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La globalización y sus consecuencias en Santa Fe

La globalización y sus consecuencias en Santa Fe
El puerto de Rosario emblema de la ciudad que concentra el mayor poder económico del sur santafesino y de toda la provincia. Esa concentración, a juicio del autor, se ha visto favorecida por la globalización. Foto: Archivo El Litoral.
  • POR Felipe Justo Cervera

I- Todo grupo humano constituye siempre un sistema; una estructura de elementos que se interrelacionan. Y todo sistema está siempre en relación con otros sistemas. La sociedad argentina se inscribe también como tal en el mundo; mundo que desde la década de 1980 comenzó a organizarse de acuerdo con un nuevo modelo económico-político-social: la globalización. Este modelo (variante del capitalismo) se institucionalizó a partir del Consenso de Washington, firmado por las grandes potencias del mundo (el G7) en 1989. Este sistema se puso en vigencia en nuestro país a partir de la ley Nº 23.929, popularmente conocida como “De Convertibilidad”, establecida por el gobierno de Carlos Menem el 1º de abril de 1991. Las consecuencias de la misma fueron extraordinariamente profundas para nuestro país, así como para la vida de las sociedades provinciales.

II- El territorio de la provincia de Santa Fe, la población que lo habita, las regiones y ciudades que la componen, y su economía, son altamente dependientes de ese sistema globalizado. Y pese a que la ley fue parcialmente derogada por el presidente Duhalde el 6 de enero de 2002, la misma continúa vigente en aspectos fundamentales. La derogación permitió: 1) pasar de un valor fijo de la moneda respecto al dólar (el 1 a 1), a un valor flotante, y desde entonces el país maneja, 2) la emisión de dinero de acuerdo con lo que estima conveniente. Estos dos hechos constituyeron los grandes avances que el país realizó sobre la globalización: autonomía de emisión y manejo del valor de cambio de la moneda. Así, la Argentina recuperó el manejo de su política monetaria. Pero en lo que hace a las relaciones con el Exterior seguimos operando dentro de la globalización.

¿Qué es la globalización?

A la globalización se la define como el proceso de organización mundial de la economía, generado como consecuencia de los adelantos producidos en la electrónica y su aplicación a la producción, administración y comercialización de bienes. El hecho significó el pasaje de los sistemas mecanizados de producción a los sistemas automatizados. Y ésta es una cuestión fundamental, porque se tradujo en el desarrollo de la sociedad informacional (en materia de comunicaciones), post-industrial (en el tipo de actividades que se privilegian), y post-moderna (en lo cultural). Se dio también un profundo cambio de valores: del predominio de lo social se pasó al predominio de lo individual; y el consumo y la imagen se impusieron como los valores supremos de la sociedad.

Los principios de la globalización se sintetizan en: apertura comercial frente al mundo, estabilidad de las moneda, flexibilización del trabajo a través de contratos de corto plazo (donde se excluyen los beneficios sociales: jubilación, obra social, indemnización), privatización de todas las actividades económicas que realizaba el Estado, y desregulación de las actividades de la sociedad; es decir: eliminar toda regulación del Estado, en cuanto el Consenso establece que las actividades deben competir libremente en el Mercado.

Creación de un Mercado Mundial Abierto

A raíz de la apertura de las economías, el comercio entre los países se incrementó superlativamente. Esto rigió también para el espacio productivo santafesino y, a partir de ello, surgió un hecho que se tornó fundamental. Para vivir y crecer se tornó básico producir a costos competitivos. Desde ese momento, las únicas regiones con posibilidades de crecer son aquellas que tienen una producción que los mercados externos reclaman y que, además, son capaces de competir en el mundo.

