Diario de la muerte de mi abuela (fragmento)
“La abuela en el patio”, de Ernesto Fertonani.
Diario de la muerte de mi abuela (fragmento)
“La abuela en el patio”, de Ernesto Fertonani.
Por Irma Verolín
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Afilar la memoria como si se le sacara punta a un lápiz, día tras día, noche tras noche. A fuerza de no contar con otra cosa, de acercarse a la muerte sin demasiado cuidado, es preciso avivar lo acontecido. Eso hace mi abuela. Y usa no sólo su cabeza sino su voz, su voz de pajarita en un departamento de Villa Crespo. Le gusta escucharse a sí misma repitiendo lo que ya sabemos, lo que ella misma repitió ayer y anteayer y la semana pasada. Necesita convencerse de que tuvo una vida. Dice la palabra “yo” y eso la regocija. ¿Hay alguien detrás de la palabra “yo”? Mi abuela golpea y golpea una puerta con sus palabras para ver si la puerta se abre. La puerta queda entornada y del otro lado circula el viento, el viento proverbial que teje las palabras. Sólo palabras. ¿Es eso la vida? ¿Estamos hechas de viento y no de tierra y agua como dice la Biblia? Y el fuego está lejos, muy lejos, está en el sol que ya no se puede mirar, porque lastima los ojos. Lejos viento y sol, tierra y agua dentro de un libro y luego esto, la vida misma, hecha y deshecha, nada entre las manos, palabras.