Escuela Nº 438 Joaquín V. González, de Alejandra

Cuando el docente tiene que educar, contener y dar palabras de aliento


1.jpg

Plantel docente. Está integrado por tres maestros de Calchaquí, una de Reconquista y otra de Romang, mientras que el resto son de Alejandra. En total, hay 19 maestros de grado, 8 especiales y tres directivos.

Foto: El Litoral

 

La directora de la institución reconoció que necesitan más aulas para optimizar el trabajo cotidiano. Y afirmó que “hay chicos que tienen que hacer adaptaciones curriculares para poder progresar, y no contamos con especialistas”.

Juan Ignacio Novak

[email protected]

A pesar de ser oriunda de Reconquista, Nélida Garachana ocupa desde 2006 la dirección de la Escuela Primaria Nº 438 que funciona en Alejandra, donde reside durante los días de semana. La institución tiene una matrícula que se aproxima a los 530 alumnos divididos en 19 divisiones, 300 de los cuales asisten además al comedor escolar. “Los grados son muy numerosos, necesitamos creación de cargos, la infraestructura también deja mucho que desear, no cubre las necesidades mínimas” asegura.

Trabajar en un entorno como éste, una localidad pequeña y pacífica pero con demandas sociales estructurales, obliga a los docentes a trascender necesariamente su misión original de educar. La docente al frente del establecimiento, reconoce que existe una discusión dónde se plantean dos variantes: ¿educamos o asistimos? Dicotomía que obliga a los maestros a buscar un equilibrio. “Tenemos que pensar que si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hace? Hay familias que pueden, saben y están en condiciones de contener, pero hay otros chicos que no tienen esa posibilidad”, explica Nélida. Y de ahí que una palabra de aliento, la enseñanza de cosas primordiales como la higiene, la conducta en la mesa” sean importantes en la escuela. “Si no lo hacemos, el chico no lo recibe”, añade.

Pero más allá de la vocación y las ganas, repetidas veces los docentes carecen de las herramientas necesarias para hacer frente a problemáticas puntuales. “El tema de la nutrición va dejando secuelas que no se pueden revertir. Y por ahí estamos con chicos que tienen que hacer adaptaciones curriculares para poder progresar y no contamos con especialistas, es un esfuerzo tremendo de los maestros, empeñados en sacarlos adelante” explica, en este sentido, la directora.

Situación que se ve complicada en la medida en que los docentes, aún a sabiendas de que dentro de un mismo curso hay cuatro o cinco grupos distintos, que requieren atención diferenciada de acuerdo con sus tiempos, se ven limitados en la posibilidad de realizar un trabajo más personalizado, por el hecho de tener muchos alumnos en cada salón.

“Nos daría otras posibilidades”

En los últimos años, esta escuela de Alejandra, la primaria de la localidad, logró algunos avances en materia de infraestructura, aunque mínimos en relación con las necesidades reales. En el marco de un proyecto de la Nación, se puso en marcha una sala de computación, y se habilitó un aula nueva para compensar el espacio que se uso para ese destino.

Asimismo, a través del plan para recuperación de escuelas dispuesto por la actual gestión de gobierno provincial, se consiguieron algunos fondos que permitieron cambiar un techo, asegurar puertas, y cambiar vidrios, lo que “mejoró un poco la calidad de los chicos en el aula”, admitió Garachana. Sin embargo, reveló que actualmente necesitan más cantidad de aulas. “No tenemos sala de maestros ni salón de actos”, explicó, e incluso recordó que “estamos dando clases en un ámbito que originariamente, en el plano, era un depósito; no fue creado para aula, pero no tenemos otro”.

Pero la situación más complicada, según la directora, deriva del estado de los sanitarios “que ya no son funcionales” y deben ser reparados “continuamente”. “Una infraestructura diferente, nos daría otras posibilidades” finalizó.


“Comunidad colaboradora”

Una de las obras significativas que se hicieron en la escuela, fue un piso nuevo que fue -según la directora- “un proyecto gigantesco que asumió la cooperadora”. “Nos costó muchísimo, porque es todo caro y es un pueblo chico” admitió, aunque puso de relieve lo importante de contar con una “comunidad muy colaboradora”. “Lo pudimos hacer porque la gente donó los elementos de construcción, hubo rifas, donó los premios y compró los números”, remarcó.

/// el dato

Por ahí, estamos con chicos que tienen que hacer adaptaciones curriculares para poder progresar y no contamos con especialistas, es un esfuerzo tremendo de los maestros”.

Nélida Garachana,

directora Escuela Nº 438 de Alejandra.