De la redacción de El Litoral
Con la potencia conceptual de un oxímoron, en octubre de 2008 el Molino Marconetti cobijó la puesta en escena de “Amahl y los visitantes nocturnos”, una de las joyas líricas del siglo XX. Todavía postal de la desidia, el olvido y el abandono, el histórico edificio del Dique II del Puerto ofrecía un marco ideal para la presentación de esta ópera de Giancarlo Menotti que, en “versión santafesina”, se desarrolló en una atmósfera de posguerra del Medio Oriente, sumido en un árido panorama dominado por miserias y mezquindades. Fueron caras de una moneda que, en un mismo acto, mostraron la fortaleza de la contrariedad: la desolación del marco potenció la propuesta estética; la exitosa puesta confirmó la necesidad de rescatar ese espacio para la cultura de la ciudad.
Entonces no quedaron dudas: por su riqueza edilicia, por su valor histórico, por su inigualable enclave portuario, el Marconetti debía transformarse en un espacio consagrado al arte santafesino. La Municipalidad de Santa Fe tomó cartas en el asunto; desde el Departamento Ejecutivo se elevó la propuesta de expropiación al Concejo y, una vez aprobada, comenzó a desarrollar las obras pertinentes para poner en valor y recuperar este emblema del rico patrimonio arquitectónico y urbanístico con el que cuentan los santafesinos.
Nuevos aires
“Una nueva página en la historia del rescate de patrimonio urbano de la ciudad comienza a escribirse. Los santafesinos recuperamos el Molino Marconetti como espacio público para el disfrute de todos”. De esta manera se expresaba el intendente Mario Barletta al elevar el mensaje al Concejo Municipal por el cual se declararon sujetos a expropiación por causa de utilidad pública los lotes donde se emplaza el emblemático edificio.
En la sesión del 14 de agosto los ediles aprobaron por unanimidad la iniciativa del intendente, por medio de la cual “se declaran bienes sujetos a expropiación, por causa de utilidad pública, a los lotes ubicados dentro del ex Molino Marconetti”. El emblemático edificio se convirtió otra vez en protagonista a partir de la decisión de revalorizarlo como espacio histórico y aprovecharlo para el desarrollo, fundamentalmente, de actividades culturales y de recreación.
Así, los santafesinos han comenzado a rescatar definitivamente del olvido a otro de los símbolos de nuestro patrimonio urbanístico y arquitectónico. Son acciones que no sólo se quedan en esto, sino que permiten avanzar en la puesta en valor de la zona portuaria, que debido a este tipo de medidas está cobrando vida tanto en lo urbanístico como en lo comercial. Decisiones coherentes con medidas anteriores que reflejan la intención política de recuperar espacios de profunda trascendencia para la composición de la idiosincrasia santafesina: La Redonda, la Estación Belgrano, el Molino Franchino, los mercados Norte y Progreso, el Patio Catedral y, ahora, el Molino Marconetti, son ejemplos de esto.
Acciones
Pese al deterioro generalizado de la zona, a las demoliciones de las construcciones lindantes y al cruel abandono, el edificio central del Molino le ganó la batalla al paso del tiempo. Al acceder a él, la Municipalidad se encontró con la imponencia de una estructura intacta en sus guías internas, pero desmantelada casi por completo. Sin embargo, pese al panorama desolador que puede generar la imagen, aquel aparente perjuicio se transformó en potencialidad estética y funcional de acuerdo con los proyectos establecidos para el área. Investigaciones y planificaciones mediante, se resolvió ir a por todo: el objetivo es recuperar por completo toda la zona y, para alcanzarlo, se plantearon fases de desarrollo de las obras.
Los trabajos correspondientes a la primera etapa, que comenzaron en septiembre, se pueden sintetizar en labores de limpieza general y desmalezamiento del terreno, adversidad que no sólo dificultaba el comienzo del resto de los trabajos, sino que, además, impedía el normal acceso al perímetro. Se efectuaron nivelaciones de suelo tanto en materia de alisado como en el cuantioso aporte de tierra. También se desarrollaron tareas de desagüe.
En lo que refiere al Molino en sí, si bien la estructura metálica está intacta, las paredes acusaban fuertes socavones debido a la extracción de vigas de pinotea; aquéllos fueron solucionados y emparchados. Y, en cuanto a la fachada, se concretaron labores de limpieza para las que, dependiendo del sector a trabajar, se utilizaron herramientas de arenado e hidrolavado; la intención es permitir que las paredes luzcan su estética de ladrillo visto. En este mismo sentido, se ha trabajado en la reposición de los vidrios y los marcos metálicos de la gran cantidad de ventanas que rodean la estructura. Otra de las acciones que se están desarrollando refiere a las de restauración del local anexo que será destinado a camarines para artistas y, al mismo tiempo, para los baños de los espectadores. En esta misma etapa comenzaron a ejecutarse los trabajos de iluminación y tendido eléctrico dentro del histórico edificio. Para concretar estas acciones se llamó a licitación y tres empresas presentaron sus ofertas. La obra tiene un presupuesto oficial de 336.512 pesos, y un plazo de ejecución de 20 días corridos.
