El busto de Nefertiti ya
no podrá fotografiarse
(EFE)
El famoso busto de Nefertiti, la faraona que se exhibe en el Neues Museum de la capital alemana, ya no podrá ser fotografiado, ni siquiera sin flash, para evitar la degradación de los pigmentos de la escultura.
Así lo han anunciado hoy desde la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano, que han explicado que la medida se toma como precaución ante el incumplimiento, por parte de muchos visitantes, de la norma que prohíbe fotografiar con flash a la reina egipcia.
No obstante, según han añadido, la prohibición de hacer fotos sólo atañe al famoso busto, que requiere de una especial protección, por lo que el resto de piezas que alberga el museo podrá seguir siendo retratado, siempre sin flash.
La reina del Nilo, uno de los tesoros arqueológicos más preciados de Berlín, está protegida por una urna de cristal antibalas en una pequeña sala con luces tenues y, hasta ahora, se permitía a los visitantes que tomaran imágenes sin flash del busto.
La pieza, que cuenta con más de 3.500 años de antigüedad, se ubica desde el pasado mes de octubre en el Neues Museum, en la isla de los museos, lugar que fue su primer emplazamiento para ser exhibida, después de haber sido descubierta en Egipto por arqueólogos alemanes hace casi un siglo.
Nefertiti pasó sepultada y sin sobresaltos 3.400 años en el Valle de Amarna, hasta que fue descubierta por el arqueólogo Ludwig Borchardt en 1912.
Primero fue presentada en el Neues Museum, donde encandiló ya al káiser Guillermo II, que se llevó consigo una réplica a su exilio holandés, en 1918.
También cautivó a Adolf Hitler, que, además de negarse a restituirla a Egipto, hizo que se la ocultase en una mina de Turingia mientras ordenaba a la población de Berlín resistir hasta la última gota de su sangre bajo los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, que destruyeron el Neues Museum.
De Turingia la rescataron las tropas estadounidenses y durante décadas fue exhibida en el sector americano del Berlín dividido por el Muro, primero, en las afueras de la ciudad y, a partir de 1967, en el Museo Egipcio del barrio de Charlottenburg.
Tras la reunificación vino un sinfín de nuevas mudanzas en varios domicilios provisionales: en primer término, fue colocada en el Kulturforum, entre los neones de un moderno complejo museístico, y luego, en el Altes Museum, ya en su Isla, mientras el arquitecto David Chipperfield acondicionaba el museo en el que ahora reside.
A partir de ahora, los turistas tendrán que conformarse con las postales, ya que no podrán llevarse a casa un recuerdo en su propia cámara de la que está considerada como “la “Mona Lisa” de la Antigüedad.