Culminaron las celebraciones
Los jesuitas en Santa Fe:
para mayor gloria de Dios
Con la presencia de autoridades nacionales, provinciales y municipales se realizó en la sala Garay el último de los actos conmemorativos por los 400 años de la Compañía de Jesús en nuestra ciudad. Cada una de las evocaciones exaltó el compromiso con la educación y el conocimiento.
De la Redacción de El Litoral
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El lunes último tuvo lugar el acto central del jubileo por los 400 años de presencia jesuítica en Santa Fe.
La ceremonia realizada en la sala Garay del Colegio de la Inmaculada Concepción de nuestra ciudad contó con la presencia de altas autoridades provinciales y municipales, así como ex rectores, antiguos directivos, docentes, alumnos, ex alumnos y familiares.
Además, contó con la participación de la Banda de Música del Liceo Militar General Belgrano en la interpretación del Himno Nacional, del Himno del Colegio y distintas marchas.
A las palabras de apertura las pronunció el padre rector Alejandro Gauffin, a quien le sucedió el director de Educación de Gestión Privada de la Nación, Enrique Martín. Lo siguió en el uso de la palabra el intendente de nuestra ciudad, ingeniero Mario Barletta, ex alumno del Colegio. La vicegobernador Griselda Tessio y la ministra de Educación de la Provincia Lic. Elida Rasino, también se expresaron en emotivos términos con respecto a la enorme tarea educativa de la Compañía de Jesús en Santa Fe.
Tras la entrega de recordatorios y agradecimientos, cerró la lista de oradores el padre provincial de los Jesuitas Alfonso Gómez. Finalmente se pudo apreciar un video sobre la historia del Colegio a través de estos 400 años.
Palabras de Gauffin
“Han transcurrido 400 años de presencia jesuítica en Santa Fe de la Vera Cruz. Fue un fuego que encendió otros fuegos. Hoy, como ayer, decimos todavía”. Con estas palabras abrió su discurso el padre Gauffin, que seguidamente hizo una reseña de estos cuatro siglos del colegio en nuestra ciudad. “Hoy como ayer seguimos pensando en un mañana -continuó-. Nuestra mirada se enciende al recordar la historia y al entrar en ella como quien de veras está. No hemos llegado hasta aquí para ser espectadores de algo que sucede fuera de nosotros. Los ojos de nuestra Señora se encuentran con los nuestros, en su corazón y en el nuestro hay un fuego y en los labios de todos está el deseo de expresarlo todavía. En nuestro corazón, un fuego. Hoy como ayer, el mañana se vuelve sueño. Siempre habrá primaveras, no faltarán inviernos”.
Se dirigió luego a los alumnos, ex alumnos, sus padres, los profesores, exhortándolos a mirar siempre a la Virgen de los Milagros, para que los guíe en su obrar de acuerdo con los preceptos recogidos en el colegio. “A todos -finalizó-, en este tiempo jubilar para el Colegio de la Inmaculada Concepción, los invito a acompañarnos en el deseo que nos impulsa a continuar educando en Santa Fe, a rezar por ello, a acompañar nuestros pasos”.
El compromiso educativo
El encargado de cerrar la ceremonia fue el provincial de los jesuitas, padre Alfonso José Gómez. Comenzó recordando las enseñanzas de San Ignacio de Loyola, quien -señaló el sacerdote- considera que la actitud positiva de alabar es lo más conveniente, aun en tiempos de divisiones, necesidad de cambios y enormes dificultades para generar concordia en el tejido social de la Iglesia.
“De ahí -siguió- que en la educación alentada por la Compañía de Jesús se insista mucho en la alabanza como camino para ordenar afectos e intereses; para crecer en la pertenencia a la institución y un proyecto común; para generar el ambiente en el que puede darse sin tanta conflictividad el proceso educativo de niños y jóvenes.
“El colegio es ignaciano porque podemos alabar en él su capacidad de formar hombres que sean puentes en la sociedad para bien de muchos... Celebramos 400 años con un firme deseo de renovar nuestro compromiso como comunidad educativa para bien de los jóvenes y la sociedad. El Señor bendiga a todos los que lo hicieron y hacen posible. La Madre del Señor, Nuestra Señora de los Milagros, haga realidad nuestros deseos de educar y de ser educados”.