El 76 % de los niños de 4 años de la provincia asiste al jardín
El jardín Nº 224 del barrio Yapeyú abrió este año una sala más de 4 años y el cupo se colmó de inmediato. Foto: Amancio Alem.
El 76 % de los niños de 4 años de la provincia asiste al jardín
El jardín Nº 224 del barrio Yapeyú abrió este año una sala más de 4 años y el cupo se colmó de inmediato. Foto: Amancio Alem.
En Santa Fe aún no es obligatoria la escolarización de 4 años. De todas formas, la cobertura en esa edad viene en franca expansión y creció más del 30 % en diez años. En contextos empobrecidos la demanda de este servicio está en auge.
Mariela Goy
Santa Fe (El Litoral para la Red de Diarios en Periodismo Social). En la provincia de Santa Fe, el 76 por ciento de la población total de niños de 4 años asiste al nivel inicial público y privado. Si bien aún no es obligatoria la escolarización a esa edad -como sí lo es el preescolar de 5 años- la Ley Nacional de Educación del 2006 establece que el Estado debe “universalizar” los servicios educativos para los niños de cuatro, lo que supone garantizar los espacios necesarios para incluir a toda esa población.
En Santa Fe, la cobertura para esa edad viene en franca expansión. La matrícula de niños que concurre a salas de 4 años creció un 31 por ciento en menos de una década. En 2001 había 29.502 niños de cuatro escolarizados, cifra que aumentó a 38.737 en el año 2010, según los datos aportados por el Ministerio de Educación.
Fuera de cobertura estarían todavía unos 12 mil niños de 4 años, o sea, el 24% de la población provincial de ese grupo etareo. Consultada sobre si esos chicos están totalmente afuera del sistema educativo, la Lic. Silvia Pezzoni, directora provincial de Educación Inicial, sostuvo que “seguramente hay parte de la población que está concurriendo a guarderías y no los tenemos cuantificados”.
Las “guarderías” o jardines maternales reciben a niños desde los 45 días a los 4 años inclusive y no necesitan autorización del Ministerio de Educación para funcionar, sino que son habilitadas por los municipios de las distintas ciudades. Sólo pasan por la habilitación ministerial, los maternos de los colegios privados que han incorporado esa oferta.
Por la dispersión de datos, resulta imposible sistematizar esa información, pero con seguridad muchos niños de cuatro están incluidos en este tipo de servicio. Sólo en Rosario hay alrededor de 350 jardines maternales habilitados por el municipio de esa ciudad, y otros 59 funcionan en la ciudad de Santa Fe, autorizados por la Municipalidad local.
La obligatoriedad será progresiva
En las salas de 5 años, en cambio, “Santa Fe tiene una cobertura casi total, del 98,7%”, aseguró la funcionaria de la provincia. Hay 54.525 niños escolarizados a esa edad, que es de concurrencia obligatoria. El 71,3% de ellos concurre a sistema estatal.
El Ministerio de Educación no tiene previsto un plazo para que la oferta de 4 años se convierta en obligatoria, sino que estima que esa condición se dará por decantación y en forma progresiva. Por ahora, “para cumplir con la universalización de las salas de 4 años que exige la ley, estamos creando cargos a medida que surge la demanda, y garantizando bancos para los chicos. Pero los padres se siguen reservando el derecho de enviar o no a sus hijos a la escuela a esa edad”, aclaró Pezzoni.
“El sistema fue siempre así: cuando se empezó con el viejo preescolar de cinco, se fueron garantizando espacios y estimulando a los padres a que inscribieran a los niños, hasta que se hizo obligatorio. Ahora estamos haciendo lo mismo con las salas de 4 años y cuando esté cubierta en todo el país, seguramente se volverá obligatoria. Se seguirá el mismo proceso con la escolarización de niños de 3”, explicó la funcionaria.
En las salas de 3 años, la cobertura en territorio santafesino llega al 29%, con una matrícula de 14.802 chicos que asisten tanto en escuelas públicas como privadas. Tampoco figuran en ese dato, los chicos incluidos en los jardines maternales.
