SOBRE PERIODISMO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
SOBRE PERIODISMO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
Internet: de democratizadora del saber a máquina de espionaje
“Lo que ha creado esta compresión del espacio-tiempo, esta radical transformación de la tecnología, es una invasión de la lógica capitalista a todos los ámbitos”, sostiene el periodista. Foto: GENTILEZA FHUC
El periodista Pablo Stancanelli, de Le Monde Diplomatique, brindó una charla en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL.
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
cultura@ellitoral.com
“No tengo cuenta de Facebook, no uso Twitter, no pertenezco a ninguna red social virtual. Sí tengo mail, y me tuve que comprar un celular hace dos o tres años porque la compañía de teléfono me suspendió la línea por un mes”. No eran palabras previsibles en el marco de una conferencia titulada: “La influencia de Internet y las nuevas tecnologías en la geopolítica mundial y en el periodismo actual”; pero fueron las elegidas por Pablo Stancanelli para iniciar su alocución.
La charla siguió con la lectura de un texto publicado en la revista América XXI, que ironiza sobre los posibles motivos de la revuelta en el mundo árabe: “Tal como el mundo se ha informado, Twitter y Facebook, respaldadas por Google, dieron lugar en las últimas semanas a una sublevación de masas en países del Norte de África y el Cercano Oriente”, leyó.
“Hay antecedentes. Espartaco produjo una generalizada sublevación de esclavos contra Roma y desató una desigual guerra de casi tres años, en el 73 Antes de Cristo. La clave fue su Blackberry. Fracasó, porque Google no logró restablecer las comunicaciones a tiempo cuando Varinio, el jefe pretoriano enviado por la República imperial a sofocar la sedición, logró de las autoridades el bloqueo de la autopista cibernética.
“Tiempo después, en las vísperas de la insurrección de obreros, campesinos y soldados en San Petersburgo, Kerensky abrió un periódico y descubrió que Kamenev y Zinoviev, altos dirigentes socialdemócratas opuestos a la toma del poder (porque esto no comenzó con el posmodernismo) revelaban el plan para oponérsele. El fugaz presidente ruso ordenó sofocar el intento. Rápido como era, Trotsky se conectó con Lenin mediante Skype y entre ambos lograron adelantar la operación y tomar el Palacio de Invierno. Pudieron hacerlo, claro, porque contaban con la información de Wikileaks.
“Todo el mundo sabe, además, que Mao y Ho Chi Min derrotaron sin misericordia a burgueses e imperialistas, en China y Vietnam, mediante la red social armada con millones de campesinos a través de Facebook. Más cerca en el tiempo es conocido que Fidel twiteó al Che, a Raúl y Camilo, para desatar la ofensiva final que derrocó a Batista”.
La humorada sirvió como disparador para desarrollar la tesis de que “todas estas herramientas no dejan de ser herramientas. Las revueltas en el mundo árabe se producen por el millón de jóvenes que tienen hambre, que están desempleados y que están cansados de cuarenta o cincuenta años de autoritarismo y de represión”.
“Está claro que las herramientas facilitan el contacto. Pero así como pueden ser usadas para unirse, para protestar, para manifestar, también pueden ser utilizadas para reprimir. El propio Julian Assange, cerebro de Wikileaks, señala que Internet es la mayor máquina de espionaje que el mundo jamás ha visto, y que así como hubo ahora una revuelta de Facebook y Google, hace varios años hubo otra revuelta facebook en El Cairo, que le permitió al régimen de Mubarack individualizar a todos los actores de esta revuelta, encarcelarlos y reprimirlos. Entonces, estas herramientas tienen un doble juego. Y dependen del uso que la ciudadanía haga de ellas”.
¿El fin de las fronteras?
“Estas herramientas traen un cambio radical en el siglo XX, y tal vez en la historia de la humanidad. Un cambio que uno podría denominar como segunda revolución industrial o tecnológica. Se trata de algo muy simple y muy complejo a la vez: la posibilidad de transmitir a través de un simple click, en un segundo, archivos de texto, imagen o sonido, de una parte a otra del mundo. Algo que antes llevaba un viaje de meses, a partir de Internet se hace en un segundo. Este cambio implica la compresión del espacio y del tiempo.
“Este cambio surge en momentos en que se cae el Muro de Berlín, que termina la Guerra Fría, y que el mundo capitalista se instala como el único poder dominante en el planeta. Nace, también, cuando en el mundo se desata el auge de la ola neoliberal”.
