VI Argentino de Danza


Intensa y valiosa experiencia

Del 6 al 9 del corriente, Santa Fe vivió, con la presencia de gran cantidad de intérpretes, creadores y público, el acontecimiento organizado por la Universidad Nacional del Litoral.

Intensa y valiosa experiencia

“Después de mí”, de Alejandra Ramos, con excelentes intérpretes y belleza visual.

 

 

Cristina Copes y Ricardo Rojas

La Universidad Nacional del Litoral apostó nuevamente a ciclos de nivel artístico que se sostienen en el tiempo, con el auspicio del Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia , la Municipalidad de Santa Fe y la Asociación Amigos del Centro Cultural Provincial.

Este Encuentro, de relevancia en el escenario nacional, se desarrolló en las Salas del Centro Cultural Provincial, el Teatro Municipal 1º de Mayo y el Foro Cultural de la UNL.

El VI Argentino de Danza se completó con una propuesta vinculada con la formación, el Taller “Danza-Improvisación: entrenamiento y creatividad”, a cargo de Silvina Koss. Con un sentido de registro y reflexión sobre el evento, proponemos un recorrido por las propuestas estéticas.

“Bella noche” (Tucumán), de Gerardo Litvak, por el Ballet Contemporáneo de Tucumán.

Centrada en la improvisación de los intérpretes que refleja en la coreografía, gira en torno al tema de la identidad concebida bajo la forma de aquellos ritos que configuran nuestra idiosincrasia . La banda de sonido incluye desde un bolero a una cumbia, explorando de este modo el cruce entre danza popular y danza contemporánea.

Excelentes bailarines con riguroso entrenamiento en las actuales corrientes de la danza, cuidada coreografía con momentos de gran brillo e imágenes de particular belleza. La iluminación completa una puesta interesante.

“Cuerpos en foco” (Tucumán), de Patricia Sabbag, por el Ballet Contemporáneo de Tucumán.

La propuesta parte de improvisaciones sobre los conceptos de luz, oscuridad, foco y espacio. Es un proceso donde los cuerpos, desde el concepto de la fotografía, trasladan estos ejes a sus realidades corpóreas. Cuerpos que dejan huellas sobre el escenario y desde ahí surgen las imágenes que, proyectadas sobre la piel, son devueltas por la mirada del coreógrafo. Bellas imágenes apoyadas por solvente iluminación y apoyo técnico.

“Abrazada al suelo” (Tucumán), de Gustavo Lesgart, por el Ballet Contemporáneo de Tucumán.

Enamorado de la tierra, la gravedad, las caídas, que marcan su estilo de movimiento. La pieza es el resultado de una integración de los movimientos que propone Lesgart. Con un lenguaje de dinámicas aceleradas, acrobáticas y de equilibrios delicados, los bailarines del elenco se introdujeron en un mundo físico de vanguardias de movimiento. La danza de “Abrazada al suelo” está generada en base a principios físicos esenciales tales como la relación peso-soporte, suelo-verticalidad, con patrones naturales del movimiento humano que comienzan a conectarse hasta llegar a un lenguaje de danza. No hay una historia contada: en cada coreografía se puede encontrar una anécdota. Excelente trabajo desde la intensidad de la propuesta, la entrega e interpretación de los bailarines, la cuidada estética y la coherencia creativa del coreógrafo.

“Después de mi” (Rosario), de Andrea Ramos.

“Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo”. (Marguerite Youcenar).

El producto, de impecable factura, nos ubica frente a un trabajo de investigación en la que directora e intérpretes toman como punto de partida el material del cuerpo, movimiento, voz, gesto, como materias expresivas potentes y autónomas en su capacidad creativa, pero resolviendo la acción a través de coreografías de gran potencia. El espacio dramático es un sitio cotidiano, lugar de lo habitual y contenedor del desenfreno. Las acciones, impregnadas de particular y contenida violencia, que incluye la manipulación siniestra de un cuchillo de cocina, se funden impecablemente en coreografías precisas que dejan espacio para un humor oscuro.

Propuesta artística muy impactante por su rigor estético, incluyendo vestuario, maquillaje e iluminación, e intensas interpretaciones.

Trabajos brillantes

“Anoche mariposa” (Córdoba), de Cristina Gómez Comini, por la Compañía Danza Viva.

La coreógrafa cordobesa llega en esta oportunidad con “Anoche Mariposa”, donde propone el tema del insomnio y éste, como disparador de lo siniestro por la aparición de capas ajenas a lo cotidiano.

En la materialización de la propuesta se utiliza un interesante y funcional dispositivo escénico móvil y la imagen de video que se refleja tanto en esa escenografía como en los cuerpos de los intérpretes, que son quienes van construyendo la escena con sus movimientos y acciones. Un hombre y una mujer en estado de insomnio y un tercer personaje poniéndole el cuerpo a la oscuridad, al abismo de lo extraño, con un perturbador cabello largo cubriéndole el rostro constantemente. Tal vez esa mariposa negra que aparece en el video invadiendo la noche, los cuerpos, la mente. Los bailarines nos hacen testigos de una seria investigación en la búsqueda de movimientos como uno de los lenguajes más potentes de la puesta, ejecutados con un excelente dominio de la técnica. La banda sonora es exquisita, integrándose como un sustrato más en la composición de la escena.

¿Sueño o vigilia?, ¿pesadilla o realidad?: bordes en donde no se deja cerrado algo, sino que se abren percepciones, nos acerca a artistas serios, rigurosos y arriesgados en la concepción de sus producciones.

“Maneries”, (Buenos Aires), de Luis Garay, por Florencia Vecino.

