Abrazo simbólico y trabajo comunitario
Abrazo simbólico y trabajo comunitario
Para fomentar el sentido de pertenencia a la escuela
En la semana de la no violencia, el abrazo simbólico tuvo un sentido positivo: no de queja sino de construir un sentimiento de pertenencia a la escuela. Foto: Amancio Alem.
La escuela técnica 527 del barrio Cabaña Leiva sufrió un robo hace poco y los involucrados eran conocidos de la institución. En lugar de hacer un reclamo por la inseguridad, se decidió concientizar a los chicos y vecinos sobre la necesidad de proteger y cuidar la institución.
De la redacción de El Litoral
Los alumnos de la escuela técnica Nº 527 protagonizaron un abrazo simbólico a su escuela, ubicada en Blas Parera 10.055, en el límite norte de la ciudad, que convocó también a familiares, vecinos, a la primaria y al jardín de infantes aledaños. El propósito de la actividad fue comenzar a construir el sentido de identidad y de pertenencia a esta escuela -creada en 2009-, y generar lazos con el barrio.
La idea surgió hace dos meses, a raíz de un robo que sufrió el edificio educativo y que involucró a menores conocidos por la comunidad escolar. “En lugar de apelar a la queja por la inseguridad, quisimos tratar de revertir ese accionar delictivo y convertirlo en una acción positiva para la escuela”, sostuvo la directora Silvia Ambrosselli, junto a la profesora Sabina Moya.
A partir del lamentable suceso, se pensó en realizar actividades dentro del proyecto institucional “Yo protagonista”, en la que estuvieran incluidos no sólo los alumnos y docentes de la institución, sino la comunidad de los barrios Cabaña Leiva, Nuevo Horizonte y El Abasto, de donde proviene la mayoría de los estudiantes.
Con la finalidad de que la indiferencia y apatía demostrada por los vecinos en el momento del robo no se naturalice en la comunidad, se decidió poner en marcha este proyecto que culminó ayer con el abrazo a la escuela. “Queríamos comprometer al vecino, a las asociaciones y comerciantes para que ellos empiecen a considerar a la escuela como parte del barrio”, destacaron las docentes.
Reflexión
Los 350 alumnos de esta secundaria técnica junto a sus profesores trabajaron en la concientización sobre la importancia de proteger el patrimonio escolar, a través de reflexiones escritas, afiches, dibujos, un power point y una canción que se presentó en la jornada de ayer.
También se dividieron en grupos para realizar tareas comunitarias de acondicionamiento del edificio escolar y de los materiales deteriorados por el uso. Los chicos pintaron rejas, colocaron luminarias, limpiaron sus bancos y paredes, organizaron elementos didácticos y hasta se ocuparon de parquizar los patios.
“Tratamos de concientizar a los estudiantes de que a esta escuela van a venir sus hermanos y amigos, y por eso, el edificio tiene que estar en perfectas condiciones, tal y como lo recibieron ellos cuando se creó el año pasado”, explicaron Ambrosselli y Moya.
“Creo que entendieron el mensaje de que la escuela es como si fuera su propia casa, y que deben cuidarla y protegerla como si fuera de ellos”, consideraron.
Comunidad
El trabajo de reflexión giró en torno al concepto de “comunidad educativa”, que es el conjunto de personas que influyen y son afectadas por un entorno educativo, desde alumnos y docentes hasta padres, vecinos, asociaciones, etc.
Se pretendió estimular la integración de la comunidad escolar, para acortar y reducir las distancias sociales y culturales entre el barrio y la escuela, con la mira en construir redes y nuevos canales de pertenencia e identificación con la institución escolar, a los fines de que se “apropien” e internalicen el sentimiento de pertenencia a la misma.
Los adolescentes pintaron la escuela, limpiaron los bancos y paredes en el marco del proyecto.
Foto: Amancio Alem