El proyecto pasó al Senado
El proyecto pasó al Senado
Diputados aprobó un presupuesto que relega recursos provinciales
El kirchnerismo consolida el escenario que concentra recursos en la Casa Rosada y deja en rojo a las provincias. Autorización para que De Vido maneje deuda para obras por $ 19 mil millones.
La sesión duró 15 horas. Pero durante el partido Argentina-Uruguay, fueron pocos los que se quedaron en sus bancas.
Foto: DyN
De la redacción de El Litoral
Télam/DyN
La Cámara de Diputados aprobó esta madrugada y envió al Senado el proyecto de Presupuesto 2010, que prevé un crecimiento del PBI de 2,5 por ciento, un tipo de cambio promedio de 3,95 pesos por dólar y una inflación de 6,1 por ciento.
Tras poco más de 15 horas de debate, los diputados aprobaron el proyecto oficialista por 136 votos contra 88 y 6 abstenciones, en el marco de una sesión en la que sancionaron además la prórroga de varios impuestos que vencían el 10 de diciembre y una serie de excepciones a la ley de Responsabilidad Fiscal, en un esquema que mantiene los recursos en poder de la Nación para que ésta se los preste a las provincias.
Inútiles resultaron los planteos como el del peronista disidente Marcelo López Arias, que reclamó la coparticipación total del impuesto al cheque y que la Nación pague lo que debe a las provincias por Aportes del Tesoro Nacional.
Miguel Ángel Giubergia dejó abierta la instancia de discutir reformas fiscales después del 10 de diciembre, cuando las Cámaras cambien su composición. El radical también reclamó coparticipar “el 100%” del impuesto al cheque y propuso eliminar “por distorsivo” el impuesto a la Ganancia Mínima Presunta.
El proyecto que pasó al Senado mantiene la facultad delegada al jefe de Gabinete para reasignar partidas de gastos corrientes, y añade una autorización para que la Nación se endeude en 19 mil millones de pesos a manos de Julio De Vido, para hacer obras no detalladas.
El santafesino Gustavo Marconato fue el encargado de defender el proyecto que concentra los recursos en manos de la Casa Rosada. El legislador defendió las prórrogas impositivas que “no sólo financian a la administración nacional, sino también a la seguridad social y son un fuerte componente de la masa coparticipable; no es un elemento menor la duración de su vigencia”.
El oficialismo impuso la prórroga por diez años del tributo a los Bienes Personales, las Ganancias y la Ganancia Mínima Presunta; de dos años para el impuesto a los Créditos y Débitos Bancarios (impuesto al cheque) y de un año para el que se aplica al precio final de los cigarrillos.
Provincias en rojo
Mientras el esquema kirchnerista consolida la porción nacional de los recursos, a las provincias sólo les deja la posibilidad de pedir más crédito. Para eso los diputados aprobaron excepciones temporales a la ley de Responsabilidad Fiscal.
Por esa norma se prevé que quede sin efecto por dos años la prohibición para emitir deuda por un valor superior a 15 por ciento de los ingresos corrientes de cada provincia. Los socialistas santafesinos apoyaron en esta instancia al proyecto kirchnerista.
En cambio el peronista federal Jorge Obeid se pronunció en contra de la suspensión de la ley de Responsabilidad Fiscal, por considerar que esa medida implica “el comienzo del camino del caos monetario”.
País unitario
El entrerriano Gustavo Zavallo (Peronismo Federal) aseguró que las provincias recibirán “apenas el 23,7% de la Recaudación Total del Sector Público Nacional”. Con los recursos concentrados a su favor, el gobierno de Cristina reparte menos; así por ejemplo, Santa Fe recibirá por vía de gastos nacionales apenas la mitad del proporcional de su cuota de coparticipación. La Argentina tiene además la mayor presión fiscal de su historia, pero la recaudación va a la Casa Rosada y los gobernadores -Binner no es la excepción- no pueden siquiera actualizar impuestos como los inmobiliarios rurales, fuertemente atrasados, porque los contribuyentes ya están saturados por la presión nacional.
/// LA CLAVE
Las inconsistencias
El economista Carlos Melconian señaló que el proyecto de Presupuesto nacional, así como lo elaboró el gobierno, sólo tiene “la intención de cumplir con la institucionalidad”, pero subrayó que contiene una serie de “inconsistencias”.
El analista subrayó que el proyecto “tiene inconsistencias internas en términos de su nominalidad” en las cifras de “crecimiento del PBI, de la inflación y del valor del dólar” para el año que viene.
“Al chico que escribe, alguien le dice “poné tanto’, y lo hace, dando cuenta de la falta de rigurosidad de los valores presupuestados para 2010”. Por otra parte, relativizó la euforia desatada en las últimas semanas tanto en la Bolsa de Comercio porteña, con acciones que a esta altura del año duplicaron su valor con respecto al comienzo, y con bonos de la deuda pública demandados fuertemente. “Son los borrachos del tablón”, afirmó Melconian, en alusión al modo especulativo en que se mueven los inversores, y no a que se trate de los integrantes de la barra brava de River Plate. Puntualizó que “cuando los bonos daban una rentabilidad de 50 por ciento, nadie los quería, y ahora que pagan 17 por ciento, se tiran encima”.
“Desde el 28 de junio (cuando se hicieron las elecciones legislativas) hasta el presente, Argentina tuvo deterioro, política y económicamente hablando. ¿Qué es este giro? ¿Que Argentina quiera volver al Fondo? No. Son los borrachos del tablón. Esos que tienen apetito por el riesgo”, concluyó el experto.
Claros y oscuros
El proyecto de presupuesto prevé gastos por 273.129,4 millones de pesos, de los cuales, el 60 % será destinado a servicios sociales, aunque el esquema libera a la renta financiera de pagar impuestos y no contempla la asignación universal por hijo, tal como lo reclamó Claudio Lozano (Proyecto Sur). Las proyecciones oficiales calculan que las exportaciones del año próximo sumarán 65.173 millones de dólares, con un crecimiento real de 8,4 por ciento, y las importaciones ascenderán un 7,4 por ciento por encima de las de 2009, lo que dejará un superávit comercial en torno de 14.000 millones de dólares; buena parte de los cuales salen de las retenciones que mantienen vivo el conflicto con el campo.