Entrevista con Erin Vargas
“Hoy se enseña música con la pedagogía del siglo XIX”
El pentagrama y las notas, el todo y las partes: para Vargas es necesario recuperar el uso de grafismos para mejorar la enseñanza de la música.
Foto: Archivo El Litoral.
El compositor y pedagogo venezolano sostiene que las actuales metodologías y didácticas de enseñanza para la disciplina musical son extemporáneas y deben actualizarse. “Los docentes de música debemos facilitar que los alumnos construyan su propio conocimiento”, afirma.
Luciano Andreychuk
Erin Vargas saluda y estrecha la mano fuerte y amistosamente, como todo aquel que llega de lejos y siente la necesidad de fraternizar pronto, porque el tiempo de residencia será breve. Habla de Maradona, de Hugo Chávez, menciona a la MTV como “la expresión más acabada de la música visualizada, no sonora”, y confiesa su admiración por varios compositores argentinos. El destacado pedagogo y educador venezolano visitó nuestra ciudad para disertar en un congreso internacional de educación musical, organizado por el Instituto Superior de Música de la UNL.
Vargas llegó con una propuesta. Para él, la música dejó de ser un arte exclusivamente sonoro desde hace mucho tiempo. “Ahora es más visual que nunca”, asevera. Entonces, “sería bueno aprovechar este proceso de visualización, rescatando en la enseñanza musical los grafismos musicales tradicionales. Hay que traerlos de vuelta a la escuela y al conservatorio, porque son un legado que nos dejaron los grandes compositores clásicos, y también los latinoamericanos, y que tienen un potencial educativo inconmensurable”, enfatiza.
El especialista considera que el boom de las tecnologías digitales no necesariamente es el camino para una mejor educación musical. “La computadora ofrece grandes potencialidades en la manipulación de los grafismos. Pero aparece un gran peligro: la estandarización de las composiciones. Hay que ser un compositor muy avezado para escaparle a ese riesgo, a esa tentación. En cambio, si los docentes logramos que los alumnos trabajen manualmente, el proceso se vuelve más mental, más pensado y original. Recién después se podría volcar todo a la plataforma digital”, sostiene.
Estrategias didácticas
—En líneas generales, ¿qué estrategias didáctico-pedagógicas deben potenciarse hoy en las escuelas y conservatorios, con las tecnologías digitales en los hombros y siglos de tradición musical, para mejorar la enseñanza de la música?
—Todavía en muchas partes de Latinoamérica seguimos educando con la pedagogía del siglo XIX. Un 85% de los maestros de música siguen esa directriz pedagógica tan antigua. Esto se contrapone a la idea de escuela activa. ¿Y qué es la escuela activa? Es la institución donde el mismo estudiante logra su proceso de conocimiento y el profesor tiende a “desaparecer”. Y esta desaparición nos convierte a los profesores, de alguna manera, en aprendices. Nos pone en una dimensión de horizontalidad y nivelación con los alumnos.
En la actualidad podemos usar los recursos digitales (que son magníficos), pero si los usamos con la mentalidad e ideología pedagógica del siglo XIX, no vamos a ninguna parte. La idea es lograr que el alumno de hoy pueda construir por sí mismo su propio conocimiento. Y el docente asuma el rol de facilitador en el proceso de aprendizaje.
Revalorización
—¿Se reconoce hoy la importancia de la educación musical y del profesor de música en América Latina?
—El rol de educador actual está desvalorizado a nivel continental. En las currículas la disciplina musical se considera como una mera recreación. No olvidemos que la música es, además de un contenido disciplinar a enseñar, un derecho de todo ser humano. Y en varios países del continente la batalla es la misma. Es una lucha permanente para que seamos reconocidos como profesionales de la educación que tenemos una función social relevante. Necesitamos defender y difundir nuestro patrimonio cultural de la música.