En todo el país

El 30% de la población indígena no completó la escuela primaria

1.jpg

La pobreza y la exclusión social son factores determinantes en el nivel de instrucción de los pueblos originarios. Unicef lanzó una campaña por los derechos de la niñez y la adolescencia Indígena.

Foto: Archivo El Litora

 

l

Además, el 78,2% de los chicos de 15 años y más no ha concluido el secundario. La tasa de analfabetismo infantil en los pueblos originarios es tres veces mayor que la nacional. Los porcentajes se desprenden de cifras oficiales.

Red de Periodismo Social - El Litoral

[email protected]

Así se sufre la desigualdad educativa en las comunidades aborígenes del país: según las propias estadísticas oficiales, el 78,2% de la población indígena de 15 años y más tiene el secundario incompleto, mientras que un tercio no completó la primaria o no tiene ninguna instrucción. No sólo eso: la tasa de analfabetismo para los niños y las niñas indígenas mayores de 10 años es tres veces y media mayor que la tasa nacional, que se ubica en el 2,6%. Según la última Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) del Indec, los niños y las niñas mbyá guaraní de Misiones, y wichí de Chaco, Formosa y Salta, tienen las tasas de analfabetismo más altas aún: 29,4% en el primer caso y 23,4% en el segundo.

Frente a este contexto, el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lanzó la Campaña por los Derechos de la Niñez y la Adolescencia Indígena, para visibilizar las vulneraciones específicas de derechos que sufre esta población en Argentina. La campaña busca llamar la atención, reducir la indiferencia, y movilizar a toda la sociedad.

Disparidad social y étnica

Andrés Franco, representante de Unicef en Argentina, aseguró que “Unicef decidió lanzar esta campaña por cuatro cuestiones que nos parecen fundamentales. Primero, si queremos llegar a indicadores de desarrollo social adecuados debemos reducir las disparidades sociales como lo son las situaciones de niñas, niños y adolescentes indígenas. El otro punto tiene que ver con la relación estrecha que hay entre pobreza y origen étnico, indicador que nos dice dónde debemos poner nuestros esfuerzos, que en este caso, será en visibilizar la situación de la niñez indígena”.

“La tercera cuestión -prosiguió Franco- es que en una democracia no podemos hacer análisis de costo-beneficio; es decir, no podemos pensar que porque la población indígena es minoritaria puede esperar. Es más barata la educación en grandes centros urbanos y más costosa en poblaciones indígenas. Este pensamiento es peligroso. Y finalmente, nuestra campaña se basa en reconocer los derechos individuales y colectivos de las niñas, niños y adolescentes indígenas. Derechos que son complementarios y no excluyentes”.

Carencia de datos

La falta de una alfabetización eficiente explica buena parte del retraso y el abandono escolar. Entre los 8 y los 14 años, en algunas comunidades wichí y mbyá guaraní, se registran tres años o más de retraso. Estos estudiantes representan el 65,3 % de los casos en la una, y el 43 % en la otra.

Elena Duro, especialista en educación de Unicef, aseguró que “la escasez de datos sobre la situación de la educación de la niñez y adolescencia indígena es un indicador de que no es prioritaria en la agenda educativa”. Y en la misma sintonía opinó Zulma Ortiz, especialista en salud, para quien “al igual que en educación, hay carencia de datos sobre la situación sanitaria de niñez y adolescencia indígena. Las leyes están, pero no se cumplen. No hay programas de salud que incluyan a los pueblos originarios, que reconozcan su autodeterminación. Y la falta de reconocimiento de la medicina tradicional, muchas veces, impide que se salven vidas de niños”.

Por su parte, Matías Melillan, comunicador mapuche, indicó que “hay que incluir en la currícula de las escuelas la cosmovisión indígena que no se enseña en ningún espacio académico. La currícula escolar debería incorporar la verdadera interculturalidad porque somos distintos, y no hay que tener miedo a esa realidad: debemos convivir con nuestras distintas realidades y cosmovisiones”.

Qué dice la ley

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN, 1989) y la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) son las dos normas internacionales que instan con más fuerza a los Estados parte de la ONU a garantizar la educación de los niños indígenas. Ambos documentos fueron ratificados por el Estado Argentino.

La CDN tiene, además, jerarquía constitucional a partir de la reforma de la Carta Magna en 1994. Además, en la Argentina, la Ley de Educación Nacional impulsa una educación intercultural bilingüe que respete la lengua y la cultura de las comunidades y facilite la adaptación de los chicos y las chicas indígenas a la escuela.


Cifras

La población escolarizada en el país alcanza a 1.300.000 niños y niñas en el nivel inicial, 4.700.000 en el nivel primario y 1.800.000 en el secundario. El 0,9 % de todos los estudiantes del país es indígena, esto es, cerca de 80.000 alumnos distribuidos en los tres niveles: 11.000 en el inicial, 50.000 en la primaria y 15.000 en la secundaria.