El fin de las ideologías
“Esta victoria cultural vino de la mano de una gran falacia, que se intentó sostener de manera teórica: que la historia se había acabado. Había ganado la democracia, el libre comercio, el capital. Los sucios comunistas eran ya parte de la historia y no quedaba otra cosa que hacer que consumir y divertirse.
“En este marco, los medios de comunicación tuvieron un rol importantísimo. Y cuando justamente se descubre una herramienta que permite democratizar la comunicación, hacer que cada uno de nosotros pueda tener su propio blog y escribir lo que nos parece sobre la vida política, cultural o social, en realidad se va produciendo una concentración cada vez mayor de los medios de comunicación”.
“Existen seis, siete (no voy a decir ocho), nueve, diez grupos mundiales que manejan prácticamente el 80 por ciento de todo lo que consumimos a nivel cultural, pero también a nivel de alimentos, de ropa, etcétera.
Lo que ha creado esta compresión del espacio-tiempo, esta radical transformación de la tecnología, es una invasión de la lógica capitalista a todos los ámbitos.
“Hoy estos medios tienen acciones en todas partes del mundo, manejan radios, diarios, sitios de Internet, productoras de cine, distribuyen música, venden alimentos, ropa, armas. Los dueños de los dos mayores grupos de medios de comunicación en Francia (Lagardere, dueño de Le Monde, y Dassault, de Le Figaro), son traficantes de armas. Entonces, ¿qué opinión van a tener estos medios cuando uno se pone a hablar de las guerras en el mundo?”.
Vigilar y castigar
“Hoy un periodista está cubriendo una guerra en Afganistán y puede enviar las noticias instantáneamente, con un blackberry o un iphone. Pero hay una contraparte: también tiene mucho mayor control por parte de la redacción, que va siguiendo las noticias de los otros medios a partir de la televisión o Internet. Entonces, se produce un contagio por vía de esta instantaneidad, y se conduce a una centralización de la información. Si uno lee los grandes medios, se da cuenta de que todos dicen lo mismo, porque lo que se busca es no quedar atrás del competidor.
“Hoy el desastre de Japón está al mismo nivel de Libia, pero también al mismo nivel de la boda de Luisiana Lopilato con el cantante canadiense, o del gol de Messi en un entrenamiento, o del Bailando por un sueño de Tinelli. Se pierde la jerarquización de la noticia, el valor de lo que es importante. Se va hacia aquello que vende, que divierte. Eso complica, y mucho, la función del periodismo”.
“Hoy Google permite saber a qué páginas entramos, a quiénes contactamos por Facebook, qué videos vemos en Youtube. Google junta toda esa información y se la vende a distintos medios, que empiezan a hacer un periodismo distinto, más de entretenimiento, más práctico, basado en qué es lo que le interesa a la gente, lo que vende, lo que atrae. Y se deja de lado la información”.
“Imagínense una dictadura como la que vivió Argentina, con un control como el que ofrece Internet, sobre a quién uno llama por teléfono al celular, qué cajero usa o qué banco, qué compró en el supermercado. Estamos en el principio de la revolución informática. Es el rol de los periodistas, el rol de los ciudadanos, vigilar para que estas herramientas no se conviertan en la pesadilla de Gran Hermano.
“Participar de la vida pública demanda informarse, leer, ir a buscar diversas fuentes. No sólo repetir algo porque salió publicado en una página. Informarse requiere ver los fundamentos históricos, de dónde viene tal cosa, por qué pasa, cuáles son sus posibles consecuencias. En ese marco, las herramientas son sólo herramientas”.
/// EL DATO
Aniversario
La charla fue organizada conjuntamente por la FHUC y LT10, en el marco del 80º aniversario de la emisora. En la ocasión, se presentó el nuevo diseño del diario digital de la radio.
Recorrido
Pablo Stancanelli es editor de Le Monde Diplomatique Edición Cono Sur. Estudia Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. En 2002 recibió el Premio Estímulo al Periodismo Joven, que otorga la Escuela de Periodismo TEA. En 2005 la Embajada de Italia en Argentina le otorgó el Premio Italia para jóvenes periodistas argentinos. Entre 2007 y 2009 fue docente de Política Internacional en la carrera de Periodismo de la Escuela Terciaria de Estudios Radiofónicos (Eter).