CONTINUA EL FESTIVAL DE TEATRO
Buenos Aires y Rosario en la
tercera noche del Argentino
Se hará un homenaje a Oscar Fessler con la proyección de un documental. Las obras serán en el Foro Cultural y en el Teatro Municipal.
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
La tercera jornada del Argentino de Teatro organizado por la Universidad Nacional del Litoral comienza mañana a las 18, con la proyección del documental “Schiku. Oscar Fessler, biografía de un sembrador”, de Ernesto Torchia, en la Sala Saer del Foro Cultural Universitario, 9 de Julio 2150.
En tanto, a las 20 y 23 en la Sala Maggi del Foro se presentará “La temperatura”, con dramaturgia y dirección de Gustavo Guirado. Asimismo, a las 21.30 en el Teatro Municipal Ana María Bovo interpretará “Así da gusto”, con su dirección y dramaturgia.
Su nuevo personaje, Olinda Petrungaro, propone un punto de quiebre en el teatro cómico: a los gags visuales del cine mudo y al ritmo verbal de los capocómicos les aporta una mágica inocencia y la agudeza de su mirada. Olinda, asistente de vestuario, lleva años viviendo en las entrañas del teatro Maipo. Tiene calle: la calle que dan las luces, las plumas, los artistas, las peleas de cartel. Saldrá de su encierro para subir a escena, para que la escuchen, para ser mirada. Tiene mucho, mucho que contar.
En “Así da gusto”, Bovo rinde tributo a la comicidad femenina de nuestros escenarios. El espectáculo revaloriza las figuras femeninas de Sofía Bozán, Tita Merello, Lola Membrives, Nélida Roca y Nélida Lobato. Pone el acento -además de en la ya muy homenajeada Niní Marshall- en la capocómica Olinda Bozán.
El diseño de iluminación es de Gonzalo Córdova, la ambientación de Sofía Di Nunzio. Asesoran en el vestuario Sofía Di Nunzio y Lilián Márquez, Alejandra Montero es la asistente de dirección.
Vestigios de circo criollo
La historia de “La temperatura”, de Gustavo Guirado, transcurre en una tapera en algún lugar de la Pampa. Cuatro sobrevivientes de un circo criollo que se extravió: La Señora, Marcial, Coronel Lampedusa y Fierro. A través de los días, mientras esperan el posible regreso de la caravana circense, el Coronel y Fierro tendrán la tarea de preñar a La Señora, bajo las instrucciones y cuidados de Marcial, con el objetivo de poblar ese territorio que ha quedado desierto.
“Una vez constituido el elenco, el trabajo se desarrolló con criterios de dramaturgia de grupo. El texto como impulso para improvisaciones, asociaciones poéticas, resonancias e imágenes de los actores que van modificando la estructura del mismo. Este proceso derivó en nuevos textos y acciones, en objetos encontrados y construidos para la escena y en ideas de vestuario”, destacó Guirado.
De este modo, el montaje es el resultado de la reescritura de la obra propuesta por el autor-director a partir del trabajo de los actores. Privilegia un ámbito intimista, con la intención de recrear la atmósfera de una tapera, un rancho abandonado en la inmensidad de la Pampa.
“La señora” (una brillante Claudia Shujman), es mujer barbuda del circo, siempre dispuesta a los rituales de fornicación con vista a la preñez. “Marcial” (Miguel Bosco), sirviente hábil con el cuchillo, conocedor de principios médicos ginecológicos, cuida y atiende en todo a la Señora y se esmera en su fecundación. El “Coronel Lampedusa” (Edgardo Molinelli) muestra vestigios de un soldado anclado entre la Campaña al Desierto y la última dictadura militar argentina. Por último, “Fierro” (Guillermo Becerra) especie de gaucho, también hábil con el cuchillo. Nunca se lo ve, vive dentro de un lavarropa modelo años 60 que forma parte del mobiliario de la tapera, toca milongas sureñas dentro de su habitáculo.
El vestuario es de Ramiro Sorrequieta, el diseño de iluminación es de Chavo Ghirlanda, los objetos y la escenografía son de Andrea Garbosa, Marcos Sepúlveda y Leandro Ferraro, y la producción es de Yanina Mennelli.