“Lazos de sangre”
“Lazos de sangre”
Soles y sombras invernales
Intensa y contenida,con alma de cine de autor, la película ganadora en el último festival de Sundance, sigue el camino de una joven que se ve obligada a cuidar de su madre y de sus dos hermanos pequeños en una situación límite. Obtuvo 4 nominaciones al Oscar, incluyendo el rubro Mejor Actriz por la actuación de Jennifer Lawrence. Foto: EFE
Rosa Gronda
Triunfadora en el último festival de Sundance, que respalda películas de aliento independiente, con bajo presupuesto y actores desconocidos pero que se permiten mostrar el lado oscuro de la sociedad del bienestar norteamericana.
Con dureza y sinceridad, la directora Debra Granik retrata una realidad de extrema sordidez en un pueblo rural de Missouri, donde cuenta una tragedia familiar que tiene como protagonista a Ree, una chica de 17 años que ha quedado a cargo de sus dos hermanos pequeños y de una madre postrada. Sin dinero, con escasa ayuda, muchos antagonistas y un plazo temporal perentorio, la adolescente deberá descender a los infiernos en busca del padre ausente, lo que motoriza la acción y desencadena los misterios de la trama.
El modo de contar la historia va cortando el hilo en torno de los sentimientos de los protagonistas, pero la interpretación de Jennifer Lawrence deja intuir debajo de su dureza una áspera ternura y una nobleza esencial, transmitiendo en todo momento su inocencia y su fuerte temperamento.
Sequedad dramática
Para nada complaciente, y con situaciones agobiantes, la directora maneja con maestría los tonos de una historia durísima, que nunca se excede.
Con un estilo controlado, Granik sabe contar la odisea de su heroína sin sucumbir al golpe bajo sentimental, aunque sin renunciar a la poesía profunda. El sufrimiento evita las lágrimas y ante la inevitable sangre, la cámara prefiere perderse entre sombras antes que mirar directamente, como cuando la joven enseña a los hermanitos a
destripar las escasas ardillas del bosque para sobrevivir.
Conmueve el entorno miserable y adverso al que se enfrenta alguien mucho más frágil que no duda en luchar contra la adversidad, para revertirla.
Contada con peculiar estilo seco, lacónico y agreste, el ritmo narrativo se despliega sin prisas y pesan los tiempos largos, pero la historia sigue adelante con su ritmo propio de sol invernal con aguada luz que apenas entibia. Una fotografía que imita a una acuarela que se vuelve densa y sombría, cuando el periplo se sitúa en el descenso a los infiernos de bosques gélidos y crepusculares habitantes.
Mirada sociológica
En ese ámbito rural, primitivo y violento, la mirada de la película resalta lo “trash”, ya no en la urbe, sino también en esos bosques marginales. Entre esqueletos de árboles y nieve contrasta el subproducto urbano de chatarra inservible, contaminando a estos pobladores entre los que abunda el alcohol, la droga y la violencia física.
El film logra cierta simbiosis entre thriller, elementos del cine negro y ambiente rural: hay involucrado un misterio en torno a una desaparición que remite a zonas oscuras pero sin la presencia de mujeres fatales. Aunque el protagonismo femenino es esencial para apuntalar la inestabilidad familiar, porque paradójicamente se demuestra que es una sociedad matriarcal, a pesar de sus cowboys mafiosos y delincuentes que han cambiado el trabajo de granja por la cocina de drogas. Aunque lo macabro y tétrico de la atmósfera no impide la tenacidad humana, capaz de emerger y recomenzar.
En el entorno acechante y hostil quedan también vecinos que echan una mano y la gente se reúne en las casas para jugar a las cartas y cantar canciones elegíacas sobre la fugacidad de la belleza y el tiempo. Y sobre todo hay una vida que se renueva en la presencia de niños con sus juegos inocentes.
La película amalgama melodrama familiar, thriller, tragedia moderna, rico en capas de sentido, participa de todas esas categorías sin quedarse en ninguna. Distando de ser una obra maestra, “Lazos de sangre” es valiosa y recomendable para un espectador paciente con alguna inquietud más allá del cine comercial.
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MUY BUENA
“Lazos de sangre”
(Winter’s Bone, Estados Unidos/2010). Dirección: Debra Granik. Elenco: Jennifer Lawrence, Isaiah Stone, Ashlee Thompson, Valerie Richards, Shelley Waggener y John Hawkes. Guión: Debra Granik y Anne Rosellini, basado en la novela de Daniel Woodrell. Fotografía: Michael McDonough. Música: Dickon Hinchliffe. Edición: Affonso Gonçalves.
Duración: 100 minutos. Apta para mayores de 16 años. Se exhibe en el América.