El 14 de noviembre es el Día Mundial de la Diabetes

La desinformación perjudica a los

que padecen la epidemia del siglo XXI

La fecha debe ser propicia para recordar a la población sobre esta enfermedad silenciosa, crónica y costosa, asociada a complicaciones importantes que suponen un grave riesgo para las familias, los países y el mundo.

 

De la redacción de El Litoral

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Según los expertos, cada 10 segundos muere una persona en el mundo por causas vinculadas con la diabetes y el principal motivo no es el consumo de azúcar sino la desinformación. Efectivamente, sólo en Argentina hay dos millones y medio de diabéticos y la mitad ni siquiera lo sabe.

La vida sedentaria, los malos hábitos alimentarios, la exclusión, la pobreza y la ignorancia sobre su real peligro conspiran contra una eficaz prevención, diagnóstico precoz y tratamiento. Por este motivo, la educación -incluso a través de los medios de comunicación- puede convertirse en uno de las formas más eficaces de profilaxis.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la diabetes ya es una epidemia que afecta a 246 millones de personas en el mundo, y alcanzará a 380 millones en 2025. Cada diez segundos una persona muere por causas vinculadas con esta patología, según un informe de la Federación Internacional de Diabetes.

Por primera vez, una enfermedad no infecciosa se considera una grave amenaza para la salud mundial, al igual que epidemias infecciosas como el VIH/Sida. Aproximadamente un 80% de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos o medios, y casi la mitad de las muertes ocurren en pacientes de menos de 70 años, siendo el 55% mujeres.

La OMS calcula que las muertes por diabetes aumentarán en más de un 50% en los próximos 10 años si no se toman medidas urgentes. Es más, se prevé que entre 2006 y 2015, estas muertes aumenten en más de un 80% en los países de ingresos medios altos.

En Argentina, se calcula que hay dos millones y medio de personas que tienen diabetes. La mitad no lo sabe, y del resto sólo el 30 por ciento se trata, muchas veces por no conocer sus derechos para acceder gratuitamente a la medicación, ya sea a través de prepagas, obras sociales u hospitales públicos.

Uno de los graves problemas es precisamente la desinformación. El desarrollo de políticas nacionales para la prevención de la diabetes creará muchos desafíos, y no será el menor de ellos comprender mejor los factores medioambientales y sociales que están impulsando la que se ha llamado “la epidemia del siglo XXI”.

Una vida saludable

Pese al dramatismo de las cifras, los estudios han demostrado que muchas de las complicaciones de la enfermedad pueden prevenirse o retrasarse mediante un comportamiento eficaz. Esto incluye medidas relacionadas con el estilo de vida, como una alimentación saludable, actividad física, prevención del sobrepeso, la obesidad y el tabaquismo.

Por su parte, la atención preventiva no necesariamente involucra costosos medicamentos. La educación sobre un buen cuidado del pie y su revisión regular son un buen ejemplo de una medida preventiva de bajo costo.

Los sistemas sanitarios capaces de proveer una atención óptima necesitan diseñarse alrededor de las necesidades de la persona, ya que la atención diaria de la mayoría de los cuidados de la diabetes es responsabilidad de la persona y no del profesional de la salud.

La educación sobre diabetes juega un papel importante en el reforzamiento de las personas afectadas, ya que les proporciona el conocimiento y las habilidades necesarias para manejar su propia condición con eficacia, y llevar una vida completa y saludable.

Instituido mediante una resolución histórica de la Organización de Naciones Unidas, se celebra el 14 de noviembre para conmemorar el aniversario del nacimiento de Frederick Banting, quien, junto con Charles Best, tuvo un papel determinante en el descubrimiento en 1922 de la insulina, hormona que permite tratar a los diabéticos y salvarles la vida.

El Día Mundial de la Diabetes fue introducido por la Federación Internacional de Diabetes (FID) en 1991 y declarado oficial en 2007 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ante el preocupante aumento en la incidencia de la diabetes alrededor del mundo.

Ese día, millones de personas en todo el mundo proponen diferentes formas de involucrar a la comunidad, llamar la atención de los medios de comunicación y aumentar la concientización sobre temas clave de la diabetes, sobre todo entre las personas con poder de decisión y las llamadas poblaciones de riesgo. Las actividades organizadas cada año incluyen la iluminación con el color azul color del logotipo- de monumentos, edificios y hogares.

La desinformación perjudica a los que padecen la epidemia del siglo XXI

En las personas con diabetes, el páncreas no produce insulina o esta hormona no cumple bien su función y, por eso, aumenta el contenido de glucosa en la sangre.

Foto: Archivo El Litoral

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Sociedad Argentina de Diabetes: www.diabetes.org.ar; e-mail: [email protected].

La desinformación perjudica a los que padecen la epidemia del siglo XXI

Sed y hambre intensos son dos síntomas típicos de la diabetes que nos deben alertar para hacer la consulta al médico, además de ganas de orinar frecuentemente, entre otras.

Foto: Archivo El Litoral

Mitos y verdades

- El diabético no puede consumir alimentos que contengan azúcar: Falso. Las personas con diabetes pueden comer azúcar y, de hecho, lo hacen. Los alimentos aportan azúcares complejos y simples. En el cuerpo, éstos se transforman en glucosa con diferente velocidad y por eso se deben restringir los azúcares simples que se absorben rápidamente y provocan picos de azúcar en la sangre, a diferencia de los otros alimentos que se absorben lentamente.

- El diabético no puede beber alcohol: Falso. Puede hacerlo con moderación, lo que significa no tomar más de una copa por día, en el caso de las mujeres, y no más de dos en los hombres. Una copa equivale a 148 ml de vino, 355 ml de cerveza liviana o 45 ml de bebida blanca destilada, con 80% de contenido alcohólico. Es mejor conversar con el médico sobre este tema.

- Los diabéticos sólo pueden consumir alimentos producidos especialmente para ellos: Falso. Abundan en el mercado los caramelos sin azúcar, las bebidas gaseosas o el chocolate para diabéticos. Sin embargo, las versiones de alimentos que se comercializan para personas con diabetes no ofrecen ningún beneficio especial y son más caros que el resto de los alimentos. Es conveniente hablar con la nutricionista o el médico para poder seleccionar aquellos alimentos modificados que pueden tener ventaja, como los productos descremados.

- La diabetes es grave sólo si es necesario tratarla con insulina: Falso. La insulina es una hormona que genera el organismo y regula la glucosa en la sangre. Cuando el tratamiento con medicación oral no alcanza para normalizar la glucosa en sangre, el médico utiliza la insulina para lograr dominar las glucemias elevadas. Si los niveles de glucosa en sangre no se controlan adecuadamente, aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones diabéticas graves, que afectan la calidad de vida de las personas como la insuficiencia renal o las enfermedades cardiovasculares.

- La insulina es adictiva y una vez que una persona comienza a utilizarla resulta imposible sacarla: Falso. La insulina no es adictiva. Es una hormona que se produce de manera natural en el cuerpo humano. Se utiliza con el fin de sustituir o suplementar la propia insulina de una persona cuando un organismo ha dejado de producir la cantidad suficiente para controlar sus niveles de glucosa en sangre.

Fuente: Diabetes y medios de comunicación: guía para periodistas. Sociedad Argentina de Diabetes. 2009.