INVESTIGACIÓN

Una mirada a la historia urbana de Santa Fe

La docente de la UNL Adriana Collado defendió en España su tesis doctoral sobre la modernización urbana en ciudades provincianas de Argentina. Su trabajo fue distinguido con el Premio Extraordinario de Doctorado que otorga anualmente la Universidad Pablo de Olavide.

Una mirada a la historia urbana de Santa Fe

Panorámica del barrio Sur de Santa Fe en la década de 1930, tomada desde los techos de la Casa de Gobierno. Fuente: MCSF. Labor Municipal en la Ciudad de Santa Fe. 1937/1941.

 

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL. FOTOS: GENTILEZA ADRIANA COLLADO

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Adriana Collado, profesora e investigadora de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UNL, defendió en España su tesis doctoral sobre el tema “Modernización urbana en ciudades provincianas de Argentina 1887-1944. Teorías, modelos y prácticas” que fuera desarrollada en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, bajo la dirección del Dr. Juan Luis Piñón Pallares, catedrático y director del Instituto de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Valencia.

Recientemente, dicho trabajo fue distinguido con el Premio Extraordinario de Doctorado que otorga anualmente la Universidad Pablo de Olavide.

“He trabajado el tema convencida de que la historia urbana es un saber que tiene especial protagonismo en el estudio de la ciudad actual, en las posibilidades de explicarla y fundamentar los modos de intervención sobre ella. Siempre entendí a la historia como un instrumento de interpretación y como una guía orientadora de las prácticas, por eso pretendí hacer, al decir de Marina Waisman, “una historia escrita desde los intereses del presente”, destacó la docente.

La investigación giró sobre el proceso de modernización urbana verificado entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX en algunas ciudades de rango medio de Argentina, que presentan como rasgo común su condición de históricas capitales de provincias. “En ese marco me interesó estudiar la transmisión y asimilación de los idearios y modelos de la urbanística y su articulación con las realidades locales. Santa Fe tomó gran protagonismo puesto que quise abordarla como tema central de investigación; otras ciudades, como Córdoba, Mendoza, Tucumán y Corrientes, operaron como referencia más distante y fui recortando en ellas ciertos aspectos que me preocupaba confrontar con el caso santafesino”, explicó.

LAS HIPÓTESIS

Las hipótesis atendieron al encuadre del problema en el marco del proceso de modernización que vivió Argentina y a cuestiones particulares centradas en la circulación de los modelos e ideas. “Por una parte, resulta notable cómo la “cuestión urbana’ se constituyó en un rasgo caracterizante de ese proceso de modernización que se inicia en el interior, en las últimas décadas del siglo XIX. Pretendí destacar que a través de las decisiones sobre la edilicia, la vialidad, las infraestructuras, la higiene urbana, se fue verificando un contundente y sostenido ejercicio de los discursos modernizadores a lo largo del período”, sostuvo la especialista.

Otra cuestión a verificar era cómo en la aplicación de idearios urbanísticos foráneos, se operaba una reelaboración de los mismos en virtud de coyunturas culturales, condiciones de producción y formas operativas sustancialmente distintas a las de los focos emisores. “Así como es dable reconocer en las dirigencias de los grupos sociales del período estudiado una voluntad de reproducir modelos extranjeros, también es notorio que esa reproducción no fue literal y casi siempre implicó un alto grado de reelaboración, lo que me llevó a aplicar la noción de “traductibilidad”, fundamentó.

EL ESQUEMA METODOLÓGICO

“Consideré simultáneamente una serie de cuestiones que, combinadas y entrelazadas, operaron a modo de matriz interpretativa: las múltiples representaciones de ciudad y sus procedencias que, a veces contradictoriamente, coexistieron para una misma ciudad en un mismo momento; las posibilidades materiales y culturales de cada coyuntura para llevar adelante los proyectos; la cultura profesional de la generación de técnicos intervinientes y el análisis comparado de fenómenos análogos en las distintas ciudades seleccionadas”.

“Esta metodología superpuso numerosas ciudades: la ciudad “percibida’ por el habitante, la ciudad “objetivada’ por el gobernante o funcionario de turno, la ciudad “relatada’ a través de textos (literarios, periodísticos) o de las imágenes (iconográficas, fotográficas), la ciudad “proyectada’ por los expertos en urbanismo, en arquitectura, en transporte, por los ingenieros sanitaristas”.

