Al norte del departamento Castellanos
Raquel, con identidad propia
Néstor Fenoglio
“Raquel es una comunidad rural que está afectada por todos los problemas que atañen a la producción agropecuaria. Pero no obstante, merced al esfuerzo, al trabajo y tesón de su gente estamos saliendo adelante. Nuestra comunidad mantiene su identidad y se va consolidando en materia de servicios, porque queremos que nuestra gente viva bien”. Son palabras de Realdo Scándolo, el presidente comunal de este entrañable y bello pueblo de alrededor de 800 habitantes (incluyendo la zona rural, donde la actividad predominante es el tambo) que este año puso en marcha la escuela secundaria. “En estos días, recibimos una importante cantidad de ladrillos, una inversión que ha hecho la cooperadora; después la comuna hará también su aporte para la construcción de nuevas aulas, el tema educación se está cubriendo”.
En el repaso de los servicios de Raquel, Scándolo considera que en el tema salud “estamos próximos a terminar un nuevo centro de salud, que se construye con personal y fondos de la comuna, consultorio médico, odontológico, enfermería”.
Recuerda además que en el aspecto cultural “tenemos la suerte de tener un museo y una biblioteca; también estamos refuncionalizando lo que era el antiguo salón de fiestas que fue reemplazado por otro nuevo, entonces a ese salón lo hemos dividido, una parte para ampliar el museo y la otra para instalar un gimnasio y todas las actividades que puedan vincularse con esto. En nuestro pueblo, dice con orgullo Realdo, “hace quince años tenemos una señal de televisión regional y contamos con Internet inalámbrica.
Posición estratégica
Raquel es un distrito de 13.500 hectáreas situado en el límite norte del departamento Castellanos, límite con San Cristóbal, a 150 kilómetros de Santa Fe, vinculada por pavimento -doce kilómetros hasta la ruta 13 a la altura de Humberto Primo-, equidistante también de la Ruta 34 por tierra. “Contamos con unos 800 habitantes entre el pueblo y su zona rural. Es un pueblo tranquilo donde se puede vivir cómodamente y llevar una vida simple pero placentera. Estamos contentos porque ha pesar de todas las dificultades, de ser una comunidad pequeña está avanzando y consolidándose para que la gente que quiera vivir allí, pueda hacerlo, no se tenga que ir porque no tiene los servicios. Eso felizmente no sucede”.
Hay una interacción grande con Humberto Primo y con Sunchales, pero esas localidades, más grandes y con más servicios, no le cambia ni la identidad ni le quita gente al pueblo. “Tenemos gente que vive en Raquel y trabaja en Sunchales y viceversa, gente de Sunchales o Humberto que trabaja aquí”.
Raquel está en una ruta considerada por muchos como estratégica: la 80 que sigue la traza de la 62 y juntas cortan la provincia en dos por el medio, de este a oeste, uniendo Cayastá en la Ruta 1, con la 34 muy cerca de la ruta que se interna en Córdoba. Hay unos pocos tramos sin asfaltar: “Sería muy importante completarla porque vincularíamos realmente una zona muy extensa de Córdoba y de Santa Fe. Sólo faltan doce kilómetros hasta la Ruta 34 y luego el tramo Humberto-Soutomayor, el resto prácticamente estaría listo...”.
Scándolo dice que “en nuestro pueblo no hay taperas, es un orgullo, también hemos sido los primeros en construir viviendas rurales con fondos de Fonavi, que habitualmente se destinan a plantas urbanas. Esto es porque se han desarrollado los servicios para la zona rural, la electrificación por ejemplo desde 1972, telefonía rural desde el 74”.
Donde los tambos hacen patria
Raquel va a cumplir 125 años en 2010, comenzó a formarse en 1885 con inmigrantes piamonteses, “y tenemos unos sesenta tambos que no se han cerrado, aunque algunos se han achicado. La gente trata de aguantar porque se sabe que cuando se cierra un tambo, es muy difícil que vuelva a funcionar”.
Para Scándolo, “la lechería debería ser una actividad protegida porque no es una actividad económica más. Tal vez el productor puede cambiar lechería por agricultura, puede darle la ecuación económica, pero hay una familia que se queda sin trabajo. El tambo es una herramienta de fijación de la ruralidad y los fondos que genera sostienen a los pueblos, porque el tambero los vuelca allí.