuimos como bloque regional a la feria más importante de importaciones de Europa. Siempre hago un chiste con ellos. ¿Cuál es el mejor vino de América Latina? Chile. ¿Cuál es la mejor carne? Argentina o Uruguay. ¿Cuál es el mejor fútbol?

— Y... el brasileño... (risas)

— Hay que comprender que ése no es el punto. Lo importante es que la carne sudamericana sea la más sabrosa, el vino de América Latina el más reconocido, y que también tengamos el mejor fútbol. No importa si un año gana Argentina o Brasil, o tal vez un día Colombia. Lo que tenemos que evitar es que ganen Alemania, Italia o Francia.

Las estadísticas de Brasil ahora están en franco crecimiento y con un claro liderazgo de las exportaciones agroindustriales —especialmente los comModities— que se dispararon a partir de junio.

los 10 commodities claves de brasil

“La agroindustria fue el gran motor  para recuperar nuestras exportaciones”

AZÚCAR

Son los primeros productores mundiales con casi 550 millones de toneladas. Superan con margen a la India (355 millones), China (106 millones) y Tailandia (64 millones). La Argentina araña las 20 millones de toneladas anuales.

CAFÉ

Brasil lidera la producción mundial con más 2,2 millones de toneladas. Es lo mismo que suma la producción conjunta de sus tres competidores más fuertes: Vietnam, Colombia e Indonesia.

CARNE VACUNA

El rodeo brasileño supera las 200 millones de cabezas (la Argentina tiene entre 50 y 55 millones). Además, son los primeros exportadores mundiales de cortes bovinos y son los segundos productores (detrás de Estados Unidos).

SOJA

Más de 60 millones de toneladas cada año. Están segundos en el ranking global (Estados Unidos está primero y la Argentina tercera).

MAÍZ

Cosechan más de 50 millones de toneladas (la Argentina un poco más de 20 millones, en un año sin sequía). Están terceros, detrás de Estados Unidos y China.

TRIGO

Apenas superan las 4 millones de toneladas y no son autosuficientes.

En los últimos años eran los principales compradores del excedente exportable argentino.

ARROZ

Más de 11 millones de toneladas, pero no les alcanza por su alto consumo per cápita (entre 45 y 50 kilos anuales por habitante). El 61 por ciento lo cosechan en Rio Grande do Sul. La Argentina produce un poco más de un millón de toneladas, pero la gente consume mucho menos (6 kilos por habitante).

POLLO

Están terceros en el ranking de producción con 9.300.000 toneladas.

La Argentina produce un poco más de un millón de toneladas.

LECHE

Son los sextos productores mundiales (casi 27 millones de litros anuales). Pero suelen tener dificultades para abastecer su enorme mercado interno.

Los tambos argentinos generan 10,5 millones de litros.

CARNE DE CERDO

Son los octavos productores mundiales con más de 2 millones de toneladas anuales. China lidera el ranking al procesar 44 millones de toneladas de carne porcina.

Fuente: FAO, 2007.


Mais Alimentos

El junio del 2008, el gobierno brasileño lanzó una línea de crédito para responder a la crisis global y aumentar la producción de granos, carne, leche, verduras y frutas. El programa —que aún sigue vigente— se llama Mais Alimentos y fue clave para compensar la caída en las exportaciones de maquinaria agrícola (superior al 30 por ciento) con una explosión de ventas en el mercado interno.

La financiación para los productores brasileños es más que favorable. El gobierno les presta 50.000 dólares para comprar un tractor, una sembradora u algún otro implemento agrícola. Los primeros tres años no pagan un solo real. Después tienen diez años para pagar el costo del equipo con una tasa de interés del 2 %.

En Expointer, el presidente del Sindicato de Maquinaria Agrícola de Río Grande do Sul (Simers), Claudio Affonso Amoretti Bier, entidad que representa a las fábricas que producen 63 % por ciento de los equipos agrícolas que hace Brasil, le dijo a El Litoral: “El programa se aplicó en el momento justo y salvó a la industria de maquinaria agrícola, en un contexto muy difícil de crisis global”. La mitad de las operaciones de venta de maquinaria se realizaron con los créditos de Mais Alimentos. En el caso de los tractores, la cifra superó el 70 por ciento.

Mientras Brasil estimuló a su competitivo sector agroindustrial para “aguantar” el viento en contra, la Argentina quedó “enredada” en el interminable conflicto con el campo.

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“Nuestro país tiene una musculatura económica muy sólida por el peso del mercado interno, no depende sólo de las exportaciones”.

Alessandro Texeira

Presidente de Apex

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“El programa Mais Alimentos se aplicó en el momento justo y salvó a la industria de maquinaria agrícola, en un contexto muy difícil”.

Claudio Affonso Amoretti Bier

Presidente de Simers

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Brasil ocupa casi la mitad de América del Sur (47,9%). Son 8,5 millones de km cuadrados (3,6 forman parte de la selva amazónica).

Su población es de 198 millones de habitantes. Es el quinto país más poblado del mundo.

Según las estadísticas del Banco Mundial, Brasil es la economía más grande de América Latina, la segunda del continente (detrás de Estados Unidos) y la octava del mundo.

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Mercado estratégico. Este año, los brasileños aumentaron un 27,1 % sus ventas de soja a los países asiáticos, sobre todo a China. En la foto el puerto de Paranaguá (Estado de Paraná). Foto: AFP

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Muchos reales. En Expointer 2009, los empresarios y productores de Brasil acordaron negocios por más de 500 millones de dólares. Esta cifra triplica el volumen de ventas que se suele alcanzar en las muestras agroindustriales de la Argentina (Expoagro o Agroactiva). Foto: Campolitoral

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Línea de crédito. El programa Mais Alimentos recompuso las ventas de maquinara agrícola en el mercado interno. En Expointer, Guilherme Cassel, ministro de Desarrollo Agrario de Brasil, entregó los “cheques” para financiar la compra de tractores e implementos agrícolas. Foto: Campolitoral