Esta foto de la madre con sus siete hijos la envió Isabel Maino desde San Justo.
Esta foto de la madre con sus siete hijos la envió Isabel Maino desde San Justo.
Hacer visibles a aquellas valerosas mujeres italianas
Un proyecto encarado por la escritora Susana Colombo convoca a quienes tengan fotografías de mujeres italianas a compartirlas (no enviar los originales) para rescatar esas historias de vida.
TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTO. FLAVIO RAINA.
Susana Colombo junto a Pepe Volpogni, responsable de la editorial de la UNL.
Las fotos, como las cartas, son un patrimonio familiar que debe ser preservado.
La Feria del Libro que se realizó del 1º al 8 de noviembre pasado en la Estación Belgrano de nuestra ciudad convocó a diferentes editoriales y librerías que tuvieron la oportunidad de ofrecer cultura, en el marco de aquel lugar histórico que comienza a verse recuperado ediliciamente, para provecho y beneplácito de los santafesinos.
En el stand que organizó la Universidad Nacional del Litoral no sólo se pudieron apreciar y adquirir las diferentes producciones editoriales de esa casa de altos estudios. La escritora santafesina Susana Colombo -de cuyos trabajos relacionados con historias de inmigrantes, tanto personales como de recopilación de relatos de terceros, hemos dado cuenta en De Raíces y Abuelos- expuso una serie de ocho fotografías antiguas en forma de tarjetas que retratan a mujeres italianas, algunas inmigrantes y otras no: “son nonnas o mammas que no emigraron pero vieron partir a sus seres queridos”, aclaró.
Detrás de las tarjetas postales -que estuvieron a la venta en el stand- figuran los datos de la foto y pequeños fragmentos de textos publicados en los libros Homenaje a la Mujer Italiana, elaborados por la escritora.
Según explicó, “el proyecto de Homenaje a la Mujer Italiana comenzó simplemente por intuir que faltaba algo en la colectividad italiana: precisamente homenajear a las mujeres. Homenajear como sinónimo de agradecer; agradecer a esas personas que nos precedieron, agradecer el valor de dejar atrás la seguridad de la tierra conocida ya que si bien con miserias en la mayoría de los casos, de todas maneras era lo conocido y seguro- para aventurarse a lo nuevo, con la incertidumbre que ello significa”.
Y continuó: “En aquel entonces era alejarse con la mayor o menor conciencia de que sería casi eterna la distancia. La idea era homenajear como sinónimo de memoria respetuosa de quiénes fueron y quiénes siguen siendo”.
SENTIDO HOMENAJE
En este sentido, recordó que “en los comienzos del proyecto, homenajeamos a mujeres tanto italianas nativas como descendientes- que viven en la jurisdicción de las provincias que abarca el Consulado de Rosario. Los primeros frutos fueron tres libros: Mujeres destacadas de la colectividad; Voces escritas 1 y Voces escritas 2” trabajos que llevaron por título general: “Homenaje a la Mujer Italiana”.
Ahora -continuó- abrimos una nueva faceta: convocamos abiertamente, sin límites territoriales, a todos quienes tuvieran fotografías que involucraran a mujeres italianas. La idea que nos movió es la de recuperar la memoria de las mujeres, con sus nombres y rostros, no como seres ya anónimos sino recuperando sus identidades concretas. Pretendíamos que aquellas que vinieron, pero también aquellas que quedaron en Italia y vieron partir a sus seres queridos, tuvieran su identidad. Somos conscientes de que los rostros y nombres se multiplican por miles y que no llegaremos, quizá, recuperarlos a todos, pero es un comienzo”.
Asimismo, planteó que “la estrella que guía el proyecto de Homenaje a la Mujer Italiana es que ocurran los encuentros, que las familias puedan -impulsadas al menos un poquito por esta iniciativa- recuperar y revalorizar sus propias memorias familiares, que se recuperen y revaloricen sus fotos y los rostros de familia. Las fotos, como las cartas, son un patrimonio familiar que debe ser preservado dentro del seno de la misma familia y no desechado, como suele ocurrir tantas veces cuando fallece quien durante años las guardó. Las fotos son la historia, no solo de la familia como conjunto, sino de cada miembro de esa familia, como individuo. Son los rostros de donde nosotros venimos. Son quienes fuimos”.
FOTOS, SE PIDEN
Al empezar a tener respuesta a la convocatoria, las historias y anécdotas comenzaron a fluir. Por eso, Susana Colombo recordó que “a partir de allí, las cosas que ocurrieron fueron maravillosas. Por ejemplo, en el caso de este primer trabajo, el de las tarjetas, sin excluir la riqueza que tiene cada una, me gustaría mencionar la hermosa foto que envió Isabel Maino desde San Justo, una foto tomada en Italia”.
Ella refleja -explicó- una madre con sus siete hijos. Uno de ellos partiría, de joven, hacia Argentina. Es un testimonio fotográfico maravilloso y de enorme valor histórico. Otro caso es el de Claudia Gatica Comolli, argentina radicada hace varios años en España. Desde allí nos envió la foto de su bisabuela italiana que inmigró a nuestro país en 1884. A través de e-mails continúa el contacto y, como ella misma escribió: “De algún modo, supone “devolverla’ (a su bisabuela) a la vida”. También hemos recibido fotos desde Perú, que reflejan la emigración italiana a ese país.