A partir de entonces (1991), lo que importó fue la localización geográfica de la producción y la capacidad de cada área de producir un bien demandado por el mundo, así como su cercanía a las grandes rutas de transporte. En la Argentina, el tema devino entonces en la capacidad de cada espacio de conectarse con las salidas al mar; a esos puertos donde pueden ingresar los ultramarinos con capacidad para cargar miles de toneladas. El futuro de los espacios regionales, y de las poblaciones que viven en ellos, pasó a depender, así, de los intereses del Mercado Mundial demandador de ciertos productos, y no de las necesidades y posibilidades regionales de producción.

Ante este panorama, para ubicar a Santa Fe, lo primero es determinar cuáles eran los factores que actuaban antes de 1991, qué consecuencias producían, y cuáles actúan hoy y qué efectos producen.

En términos muy gruesos, hasta 1991 los argentinos nos organizábamos en un Estado nacional que manejaba su moneda, y regulaba y sostenía su economía a través de un sistema aduanero autónomo. Ello conformaba un Mercado Nacional de Producción y Consumo que, aunque en un nivel bajo de productividad, daba trabajo a la población. Esto, más allá de que nuestro sistema productivo mostraba atraso en cuanto a desarrollo tecnológico.

Igualmente, el endeudamiento externo de entonces, aunque era apenas un 20 % de lo que adeudamos hoy, pesaba como plomo en una economía que no generaba suficientes exportaciones. Pero para el espacio santafesino, la protección que significaba la economía nacional permitía que las distintas producciones (en particular, las del norte) se sostuvieran y generaran trabajo y crecimiento del lugar. La apertura total de la economía a la competencia abierta con el exterior, a partir de la presidencia de Menem (1989-1999), constituyó un golpe fatal para áreas donde la productividad es inferior a la del mundo e, inversamente, constituyó una bendición para los que poseen competitividad natural, debido a su ubicación geográfica, su clima, y la riqueza de su suelos. A partir de 1991, el sistema productivo santafesino debió adecuarse a esta nueva realidad. La consecuencia fue que se produjo una profunda reorganización del espacio provincial. En la zona sur, el proceso histórico jugó a su favor; en el norte, en contra.

Reorganización del espacio

La Santa Fe de 2010 es muy distinta a la de un cuarto de siglo atrás. La economía globalizada la hizo cambiar, particularmente en la producción agrícola y el desarrollo regional, y en la propiedad de la tierra.

1- La producción y exportación por región:

a) Zona Sur (departamentos Iriondo, Belgrano, San Lorenzo, Rosario, Caseros, Gral. López, y Constitución).

Como consecuencia de que el nuevo sistema económico privilegia, casi exclusivamente, producir lo que el Mercado Mundial demanda, la tierra se ha dedicado, con una marcada tendencia al monocultivo, a producir soja, desplazando a otros cultivos y producciones. Y dado que el mercado exige operar al menor costo posible, se vuelve prioritaria, entre otras cuestiones, la existencia de adecuadas y suficientes rutas de tránsito que permitan el acceso a puertos de ultramar que conecten con los mercados externos, en particular de Asia. Así es como el área del Gran Rosario (ubicada sobre un río navegable hasta 33-34 pies de calado) se volvió un sitio de extrema importancia comercial; sitio estratégico para cualquier tipo de actividad, donde confluyen grandes rutas, como las Nacionales Nº 9 (Rosario -Buenos Aires), 11, 33, y 34; la decisiva autopista Rosario-Córdoba, y las Provinciales 92, 14, 26 y18, más los ferrocarriles de carga proveniente del suroeste (provincia de Buenos Aires), oeste (Santa Fe y Córdoba) y noroeste (Tucumán). En el año 2005, a los puertos privados del Gran Rosario llegaron, por ferrocarril, 9 millones de toneladas de productos agrícolas, agroindustriales y minerales. Y allí cargan y descargan 2.000 ultramarinos por año, y se exporta entre el 70-72 % de toda la producción agroindustrial del país. Alrededor de 32 terminales portuarias se levantan entre Villa Constitución y Puerto Gral. San Martín.