Demanda y desigualdad
La nueva ley de educación es un avance por cuanto reconoce la relevancia del ingreso temprano a espacios de aprendizaje. Sin embargo, es sabido que la población infantil de contextos empobrecidos tiene menos posibilidades de acceder a un jardín maternal a edades tempranas, en relación con los niños de poder adquisitivo más alto que tienen garantizado el acceso y mejores condiciones de aprendizaje.
Un censo realizado en 2006 por el Movimiento Los Sin Techo y que abarcó a más de 2 mil niños de 16 barrios pobres de nuestra ciudad, arrojó que el 48,6 % de los niños no asistía a salas de 0 a 4 años de edad. El dato es coincidente con el informe del “Barómetro de la Deuda Social de la Infancia 2007-2008”, realizado por la Universidad Católica Argentina, que dice que la mitad de los chicos del país de entre 2 y 4 años está fuera de la educación inicial.
El estudio también señala que mientras que en los sectores más pobres los chicos tienen un 70 % de posibilidades de no concurrir a un jardín, en los sectores más ricos ese número se reduce al 30 %. De hecho, una guardería privada en Santa Fe cuesta alrededor de $ 300 por mes, lo que deja el servicio reservado para un determinado sector con poder adquisitivo.
Nilda Díaz es la referente de Los Sin Techo en materia de nivel inicial y recorre cada día los barrios periféricos donde el movimiento tiene cerca de 20 jardines maternales. Asegura que “en los últimos tiempos se nota que los padres envían más a sus hijos a las salas de 4 años. Nos pasó de abrir una salita en Alto Verde, y agotarse el cupo en un sólo día”.
Díaz considera importante que los niños más carecientes tengan la posibilidad de una educación y motivación temprana. “A mayor pobreza es peor la situación nutricional de las mujeres, las condiciones de precariedad de las viviendas, menor es el capital simbólico y eso resiente las posibilidades de atención de los más chicos en las familias. Por eso, hay que apuntar a disminuir la brecha, extendiendo la oferta para los más chicos lo antes posible porque esa motivación que recibe el niño a edades tempranas es fundamental para su desarrollo”, aseguró.
Por su parte, Perla Marelli, directora del jardín de infantes Nº 224, del populoso barrio Yapeyú, donde esta institución es la única oferta estatal de nivel inicial, señaló que “a partir de la Asignación Universal los papás van tomando conciencia sobre la necesidad de que su chiquito asista al jardín desde los 4 años. Este año abrimos una sala más y se llenó enseguida. Ya estamos gestionando crear aquí una de 3 años. Si otros chicos tienen posibilidades de acceder al jardín a esa edad ¿por qué no deberían tener las mismas chances los niños de estos contextos?”, planteó la docente.
108.000
niños
de 3 a 5 años están escolarizados en 300 jardines de infantes públicos y 100 de educación privada, y en unas 900 secciones (cursos) de nivel inicial que funcionan dentro de las escuelas primarias, incluyendo las de zonas rurales donde también se están creando salas de 4 años.
¿Quién controla las guarderías privadas?
Sólo la ciudad de Santa Fe tiene 59 jardines maternales “puros”, es decir, establecimientos privados que son habilitados por la Municipalidad. Rossana Ingaramo, subsecretaria de Educación del municipio, explicó que hay dos ordenanzas que regulan el servicio: una que la habilita a funcionar como cualquier negocio, y otra que crea el Centro Interdisciplinario Municipal de Jardines de Infantes que establece criterios de control pedagógicos: que el personal a cargo sea profesional, que la cantidad de niños sea acorde a cada sala, y que se establezca un trabajo en red para atender cuestiones relativas a la socialización de los chicos, su desarrollo integral y alfabetización temprana.
Por todos estos motivos, recomendó a los padres que supervisen la habilitación municipal de la institución elegida.
Ingaramo aportó que todas las guarderías habilitadas por el municipio están en la zona céntrica o las avenidas. Y que los únicos dos jardines municipales en zonas pobres (La Guardia y San Lorenzo) están con cupos llenos y listas de espera. Opinó que “el Estado debería hacerse cargo y achicar brechas porque los primeros años de vida son la etapa de oro: de socialización, donde empieza a aparecer la primera alfabetización o la emergente, la palabra, la voz, la construcción de significado”.
