Dos lauros académicos para la Arq. Adriana Collado
La investigadora que desentrañó la
historia de la urbanidad en Santa Fe
La docente e investigadora de la UNL fue reconocida internacionalmente por su tesis doctoral. En el trabajo aborda la modernización urbanística en las ciudades provincianas desde la segunda mitad del siglo XIX -y en particular Santa Fe- en el marco del proceso de construcción de la Argentina moderna.
La Arq. Adriana Collado fue distinguida internacionalmente por su tesis doctoral, que aborda un estudio sobre el urbanismo en las ciudades provincianas desde la segunda mitad del siglo XIX.
Foto: Amancio Alem
Luciano Andreychuk
Adriana Collado, reconocida arquitecta local, llega al lugar pautado para la entrevista y saluda con una sincera cordialidad; pide humildemente disculpas por negarse al ofrecimiento de un café (la mañana es muy fría y la oferta se vuelve más que tentadora) y habla con simpleza, como quienes tienen esa capacidad especial de explicar lo complejo en un tono coloquial, casi didáctico. Simpleza que acaso contrasta con el soberbio “Sobresaliente cum laude con mención de unanimidad”, calificación con que la comunidad académica internacional ha distinguido a su producción investigativa.
Porque además de docente de la Facultad de Arquitectura de la UNL, Collado es una observadora analítica de las formas. O mejor, de cómo el elemento urbanístico contribuye a la organización e identidad de los pueblos, en función de la singularidad de cada etapa histórica. Por esa capacidad especial para observar, estudiar y analizar la historia y las formas (y la historia de las formas urbanísticas), su tesis doctoral había recibido el prestigioso premio extraordinario de doctorado 2007-2008 (de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España).
Ahora este trabajo de investigación fue nuevamente premiado en el marco de la VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (del ministerio de Vivienda del Gobierno de España), que se realizará en Medellín, Colombia, en octubre próximo. Su tesis se distinguió entre 69 propuestas de Argentina, Brasil, Centroamérica, Colombia, Chile, Ecuador, España, México, Portugal, Uruguay y Venezuela.
La Santa Fe colonial, en foco
“Modernización urbana en ciudades provincianas de Argentina: teorías, modelos y prácticas (1887-1944)” es el título de su trabajo. “La preocupación central de la tesis fue detectar dos cuestiones en el marco de los procesos de modernización que vivieron las ciudades argentinas a partir de la segunda mitad del siglo XIX: primero, la importancia que la atención de la problemática urbanística asumió en la construcción de un ideario modernizador; segundo, la incidencia de las teorías y modelos urbanísticos foráneos (concretamente europeos) en la formalización de los planes y proyectos desarrollados para las ciudades argentinas”, explicó la académica en diálogo con El Litoral.
Se tomó como objeto central de estudio a la ciudad de Santa Fe. Y se buscó relacionar y comparar el proceso de modernización y transferencia de idearios del caso local con lo producido en otras ciudades provincianas, como Tucumán o Córdoba. “Por lo general los proyectos urbanísticos tenían siempre un origen exógeno: los centros emisores (a imitar) eran las ciudades europeas. Pero la hipótesis es que esos modelos y teorías exógenas no se aplican con un criterio de traducción “literal’, sino que se reelaboran en cada medio local, es decir, en cada ciudad provinciana. Incluso se dan sucesivas reelaboraciones”, explicó la autora.
La particularidad de lo local
“Un ejemplo: tomemos por caso la renovación urbanística de París de mediados del siglo XIX. Cuando ese modelo urbanístico se traslada a ámbitos periféricos, tienen una doble traducción: primero la aplicación en ciudades “de primer rango’ como Buenos Aires, y luego la re-reelaboración de los modelos en otras ciudades provincianas, en otras capitales periféricas”.
“Durante muchas décadas -prosiguió la arquitecta-, la historiografía se nutrió del paradigma de la dependencia, el cual sostenía que lo único que se hacía era reproducir, sin demasiados tamices, modelos urbanísticos ajenos, extranjeros. Si bien eso modelos de dependencia existieron, lo que se ejercía no eran traducciones literales degradadas, sino una suerte de reelaboración de los modelos, que implicaba originalidad en el resultado final”.
Y en Santa Fe ocurre algo novedoso: “Aquí operaron, en la organización urbanística, un conjunto de ingredientes de lo local que hicieron que el resultado (de esa organización) tenga grados de originalidad muy importantes”, destacó la autora. “La construcción urbanística en la ciudad de Santa Fe fue novedosa a nivel del urbanismo en provincia. Y distinta a otras ciudades”.
“En Tucumán, Santa Fe y Córdoba, el mismo modelo era reelaborado con criterios similares, pero era diferente a lo que fue en Buenos Aires, y muy diferente a lo que fue en París, que representaba la centralidad europea. Es muy interesante ver cómo pesa (en la composición urbanística) lo local, los intereses locales, la idiosincrasia de cada ciudad”, definió.