Con sus modernos puertos de ultramar -más su enorme concentración demográfica, financiera, industrial, comercial, vial y de servicios-, ese sur ha devenido en un nudo arrollador de crecimiento y concentración. Consecuentemente, por acción de un elemental principio de causalidad circular acumulativa, constantemente atrae energías del resto de la provincia y este de Córdoba.

b) La zona Norte, en cambio, sufrió las consecuencias negativas del nuevo modelo económico debido a que sus posibilidades de producción de bienes que el mundo demanda son muy bajas. Así, el norte vio emigrar actividades industriales; quebrar las dos principales actividades agrícolas que motorizaban su agro: el algodón y la caña de azúcar; y perder población en edad activa. Amén, su posición geográfica le significa quedar excéntrica a las grandes áreas del comercio mundial, al hallarse a 500 km del puerto de ultramar más cercano (Gran Rosario), con una conexión vial basada en el camión, que es la forma más cara de transporte que existe.

Tecnología y propiedad de la tierra

Con la apertura de la economía (1991), se produjo un voluminoso ingreso de tecnología electrónica, tanto para el uso industrial, como comercial y agrario. En el campo, la introducción de máquinas capaces de realizar de manera unificada, de una sola vez, tareas que antes se dispersaban en varias operaciones (arar, rastrear, sembrar, abonar) llevó al incremento y predominio de la economía de escala, con la obvia desaparición de las pequeñas propiedades. Entre los dos últimos censos agropecuarios (1988-2002) en la provincia desaparecieron 8.728 propiedades (el 23 % del total): una propiedad de cada cuatro. En el 2002, había menos propiedades que en 1998, pero las que quedaron son un 33 % más grandes. Es una revolución en el campo. En el cuadro, y en el gráfico, se puede apreciar la evolución del número de propiedades, por departamento. Se observa que hay una clara tendencia a la concentración de la tierra en las zonas productoras de bienes competitivos en el mercado mundial -soja, carne y lácteos-, en particular, en la zona de clima templado donde, en razón de la forma en que en el siglo XIX se dio la colonización, predominaba la pequeña propiedad (La Capital, Las Colonias, Castellanos, San Jerónimo, San Martín); también visible en el sur, aunque en menor proporción pues históricamente aquí prevaleció la mediana y gran propiedad (Gral. López, Constitución, Caseros, Belgrano, Iriondo). En cambio, en los departamentos no productores de bienes para el mundo, con clima subtropical y tierras de inferior calidad (Garay, San Javier, 9 de Julio, Vera, norte de San Cristóbal), la tendencia al crecimiento de la concentración es menor. Es decir, cuanto mayor es la capacidad de una zona para producir bienes exportables, mayor es, también, la tendencia a la concentración de la propiedad de la tierra.

Conclusión

El período histórico que llamamos globalización (basado en la electrónica) generó nuevas formas sociales a partir de dos hechos centrales: la creación de un Mercado Mundial, y la automatización como base de producción, administración, y comunicación de la sociedad. Con ello el espacio santafesino sufrió un desgarramiento que amplió, sustancialmente, la fragmentación entre el norte y el sur. Hoy, el norte retrograda, el sur continúa creciendo, y la zona central mantiene su posición; en ella crecen sitios puntuales (Rafaela, Sunchales, Esperanza, San Carlos Centro) pero la Capital (Santa Fe) retrocedió socioeconómicamente. Perdió actividad industrial y sólo prosperan actividades terciarias; importantes de por sí, pero con escasa capacidad de ordenamiento urbano y producción de desarrollo. Como principio fundamental, las economías comerciales difícilmente derraman al resto de la sociedad. Eso sólo lo hacen las actividades industriales y artesanales. La fragmentación social de la ciudad Capital no se resolverá mientras no haya un cambio de óptica en el enfoque económico local.

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/ La serie de notas correspondientes a la Revista América Nº18 del Centro de Estudios Hispanoamericanos continuará publicándose por este medio los días martes.

próxima entrega / los inmigrantes, el avance tecnológico y el crecimiento de la ciudad de santa fe por la prof. blanca gioria.