Próximas obras
Los tiempos y el vértigo de los trabajos tendrán como pulso de acción la programación que la Municipalidad desarrolle allí; en este sentido, el proyecto se adaptará a las necesidades de los acontecimientos culturales. Las próximas obras a desarrollar serán: el tapizado con césped de todo el perímetro del Molino, acción que se concretará antes de la Gala Lírica de Virginia Tola; a su vez, se construirá un escenario desmontable y podrá armarse en diferentes lugares del Molino. En la zona donde se desarrollarán los espectáculos al aire libre se construirá una pista para puestas en escena a nivel de piso.
La cultura como eje
Uno de los pilares programáticos de la gestión Barletta es comprender que la cultura es una herramienta esencial a la hora de recuperar y poner en valor espacios urbanos emblemáticos. La mencionada utilización del Molino para presentar “Amahl y los visitantes nocturnos” encuentra correlato con las primeras intervenciones artísticas que se desarrollaron en la Estación Belgrano: el impactante espectáculo ofrecido a mediados de 2009 por El Choque Urbano, cuando los andenes del histórico edificio aún lucían destruidos, da cuenta de esto.
Es necesario que el rescate del patrimonio arquitectónico se entrelace con la apropiación por parte de la cultura de nuestra ciudad, con propuestas vanguardistas, que propicien el riesgo estético, que demuestren la potencialidad de los espacios. Sobre la base de esta línea es que se ha proyectado la programación del Marconetti, fundamentalmente en lo que refiere a las propuestas a mediano y largo plazo, que apuntan a convertir este lugar en uno de los escenarios de referencia para el desarrollo de la agenda artística de Santa Fe.
Programación
En lo inmediato, la programación de la zona del Molino prevé la concreción de una serie de propuestas culturales que se enmarcan en los festejos por el centenario del Puerto de Santa Fe. De la agenda resaltan los espectáculos de Virginia Tola y Soledad Pastorutti, aunque también se destaca el comienzo del desarrollo de un espacio formativo consagrado a las artes circenses.
De esta manera, la programación se desarrollará de la siguiente manera:
Jueves 2. Centro Cultural del Shopping La Ribera. Inauguración de la exposición en la que se exhibirá la historia del puerto, la importancia del río Paraná y las embarcaciones que han recorrido la zona.
Domingo 5, a las 21. Molino Marconetti. Actuación de Soledad Pastorutti. Entrada gratuita (las entradas se retiran en el Shopping La Ribera).
Domingo 12. Actos centrales del centenario e inauguración de la puesta en valor del edificio del Ente Administrador del Puerto.
Domingo 19. Actividades náuticas durante toda la jornada y, en ese marco, a las 10 de la mañana actuarán las orquestas infanto-juveniles del Proyecto SOS Música del gobierno de la ciudad.
Jueves 23, 21.30. Molino Marconetti. Actuación de Virginia Tola; una Gala Lírica exclusiva en la que la mundialmente reconocida soprano santafesina se presentará junto a la Banda Sinfónica Municipal Ciudad de Santa Fe. Vale destacar que las entradas anticipadas están a la venta en boleterías del Teatro Municipal.
Domingo 26. Cierre de la agenda con un concurso de pinturas.
Orígenes
El edificio Marconetti es un buen caso no sólo para reflexionar en torno al desarrollo de la arquitectura industrial de Santa Fe, sino también para acercarnos a la historia económica provincial en la medida que el Puerto en su conjunto se consolidó durante todo el siglo XX como el espacio de desarrollo comercial e industrial más importante de la ciudad y la región.
En este sentido, es importante remarcar que existe una íntima vinculación entre el progreso de las empresas molineras y el sistema de comunicación vial y ferroviaria, y podría decirse que el desarrollo de los molinos (como el de muchas otras actividades agrícolas, ganaderas e industriales) dependió, casi exclusivamente, del de las comunicaciones: durante el período de 1860 y 1930, caminos, ferrocarriles y puertos se constituyen en el sistema nervioso de la compleja red de actividades, instituciones y actores que garantizan la producción y comercialización (exportación) de los productos de la zona.
Sabemos que el edificio se construyó entre 1920 y 1921, aunque el origen de la empresa harinera Marconetti, Boglione & Cia, data de 1883 en la localidad de Santa Clara. No obstante, y finalizadas las obras del puerto, la empresa traslada sus oficinas comerciales y depósitos al Dique II del Puerto local donde desarrollará una importante expansión, consecuente con el modelo agroexportador propio de la Argentina de aquellas primeras décadas del siglo XX. Según un artículo publicado el 1º de febrero de 1922 en el diario Santa Fe, la empresa Marconetti registra una exportación de 4.000 bolsas de harina por día, sin contar las informadas por las oficinas comerciales que ya poseía en la ciudad de Bs. As. En un recuadro comercial en este mismo periódico se aprecian importantes fotografías de sus depósitos, obreros trabajando y su imponente edificio, recientemente construido y probablemente orgullo de sus dueños y también de los santafesinos de entonces. La obra propiamente dicha, en cuanto a su diseño y ejecución, estuvo a cargo del Ing. Arq. Juan Carlos Ariotti. Un profesional de renombre y autor de numerosas e importantes obras de nuestra ciudad y nuestra región. Los planos firmados por Ariotti correspondientes a este edificio datan del año 1921, lo cual indicaría que fueron realizados y presentados cuando la obra ya estaba iniciada y muy probablemente a punto de ser terminada.