En el marco del Encuentro de Arquitectura del Mercosur
Cerca de 500 estudiantes trabajaron
en proyectos para la zona costera
Jóvenes de todo el país y de Latinoamérica compartieron dos días en un taller de ideas. La consigna fue diseñar una residencia estudiantil y una escuela de remo, a la vera de la Ruta 168, frente a la Vuelta del Paraguayo.
De la redacción de El Litoral
Cerca de 500 estudiantes de Arquitectura del país y del Mercosur -y algunos docentes- trabajaron en un taller de ideas, en el marco del XXVIII Encuentro y el XIII Congreso de Escuelas y Facultades Públicas de Arquitectura de la región del Mercosur (Arquisur 2009), que se realizó la semana pasada.
Durante dos días, los jóvenes tuvieron que elaborar dos proyectos para la zona comprendida entre la Ruta 168 y el río, justo enfrente de la Vuelta del Paraguayo. Los de 1º a 3º año tenían que desarrollar la idea de una escuela de remo y un lugar donde guardar las embarcaciones. En tanto, los más avanzados idearon una residencia universitaria con capacidad para 70 estudiantes.
Paisaje local
“Elegimos el lugar comprendido entre la Ruta 168 y el río, frente a la Vuelta del Paraguayo porque tiene características paisajísticas y urbanas que identifican a la ciudad de Santa Fe. Como viene gente de afuera, queremos que vean un paisaje diferente, que puedan percibirlo, comprenderlo e intervenirlo arquitectónicamente”, explicó Julio Arroyo, docente de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Fadu) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
El trabajo consistió en dividir a los jóvenes en grupos de 4 ó 5 integrantes. “Los estudiantes de 1º a 3º año trabajan el encuentro de la tierra y el agua, a través de una casa de botes y una escuela de remo. Es un proyecto real que se está analizando para ver si se puede concretar: una construcción donde se guarden los botes, con mucho espacio exterior donde se amarren las embarcaciones y se haga el ingreso a las mismas”, detalló Arroyo.
Por su parte, los estudiantes a partir de 4º año de Arquitectura proyectaron una residencia estudiantil, con capacidad para unas 70 personas.
Analizar e intervenir
El primer paso consistió en recorrer el terreno. Allí, algunos se asustaron ante la nube de mosquitos y otros quedaron impactados por la cantidad de agua. “Lo que para nosotros es natural, para otros es una novedad. Eso es lo rico de trabajar en equipo con personas que vienen de Paraguay, Brasil, Bolivia, San Juan, Mendoza, La Plata, Tucumán, Buenos Aires”, detalló Arroyo.
Además, los jóvenes recibieron información planimétrica, fotográfica y de video. “Estamos trabajando en el anteproyecto, evaluando las potencialidades del lugar y viendo cuáles son las necesidades de los usuarios. En base a eso armamos el programa”, explicó Álvaro, un estudiante de Arquitectura de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne). “Estamos en la etapa de reconocimiento y análisis”, acotó una compañera.
Uno de los principales desafíos que presenta el terreno elegido es la vulnerabilidad ante el agua. Pero, como explicaron los estudiantes, “esta vulnerabilidad no se da tanto por una posible crecida del río, sino porque como el terreno está hundido, se junta agua de lluvia”.
¿Cómo sortean este obstáculo? “Hay que elevarse y despegarse del terreno para que en caso de que se junte lluvia, no afecte la construcción”, respondió otro joven chaqueño.
Arquitectura sustentable
“Los grupos están trabajando con un criterio de arquitectura sustentable, de buena relación con el ambiente y mucho uso de la bicicleta, que son las líneas que se están imponiendo”, indicó el docente.
¿Qué significa hablar de sustentabilidad en términos arquitectónicos? “Tenemos que ver al paisaje, a la naturaleza como una oportunidad, no como una amenaza. Tenemos que aprovechar nuestra realidad, ver el potencial”, explicaron Belén y Federica.
Los jóvenes trabajaron durante dos días y al finalizar la jornada presentaron sus proyectos. Lo que más rescatan de esta experiencia es el intercambio de ideas y opiniones. “Nosotros, que estamos tan lejos de Buenos Aires, pensamos que estamos alejados de todo. Pero en este tipo de encuentros nos damos cuenta de que los conceptos que manejamos son los mismos. De todas formas, siempre enriquece conversar con otros, ver qué se hace en otras partes del país y de Latinoamérica. Es muy interesante”, concluyó Mauro, un joven chaqueño.