EDITORIAL

Facebook, “rateadas” y valores educativos

El fenómeno comenzó en Mendoza y rápidamente repicó en gran parte de las provincias del país, entre las que Santa Fe no es la excepción. A través de la red social de Internet conocida como Facebook -que ya tiene más de 400 millones de miembros en todo el mundo-, miles de adolescentes de escuelas secundarias organizan faltazos masivos a clases.

Los avances tecnológicos y los nuevos paradigmas culturales plantean una realidad desconocida hasta hace muy pocos años, con desafíos para los que docentes, autoridades políticas y padres de familia no parecen estar preparados. Se trata de un fenómeno nuevo y, por lo tanto, lo primero que se debe evitar es caer en lecturas condenatorias superficiales que desembocan irremediablemente en la ilusión de seguir creyendo en viejas recetas para realidades novedosas.

Tampoco tiene sentido creer que se trata de un problema de “mala formación” de las escuelas argentinas. Tanto es así, que también los alumnos uruguayos organizaron el grupo “Rateada general en todos los liceos de Uruguay”. Los estudiantes de Montevideo acordaron encontrarse en el Parque Batlle tras el faltazo.

Las “rateadas”, “chupinas” o “cuqueadas” -según la región del país- siempre existieron. Lo nuevo, en este caso, es la herramienta que Internet pone al alcance de las manos de los alumnos. Y contra dicha herramienta, poco o nada se puede hacer. El fenómeno existe, y a partir de ahora el desafío será encontrar los argumentos necesarios para convencer a los adolescentes que utilicen correctamente las nuevas tecnologías.

El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, adelantó que el tema iba a ser analizado durante la reunión que realizaba hoy el Consejo Federal, de la que participaban los ministros del área de todas las provincias.

En declaraciones realizadas la semana pasada, el ministro dijo que “si bien en un primer plano de análisis está la travesura, hay que evaluarla como hecho pedagógico. Queremos pensar que los padres están muy atentos, porque el sistema educativo puede dar cuenta de los chicos cuando están dentro de la escuela, pero no cuando están, por ejemplo, en una plaza. Eso es más difícil y escapa a lo educativo”.

Como cualquier herramienta, Internet y Facebook no son buenos o malos en sí mismos, sino que sus efectos dependen de la utilización que les den sus usuarios. Gracias a estas tecnologías, durante los últimos años se vienen produciendo noticias tan alentadoras como hijos que se reencuentran con sus padres o campañas masivas de bien público que se originan a partir de la buena voluntad de personas comunes que deciden actuar, sin esperar las respuestas de los gobiernos.

El 4 de febrero de 2008, por ejemplo, trece millones de personas se movilizaron en numerosas ciudades del planeta en contra de las FARC colombianas. La convocatoria había sido realizada a través de las redes sociales Facebook y MySpace.

La respuesta está ahora en manos de autoridades, docentes y padres de familia. El gran desafío será pensar una escuela adaptada a las necesidades de las nuevas generaciones, sin perder de vista los valores humanos y educativos fundamentales.