Con respecto a las fotos que se solicitan, Susana Colombo aclaró que “el objetivo es tener una base documental fotográfica, acompañada de datos biográficos de mujeres italianas. Puede tratarse de mujeres italianas que hayan emigrado/inmigrado o bien sean aquellas nonas, madres, hermanas que no emigraron y quedaron en Italia, pero vieron partir a sus nietos, hijos, hermanos”.
Deben ser fotos -precisó- preferentemente antiguas. Pueden involucrar a mujeres solas o acompañadas. Puede tratarse de las típicas fotos del grupo familiar, como era bastante usual, o en cualquier otra situación (como en situación de trabajo o esparcimiento o con sus hijos, etc.)
No pedimos originales que son, como sostenemos, un patrimonio familiar- sino que sean escaneadas en alta resolución y enviadas por mail o en CD por correo postal.
En cuanto al destino será realizar diversos trabajos que vayan surgiendo. Como en este caso, que, gracias al apoyo de la Universidad Nacional del Litoral, pudimos concretar esta serie de ocho tarjetas con ocho fotos diferentes. Detrás de cada una, figuran los datos de foto enviados por quien nos la hizo llegar y además, un fragmento de algunos de los textos publicados en los libros de Homenaje a la Mujer Italiana.
AGRADECIMIENTOS
Por último, la escritora Susana Colombo destinó unas palabras finales para “destacar y agradecer el apoyo que desde el principio de nuestro proyecto hemos tenido desde diversas personas e instituciones, como Com.It.Es.; Consulado y Viceconsulado de Italia; Asociaciones e Federaciones italianas, de Santa Fe y otras localidades; S.A.D.E. Santa Fe, A.S.D.E. y otras entidades de escritores; Cámara de Diputados de la provincia; Diputados y Senador de Italia por la Circunscripción Exterior; Universidad Católica; periodistas”.
Asimismo, advirtió que “en particular, debemos mencionar a la Universidad Nacional del Litoral y al mismo diario El Litoral que ha hecho posible, en todo momento, la difusión de nuestro proyecto, más allá de la región”.
Una serie de ocho postales recuerdan a mujeres italianas y sus historias.
RELATOS Y SENTIMIENTOS
Algunas de las tarjetas con fotos de mujeres italianas llevan los siguientes textos en su anverso:
- “El inmigrante: muchos como él se habían embarcado hacia América [...]. En el puerto lo despidió su mamma, quien -con lágrimas- se quedó agitando su pañuelo hasta que el barco era un punto de sombra en la inmensidad del mar. Llegó al puerto de Buenos Aires. Todos bajaban del barco con grandes baúles. Él sólo llevaba colgada a sus espaldas una alforja pequeña de ropa, como único patrimonio [...]”. Este texto pertenece a María Rosa Barbaresi, de Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe, y está incluido en el libro Homenaje a la Mujer Italiana, Voces escritas 2.
- “Catalina: mi abuela Catalina escribía su diario, viajaba desde el Friuli a la Argentina, ésta es la página del día de su llegada [...]. 3 de junio de 1931: Poveretti. Duermen con inocencia. Quince días de barco. Hoy desembarcamos, se termina el viaje en el Conde Verde. Ya se ve la ciudad. No los voy a despertar hasta que el sol esté más alto y empiecen las órdenes para ir a cubierta. Mi baúl. Hay tantos baúles. ¿Lo encontrarán?”. Susana Persello, de nuestra ciudad. Del libro Homenaje a la Mujer Italiana, Voces escritas 1.
- “Historia de inmigrantes: viven en mi memoria aquellas noches inolvidables donde un círculo de amigos, unidos en fraternal abrazo, ante mi asombro e inocencia, relataban historias (...). Hubo una historia relatada miles de veces; no era una fábula como yo la veía, era una triste y dolorosa realidad [...]. La nave “Principessa Mafalda’ cargada de inmigrantes. [...] Sinónimo de lágrimas y sufrimiento, por aquellos que durmieron el sueño eterno en el fondo del mar sin la posibilidad de un promisorio futuro, luego del horror de la guerra [...]”. Texto de Graciela Puglisi Fulini, de nuestra ciudad, del libro Homenaje a la Mujer Italiana, Voces escritas 1.
- “Buscando mis raíces: mi abuelo Enrico Grasticini, nacido en [...] Ascoli Piceno (Le Marche), en 1876 [...] con su esposa Julia, partieron hacia América por temor a las guerras coloniales y el asesinato del rey Humberto I de Saboya en 1900 [...]. Jamás pudieron regresar a su tierra natal... Yo desde muy chica fui recorriendo los paisajes, andando los senderos, imaginando la cara de mis antecesores de la mano de los relatos de mi abuela. A diario recordaba a su madre y hermana, a quienes nunca más volvió a ver [...]”. Textos de Leonor Grasticini, de Pergamino, provincia de Buenos Aires, del libro Homenaje a la Mujer Italiana, Voces escritas 2.
Muchas mujeres italianas vieron partir a sus seres queridos con tristeza.
+info
contacto
Quienes quieran enviar sus fotos para participar en este proyecto deberán contactarse al siguiente e-mail: [email protected].