Tras ganar batalla legal
Tras ganar batalla legal
Australiano tetrapléjico se dejó morir de hambre
AFP
Un tetrapléjico australiano, que ganó una larga batalla legal para dejarse morir rechazando alimentación, falleció hoy poniendo fin a una existencia que él mismo calificó de “infierno”.
Christian Rossiter, de 49 años, que estaba totalmente paralizado, murió de madrugada a raíz de una infección pulmonar en un centro médico de Perth, en el oeste de Australia, precisó en un comunicado su hermano Tim Rossiter. “Agradezco a todos aquellos que en los últimos años hicieron la vida de Christian lo más cómoda y digna posible”, declaró.
El abogado John Hammond, que hace cinco semanas había ganado la batalla legal que permitió a Christian Rossiter rechazar todo tratamiento, consideró que su muerte constituye un “alivio”.
“Ganó el derecho de rechazar la alimentación y los medicamentos para poder morir si así lo deseaba”, declaró. En un veredicto histórico, un tribunal dictaminó en agosto que Rossiter, un ex corredor bursátil aficionado a los deportes de aventura que quedó tetrapléjico a raíz de dos accidentes, tenía el derecho de rechazar ser alimentado.
Wayne Martin, un juez supremo del oeste de Australia dijo que Rossiter tenía derecho a decidir sus propios tratamientos y atención médica y que por lo tanto no se podía considerar que la clínica Brightwater Care tuviese responsabilidad criminal por haberse sometido a su voluntad.
Rossiter había pedido por lo menos 40 veces a la clínica que dejaran de alimentarlo e hidratarlo mediante una sonda, antes de someter su caso a la Justicia en un esfuerzo por terminar con su sufrimiento. “Es un infierno en vida” había manifestado a través de un tubo de traqueotomía durante los alegatos en la corte. “Soy Christian Rossiter y quisiera morir. Estoy prisionero en mi propio cuerpo. No puedo moverme y no tengo miedo a la muerte, sólo dolor, sólo temo al dolor”.
El abogado Hammond dijo que el caso de Rossiter daba a otras personas la posibilidad de morir con dignidad y que esperaba que habría muchos otros que se podrían beneficiar del veredicto.
“Pienso que ahora habrá otras personas que dirán más a menudo a los doctores y enfermeras “quiero dejar este mundo, puede ayudarme a hacerlo de la manera menos dolorosa posible’”.
Verónica Andrew, presidenta de la organización Right to Life Australia que milita contra el aborto y la eutanasia dijo que Rossiter habría podido recibir tratamiento psicológico. “Se ve que se encontraba en un estado depresivo y quería terminar con su vida”, dijo. “Se le podría haber administrado un tratamiento para la depresión”.
Por su parte, Philip Nitschke, que milita por la legalización de la eutanasia, dijo que el deteriorado estado de salud de Rossiter fue la causa de su muerte antes de que él mismo comenzara a dejarse morir de hambre. Rossiter estaba sometido a un tratamiento paliativo del dolor y había rechazado tomar los antibióticos contra una infección pulmonar que finalmente le provocó la muerte.
“No tuvo que seguir el camino por el que luchaba, que era el de dejar de comer y beber hasta morir. En cierto modo la infección le permitió terminar de una manera menos dolorosa”, comentó el abogado.