“El marco temporal se pudo acotar con bastante precisión, y tomé como criterio endógeno de periodización la emergencia de importantes acontecimientos de índole urbanística: como inicio, el momento de surgimiento y puesta en marcha del proyecto modernizador que se ubica en la década de 1880, con las obras de pavimentación de calles, energía eléctrica, ferrocarriles, redes de saneamiento, momento en que, coincidentemente, se perfilan los primeros proyectos urbanísticos de envergadura. En el otro extremo (hacia mediados de la década de 1940) se ubica la consolidación de ese proyecto modernizador con la infraestructura vial y ferroviaria completada, las ampliaciones y renovaciones de los puertos de las ciudades litorales; la expansión de la red de servicios sanitarios, los equipamientos públicos renovados, verificándose nuevas líneas en la urbanística, con la emergencia del ideario del Ciam y el trastocamiento de la escala de los planes, que pasan a ser planes regionales”.

Los contenidos y problemáticas

“En cada capítulo traté de presentar un momento particular de la historia urbana de Santa Fe, en el que puede reconocerse una unidad interna, una problemática y unos límites más o menos precisos; traté de contrastar cada caso en un doble juego de coordenadas: confrontándolo con el estado de situación del pensamiento urbanístico en el país, en esa coyuntura y estableciendo comparaciones, en un marco temporal coincidente, con otras ciudades”, manifestó la investigadora.

“El recorrido por el período poscolonial hasta 1880, me permitió verificar un estado de situación bastante homogéneo, en tanto se trataba de ciudades relativamente pequeñas, que conservaban casi intactas las huellas del pasado hispánico y que presentaban una débil dinámica transformadora; identifiqué una serie de acontecimientos coincidentes y unos incipientes intentos por poner a las ciudades a tono con los nuevos tiempos del país, regulando el espacio público y construyendo infraestructuras y equipamientos novedosos”.

“Al estudiar las estrategias para la transformación de las ciudades en los últimos años del siglo XIX, comprobé que sin pensarse aún en el plan global, se comienza a notar un interés por aproximaciones científico-técnicas a los problemas de la ciudad. Se pudieron constatar las implicancias que estas acciones tuvieron en la definición de una impronta urbana posterior, analizar su originalidad en el contexto de las prácticas urbanísticas locales y entender cómo permitieron articular un primer ensayo de modernización urbana, aún cuando se tratara de operaciones descoordinadas”.

“Ya en el siglo XX, la primera década estuvo marcada por la puesta en acto de los enunciados del Arte Urbano, los planes de embellecimiento, que se pensaron en torno al rutilante y contradictorio momento del Centenario de Mayo, en tanto la década de 1920-30 fue el momento en que verdaderamente comienza a cristalizar entre nosotros la disciplina urbanística, con la introducción de la noción de Plan Regulador, la maduración del debate y la formación de los primeros especialistas. Ambos procesos tuvieron repercusión en las capitales provincianas”, detalló.

“En el último capítulo desarrollé los múltiples acontecimientos urbanos de la larga década de 1930, de una notable efervescencia tanto por los debates sobre los problemas, cuanto por la afirmación del campo disciplinar y la consolidación del grupo de expertos. Hubo entonces una voluntad generalizada de contar con planes reguladores a los que se les asignaba una función salvadora en la organización de la ciudad pero que, una vez obtenidos, eran objetados para su puesta en acto”.

 

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Plan de Urbanización de 1927; planta general e ilustraciones. Reconstrucción propia en base a: Collado, Bertuzzi, Del Barco. M. Atlas Histórico de Santa Fe, 1880-1945.

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El trabajo de la investigadora fue distinguido con el Premio Extraordinario de Doctorado que otorga anualmente la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla.

Foto: AMANCIO ALEM

Algunas conclusiones

“A medida que recorría estos episodios de historia urbana, fui verificando una transmutación en la escala de las propuestas, desde el tratamiento de cuestiones singulares -los bulevares, un barrio, un conjunto de avenidas, un parque-, pasando por la escala intermedia del proyecto de áreas de magnitud a partir de focos de interés -los planes de embellecimiento y el trazado de ejes viales perspécticos en la etapa del Centenario- hasta abarcar la ciudad en su conjunto, para llegar luego a una etapa de mayor madurez con los planes reguladores de la década de 1930. Este aparente cambio de escala no trasunta un mero problema cuantitativo, sino, mucho más importante aún, un cambio en la concepción del rol que juegan los proyectos urbanísticos y un avance en términos de las competencias y profesionalidad de los cuerpos técnicos municipales y en el conocimiento y manejo de las teorías urbanísticas en boga”, subrayó Collado.