En esta obra se nos impone la anatomía, la presencia del cuerpo casi como una máquina que nos dispara signos con sólo estar ahí, a veces detenido, como al inicio del trabajo, donde la bailarina (intérprete ideal) permanece bajo una tenue luz sin movimientos aparentes pero que crece en tensión y evoluciona. Un cuerpo que va buscando diferentes posibilidades para emprender un viaje donde las articulaciones ofician de camino y el punto de llegada es una explosión de lo sensorial, de lo sígnico en el público, que permanece hipnotizado mirando UN CUERPO como el de todos pero expuesto, no sólo por la desnudez de la intérprete cuando se despoja de su indumentaria ,sino por lo que es capaz de realizar en escena, con excelente iluminación y banda sonora electrónica.

Aparecen secuencias de signos icónicos que nos traen o sacan del constante extrañamiento que provoca. Una obra a destacar por lo diferente en la búsqueda de dramaturgias, alejadas de todo cliché temático o técnico de la danza contemporánea, como de todo relato, inmersa y concentrada en su propio e inhabitual contenido que no es ni más ni menos que EL CUERPO.

“Al ras o de nada vale que corras cuando el incendio va contigo” (Buenos Aires), de Roxana Grinstein.

La obra propone un espacio escénico compuesto por una seriación de luces, focos que penden desde el techo y cuelgan cerca del piso y es allí, en el suelo, donde se ven tres mujeres que se arrastran, se tuercen, se miran y comparten la limitación que se imponen o en la que están inmersas como personajes en el espacio inmenso. Las mujeres-larvas realizan esfuerzos por superar ese estadio, crecer, asomarse hacia otro lugar. Para corporizar estas instancias, las bailarinas realizan coreografías a partir de estos impedimentos físicos y que podemos intuir de otra índole, dando cuenta del entrenamiento de las intérpretes. La evolución del relato se torna tediosa y repetitiva. Un trabajo interesante que pide síntesis para ganar en la contundencia de las bellas imágenes propuestas.

La diversidad

“Cuarto creciente” (poema visual, Buenos Aires), de Roberto Daniel Galván, por la Compañía de Danza del Iuna.

Poesía visual que invita a ser mirada como quien lee un soneto sobre la luna. Los cuerpos de los intérpretes, satélites en rotación y traslación, recortan, con su vestuario blanco, el negro del espacio. La estructura global de la obra se compone de pequeños trabajos coreográficos que se hacen y deshacen, inmersos en un crescendo sonoro y visual. Excelentes bailarines en bellas coreografías en las que la dimensión poética es la imagen misma.

“Todo a medias” (Buenos Aires), de Roxana Grinstein, por la Compañía de Danza del Iuna.

La pequeña obra, un solo, nos habla sobre la búsqueda para lograr plenitud, zonas de silencio, suspensión en el tiempo y marcado despojamiento, en secuencias de movimiento sugerentes. Una excelente intérprete de la Compañía de Danza del Iuna, elenco estable de destacado nivel técnico e interpretativo.

“Perro suelto” (Buenos Aires), de Gustavo Lesgart, por la Compañía de Danza del Iuna.

De simple y potente factura, “Perro suelto” es simplemente el espacio y los cuerpos que lo transitan. La escena dispara una gran sensorialidad que se desprende de los encuentros, abrazos, el roce de una mano, cuerpos que corren velozmente, el esfuerzo del salto, caída y vértigo. El espacio escénico, en su totalidad, es intervenido por los cuerpos de los bailarines con secuencias coreográficas grupales, dúos y solos, muy potentes y vertiginosas.

Lenguaje de gran claridad en esta propuesta de Lesgart. Una propuesta en la que la danza, desde la escena, irradia placer, como una sensación que atraviesa al espectador inevitablemente.

“Producto argentino” (Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán), de Silvina Grinberg y Rakhal Herrero.

En el marco de este espacio que se propone como taller de encuentro y producción para bailarines de diferentes provincias argentinas, se llevó adelante una investigación con formato de work in progress; a partir de esta premisa, los intérpretes aportaron sus experiencias personales y de sus regiones, imprimiendo de este modo, al trabajo final, claros signos de identidad.

Excelente manejo espacial que adaptó y potenció la arquitectura del lugar elegido para su presentación, incorporando imágenes de video que aportaron elementos de sentido a la propuesta, recorriendo singularidades de los intérpretes y paisajes que articularon la idea de un trabajo de artistas argentinos compartiendo la experiencia.

“Maya” (Santa Fe, de Luis Garay, coreógrafo invitado), por Compañía de Danza de la UNL.

Garay pone en escena cinco sujetos en un espacio de ritual; en ese lugar los intérpretes van desplegando, en tiempo real y fuera de toda ficción, movimientos que los vinculan con sí mismos y con los otros. El lenguaje se va construyendo y es provisorio, prima la lentitud en lo temporal y lo ligado en lo kinético.

En esta tribu aparecen objetos simbólicos: madera, piedra, un líquido blanco derramado en el piso. Hay concentración y despojamiento en los intérpretes, salvo en momentos en que se cuelan algunos vicios. Resulta evidente el atajo que el creador toma de la danza formal y, a partir de allí, expone sus cuestionamientos sobre nuestra propia cultura, aquello que nos viene formateado. Rompe, propone y en este trabajo somete al público y corre riesgos.

Intensa y valiosa experiencia

“Perro suelto”, del Iuna de Capital Federal.

Intensa y valiosa experiencia

“Maneries”, de Luis Garay, con la performer Florencia Vecino.

Intensa y valiosa experiencia

“Cuarto creciente” (poema visual), del Iuna de Capital Federal.

Fotos: Pablo Aguirre

Intensa y valiosa experiencia

“Al ras o de nada vale que corras cuando el incendio va contigo”, de Roxana Grinstein.

Intensa y valiosa experiencia

“Anoche mariposa”, Compañía Danza Viva de Córdoba.