En el patio de una casa, en barrio Adelina Este

Hallan huesos de un animal prehistórico en Santo Tomé

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Sorprendido. Miguel Hagos junto al pozo en el que se encontraron los restos óseos que podrían pertenecer a la megafauna (que incluye a animales como los megaterios -osos perezosos gigantes-, los tigres dientes de sable y los gliptodontes). Agencia Santo Tomé

Los encontraron en la vivienda de la familia Hagos, al cavar para hacer un pozo negro. Las primeras investigaciones sostienen que podría tratarse de un animal que habría formado parte de la megafauna.

 

Ariel Durán-Sergio Ferrer

santotome@ellitoral.com

Un hallazgo de características extraordinarias sucedió en el domicilio de la familia de Miguel Hagos, ubicada en Belgrano 4326 de Santo Tomé, en el barrio Adelina Este. Miguel estaba cavando un pozo negro junto a su hijo Pablo y su vecino Diego Abelardo Sosa, cuando este último, a unos cuatro metros y medio de profundidad, se encontró con un par de huesos de grandes dimensiones, que le llamaron poderosamente la atención.

“Nos pareció algo muy raro, porque por el tamaño consideramos que no eran huesos de perro ni de humano, así que les dije a los muchachos que no siguieran excavando y que dejaran todo como estaba, que yo iba a tratar de comunicarme con la Municipalidad para que me orienten y asesoren”, contó Miguel Hagos a El Litoral, todavía con algún rasgo de sorpresa y asombro.

No es un gliptodonte

Una vez contactado el municipio, se hizo presente en el lugar la arqueóloga y antropóloga santotomesina María Rosario Feulliet, quien es la encargada de los trabajos del sitio arqueológico que se encuentra cerca de esta zona, más precisamente en calle Roverano al 300 (enterratorios humanos de 900 años de antigüedad).

Después de realizadas las primeras observaciones, Feulliet comentó que se trataría de un ejemplar de lo que científicamente se define como megafauna. Esta última está conformada por grandes mamíferos que convivieron con el hombre y se extinguieron aproximadamente 10.000 años atrás, lo que no quita que el animal avistado (al que los descubridores le pusieron un nombre: “Abelardito”), pueda tener muchos miles de años más de antigüedad.

Entre los más conocidos especímenes de la megafauna se puede mencionar al scelidotherium y los megaterios -especies de perezosos gigantes-, los mastodontes, el hypidiom o caballo americano y el tigre diente de sable. Lo que Feulliet aclaró, es que descarta, por la ausencia de caparazón -entre otras cosas-, que estos sean huesos de un gliptodonte, que ha sido el animal prehistórico más encontrado en toda esta zona.

¿Cazado por humanos?

A pesar de aquellas primeras hipótesis y certezas, la especialista insistió en que sólo una vez que estos restos sean bien analizados y estudiados se podrá llegar a una definición más puntual y menos abarcativa, en especial por lo rica que es en especies la referida megafauna.

No obstante ello se pudo constatar que estos huesos no están articulados (uno de ellos es fragmento de cadera y el otro una rama mandibular), por lo que, al aparecer, no murió de muerte natural, existiendo posibilidades que haya convivido con el hombre y haya sido cazado.

“En una semana y media los vamos a retirar, para hacerles el correspondiente estudio de laboratorio”, agregó Feuillet. “Queremos investigar bien este caso, porque podríamos estar ante la primera evidencia en la región de un sitio paleoindio”, destacó para finalizar.

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¿Qué encontraron? María Rosario Feulliet (arqueóloga y antropóloga) le contó a El Litoral que los huesos son fragmentos de la cadera y la mandíbula de un animal que podrían tener más de 10.000 años. Foto: Agencia Santo Tomé