“Pero también fui reconociendo que los planes actuaron en gran medida como un horizonte de expectativas casi utópico, un horizonte por momentos inalcanzable en el contexto de la puja de poderes que operaban en las ciudades. Como contrapartida, las improntas urbanas de capitales provincianas se redefinen desde las expectativas y los imaginarios suscitados, atendiendo a una relación contradictoria entre ciudad “proyectada’ y ciudad “imaginada’, el ámbito de lo posible y el ámbito de lo deseado, que se cruzan y se distancian según la coyuntura.

“El valor transformador y de impacto de un proyecto en el cuerpo de la ciudad histórica no debe medirse sólo desde los cambios en su realidad material, sino también en el potencial propositivo que los proyectos despertaron. Es notable cómo con la consolidación disciplinar también se va afianzando la figura del experto, que pasa de ser un personaje exótico (profesional extranjero que muchas veces estaba apenas de paso) a integrarse de manera estable a los cuerpos técnicos de los organismos estatales.

“Con respecto a la circulación/traducción, se pudo ver, por ejemplo, cómo el bulevar tuvo su antecedente inmediato en un bulevar de circunvalación, planteado para Buenos Aires; y en ese mismo año, Córdoba y Tucumán decidieron acciones similares con fundamentos coincidentes (higiene, orden, eficiencia circulatoria). A la vez, el proyecto santafesino reconoce en el discurso de sus autores un abanico de referentes, que no es descabellado considerar dada la formación europea de los profesionales que actúan”.

PASADO Y PRESENTE

“El fracaso de muchas propuestas se explica en parte en la débil base jurídica que existía en la Argentina de entonces, lo que en sí fue un impedimento para ejercitar modelos a la francesa que no pudieron ser más que remotos referentes. Las deficiencias de la legislación originadas en la falta de perspectiva y de tradición respecto de una construcción colectiva del espacio urbano tornaban más grave el problema.

“Esto quedó claro, por ejemplo, cuando verificamos las dificultades de los poderes municipales para llevar adelante los ensanches y alineamientos de calles mediante la expropiación de una franja reducida de lotes, aun en los casos en que no significaba demolición de la edilicia.

“La traducción de los modelos dio lugar a un rico proceso de adaptaciones y asimilaciones a la circunstancia productiva local, lo que en sí mismo significa una reformulación de las premisas teóricas; en estos proyectos la ciudad no fue objeto de teorización, sino que su realidad fue manejada desde fragmentos de teorías que fueron tomados desde un frondoso universo de conocimientos escasamente sistematizados.

“Habíamos dicho que una traducción no se valoraría tanto por su fidelidad con respecto al original, sino por su capacidad para armonizar con la cultura y la lengua a las que se integra; en este sentido, la dificultad para la concreción de muchos de estos proyectos radicó en la imposibilidad de armonizar cuando no estaban dadas las condiciones para su efectiva materialización. En gran medida, estos ampulosos proyectos para ciudades provincianas actuaron como apelaciones a una “voluntad de ser’ de las urbes antes que como previsiones realistas dentro de las condiciones de las respectivas coyunturas.

“Una investigación como ésta, antes que darse por terminada, lleva implícito un compromiso hacia adelante.

“Por una parte, pese a que creo haber apenas planteado una línea de trabajo en el campo de los estudios comparados, soy optimista en cuanto al potencial productivo que la misma nos abriría en caso de avanzar en ese sentido, y allí hay un desafío abierto”, afirma la investigadora.

“Por otra, deseo que las cuestiones de la historia urbana puestas en juego aquí puedan aportar a una interpretación más plena y consistente de la situación actual, especialmente para el caso de Santa Fe, enriqueciendo la reflexión sobre sus problemáticas. Y, en definitiva, quedaría satisfecha si este trabajo llega a ser entendido como una mirada actualizada hacia la historia, como una reflexión sobre el pasado orientada por los problemas del presente”.


Una mirada a la historia urbana de Santa Fe

Vista del bulevar Gálvez esquina Las Heras. La construcción que asoma entre la arboleda es la casa del director de la Compañía Francesa de FFCC (actual Alianza Francesa). Fecha: 1905 circa.

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Plan Regulador de Santa Fe, Miguel C. Roca, 1944. Planta general e ilustraciones. Reconstrucción propia en base a: Collado, Bertuzzi, Del Barco, M. Atlas Histórico de Santa Fe, 1880-1945.