Apuntes de política provincial
La educación, una obligación moral
Élida Rasino, ministra de Educación.
Dibujo: Cejas
Teresa Pandolfo
Estuvo en Buenos Aires el analista español Leopoldo Abadía, autor del libro “La crisis ninja y otros misterios de la economía actual”. En una entrevista realizada por la agencia noticiosa EFE, habló de una “revolución civil” para que los ciudadanos cuenten con formación frente a una crisis (financiera - mundial), que es más “de decencia” -dijo- que “económica”. En esa línea de pensamiento, sostuvo como necesaria “la formación de un criterio para que los ciudadanos no crean cualquier cosa que diga un banco, un ministro o un especialista”, explicó.
Abadía insistió en que la situación actual es consecuencia de “una crisis de decencia” y pronosticó que ésta tendrá una solución más lenta y difícil que la económica. “Lo económico, al final se arregla, lo otro es un problema de educación, no sólo técnica, sino de formación básica”, apuntó.
Siempre en el mismo reportaje, insistió en que “no es una cuestión de volver a los viejos valores, sino de recordar que no hay que mentir o que hay que ser honrado”.
Otros visitantes
Mientras Abadía hacía sus consideraciones en la presentación de su libro, en Santa Fe dos figuras visitantes diametralmente distintas en su formación y actividades: Juan Archibaldo Lanús -ex embajador argentino ante la Unesco y Francia- y Francisco de Narváez -diputado nacional por Unión Pro y empresario- analizaron lo que ocurre en la política y sociedad argentina, y algunos cursos de salida.
Juan Archibaldo Lanús llegó a Santa Fe invitado por la Fundación Dos Siglos y planteó que la sociedad debe producir “un gran movimiento de opinión y un liderazgo colectivo de gente más lúcida, sana y menos corrupta. La gente que piensa es más -sostuvo- pero no ha logrado estructuras políticas que le permitan expresarse plenamente”.
En una cena posterior a su conferencia, el embajador dijo que junto a un grupo de intelectuales y figuras de otros ámbitos estaba trabajando en el diseño de una propuesta política que resuma el pensamiento de la ciudadanía sobre distintos temas que la preocupan.
Por su parte, Francisco de Narváez -que integra el recientemente presentado Peronismo Federal en el Congreso- aseveró que “se debía tener claridad sobre los valores y principios que iban a estar presente en el desarrollo de una actividad. No sólo ideas sino también los principios y valores”, reiteró, y mencionó a la honestidad como el primero de ellos.
En poco más de una hora, el legislador que está recorriendo el país, expresó su pensamiento ante unos 60 dirigentes, científicos, empresarios y sociales, en un almuerzo organizado por la Asociación de Dirigentes de Empresas. En su opinión, es hora de “construir alternativas” distintas a lo que sucede en la Argentina hoy en día y subrayó que quien llegue a ser gobierno en el 2011 tendrá “horas para producir las reformas porque la población ha agotado su paciencia”.
En las tres opiniones mencionadas aparece la necesidad de un retorno a la honradez en el sentido cabal del término y de pensar, de formar un juicio crítico que le permita al ciudadano discernir. En otras palabras, no estar ni anestesiado ni ausente ante las cosas que ocurren, para que efectivamente se democratice el poder y no sucedan ya los desatinos en lo económico y político que actualmente ocurren.
Apertura mental
Pero para no tener una sociedad ausente o anestesiada, además de libertad de expresión, debe haber una sociedad con calidad educativa, que es la que abre las mentes y permite el discernimiento.
Esta periodista está asombrada por la falta de reacción de la comunidad provincial ante el paro del magisterio. No se observa a la dirigencia política, las entidades de sociedad civil y a los padres movilizados para que cese la medida de fuerza. Individualmente, habrá preocupación, pero no acciones colectivas.
El ministerio que conduce Élida Rasino tiene una política en educación. Hay un camino trazado con el cual se podrá coincidir total o parcialmente, pero es indudable que lleva adelante acciones para lograr una mejor calidad en la educación pública. Se comenzó por darle las seguridades mínimas al docente aliviándolo en cuando a titularizaciones, concursos, cercanía hogar-lugares de trabajo, etc. Pero, además, la política se proyectó a partir de los cambios introducidos en los institutos de formación del magisterio, a fin de dar al futuro maestro las herramientas del conocimiento para cuando deba estar frente al aula.
El paro sigue y demuestra palmariamente cómo los problemas internos y electorales de un gremio pueden incidir en perjuicio de lo que más se debe cuidar: la educación de niños y jóvenes. Que no haya educación es un tema moral en nuestros días.
En la superficie, aparece el reclamo del valor adquisitivo del salario como el factor detonante del conflicto entre Amsafe y el gobierno. Rasino le recordaba a esta periodista que en 22 meses de gestión se otorgó como promedio un 50 % de incremento salarial al sector y que esto quedaría resaltado en el presupuesto 2010 a ingresar en la Legislatura.
Es evidente, entonces, que el salario es el disparador pero que está sostenido por una cuestión de fondo, que no pasa sólo por una negativa transitoria de un aumento.
Pero más allá de la relación gobierno-magisterio resulta como una obligación que la sociedad se involucre exigiendo su superación y resulta incomprensible que el tema no haya sido debatido en las Cámaras Legislativas. Se lo vea desde el ángulo que se quiera, no hay fundamentos para que la docencia insista con los paros. Esta periodista es crítica con este gobierno en muchas áreas, pero a la docencia se le han cumplido las promesas.
El gobierno deberá apelar a sus herramientas disponibles para levantarlo y la comunidad deberá así exigirlo. Esta indiferencia sobre el conflicto está produciendo mucho daño, especialmente a quienes no tienen otra posibilidad que la escuela pública.