/// EL DATO
Gratuitos
En la provincia, los colegios parroquiales llevan servicios educativos en zonas donde el Estado no está presente. Hay escuelas que cobran una cuota simbólica o nula y que reciben a niños de 3 y 4 años. En esos casos, son controlados por la Dirección Provincial de Enseñanza Privada, perteneciente al Ministerio de Educación. También el Estado provincial tiene algunos servicios públicos: dos maternales de 45 días hasta 5 años que funcionan en Rosario (el Nº 71) y en Santa Fe (el Nº 35, frente al Centro Cívico). Después existen organizaciones sociales, como el Movimiento Los Sin Techo -por dar sólo un ejemplo-, que brindan estos servicios gratuitos donde más se necesitan.
Desafíos de la educación inicial
Elena Duro
Opinión de la especialista Unicef (Argentina)
Ya no hay debate en torno al valor estratégico de la educación inicial. Tanto a nivel regional como en el país, los nuevos marcos regulatorios y las metas que se han asumido demuestran que las políticas de infancia asumen una importancia estratégica para el desarrollo de un país. Los estudios son determinantes a la hora de comprobar que aquellos niños y niñas que acceden a servicios en edades tempranas, mejoran sus oportunidades educativas y calidad de vida, el desarrollo personal así como se demuestra impactos positivos en los índices de salud, de desarrollo y crecimiento de los países.
Más y mejores aprendizajes y más retención en la escuela se explican, en parte, por el tránsito en servicios preprimarios. Este impacto es más fuerte en la infancia más pobre, lo que obliga a planificar con criterios de equidad para disminuir las brechas de desigualdad en estas etapas de atención y formación, fundamentalmente en lo referente a los primeros años de vida del niño.
El país expresa ésta relevancia en la expansión que se ha suscitado en los últimos 20 años, tanto en los servicios educativos que atienden a la población de 3, 4 y 5 años como, más recientemente, en los numerosos planes nacionales destinados principalmente a los niños y niñas más pequeños.
En simultáneo, se avanzó con la Ley Nº 26.206 de Educación Nacional y la Ley de Centros de Desarrollo Infantil Nº 26.233 que regulan la educación inicial para la infancia desde los 45 días hasta los cinco años en el caso de la primera y más específicamente, desde los 45 días hasta los cuatro años la segunda. Sin embargo es necesario evitar escenarios que en lugar de favorecer la inclusión expandan las brechas de atención existentes y sean estos, por ausencia de servicios o por la desigual oferta, los que reciban a las poblaciones más desaventajadas. Es así como hay un crecimiento muy relevante, pero deudas de equidad y calidad para afrontar.
Los jardines que atienden a los niños de 3, 4 y 5 años incrementaron la matricula en un 20% en diez años. No obstante, la sala de cuatro años creció de manera desigual entre las provincias. El Censo de Población daba cuenta de que sólo el 48% de la población de cuatro años asistía a un servicio educativo.
Mayor financiamiento
En un estudio reciente sobre el financiamiento de la educación inicial en argentina en base a la selección de nueve jurisdicciones, se estima que para alcanzar la universalización de las salas de 4 y 5 años la inversión adicional promedio es de 2,1% de la inversión educativa total. Por otro lado se destaca que si bien la evolución de la inversión fue dispar entre estas jurisdicciones, en casi todas se produjo un incremento entre 2002 y 2006 que alcanzó un promedio de crecimiento del 13 % para este período.
Si alcanzar la universalización educativa para la infancia de 4 y 5 años conlleva, según este estudio, un incremento del 2,1 % de la inversión total educativa, es posible planificar esta meta para el corto plazo.
En este marco, entre los principales desafíos más urgentes de la educación inicial, señalo, entre otros: la promoción de un sistema de información unificado, la implementación de sistemas de monitoreo y evaluación para los servicios de 0 a 5 años, que evidencien los avances en el desarrollo integral del niño; la determinación de estándares de calidad de los servicios para disminuir brechas; formación de los recursos humanos responsables de la atención de la primera infancia (que difieren de los docentes de nivel inicial) y el desarrollo de enfoques integrales en la atención de la primera infancia.
Se requieren políticas dirigidas a fortalecer la oferta educativa del nivel, posibilitando mayores oportunidades de acceso. Foto: Amancio Alem.