La boleta única en las escuelas
El gobierno santafesino inició esta semana el programa de capacitación para docentes sobre el sistema de boleta única, que se aplicará por primera vez en la provincia en las elecciones primarias de mayo y en las generales de julio, para renovar a todas las autoridades provinciales y locales.
La modalidad establecida para el ejercicio del voto implica una auténtica novedad a nivel nacional y generó no poca inquietud en nuestro medio, abonada por prevenciones lanzadas desde el Tribunal Electoral y exigencias de adecuada difusión desde el sector político. Lo cierto es que el mecanismo otorga mayor calidad al sufragio -por ejemplo, al eliminar el efecto “arrastre”, ya que cada categoría se vota necesariamente por separado- y no es en sí mismo demasiado complejo. Aún así, las campañas destinadas a explicarlo y aclarar dudas son imprescindibles, y finalmente se han puesto en marcha en distintos soportes.
En este contexto, resulta particularmente valiosa y destacable la experiencia diseñada para los establecimientos educativos secundarios, ya que no sólo permitirá llegar con la información a través de un efecto “cascada” -capacitadores, docentes, alumnos, familias-, sino que aporta al desarrollo de contenidos curriculares y valores cívicos propios de la función específica de las escuelas.
Precisamente, el cronograma de capacitación organizado en toda la provincia abarcará en primer término a 1.500 docentes, quienes luego trabajarán con sus pares y con los estudiantes en cada establecimiento. Como la actividad sigue los pasos de una campaña electoral -actividades publicitarias, confección de afiches, discursos políticos, elaboración de estadísticas, hasta llegar a la simulación del propio acto electoral y el recuento de votos- a través de la actividad en el aula y como tarea para el hogar, las familias se verán involucradas en el proceso y tendrán la oportunidad de familiarizarse con las nuevas pautas.
Naturalmente, la ocasión será propicia para profundizar y enfatizar los valores propios de la ciudadanía, el compromiso con la democracia, y la libertad y responsabilidad que entraña el sufragio; además del reconocimiento de las respectivas autoridades y sus funciones.
Como aporte adicional, y no menor, se debe remarcar que la designación de próceres como candidatos, más allá del elemento de color y de “neutralidad” partidaria que provee, da pie a la indagación y análisis de la trayectoria, los logros y el pensamiento de cada uno de estos personajes de la historia argentina; puesto que, precisamente, tales factores formarán parte de la “plataforma” electoral de los postulantes.
En definitiva, se trata de una iniciativa de indudable valor didáctico y formativo, no sólo a los efectos de coadyuvar al éxito del flamante y superador modelo de votación, sino en orden al estímulo y fortalecimiento de la concientización de las nuevas generaciones, y de la comunidad en general, sobre los aspectos filosóficos esenciales y el ejercicio en la práctica de nuestro sistema de gobierno.