Gran alimento natural

Niegan mitos negativos sobre el huevo

Es uno de los productos más sanos y que más se consume a medida que se le conocen sus propiedades. Un especialista de la UNL explica sus beneficios.

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Se puede comer de dos a cuatro huevos por día, si no se tiene niveles altos de colesterol, según expertos.

Foto: Archivo El Litoral

(C) Fernando López - Comunicación científica UNL - El Litoral

Es uno de los productos más consumidos. Los hay de distintos colores y comemos unos 213 por año, según dicen las estadísticas que indagan en los hábitos culinarios: es el huevo, alimento muchas veces ponderado, pero también víctima de numerosos mitos.

Según explicó Miguel Muller, especialista en producción aviar e investigador de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), al huevo se le atribuyen algunas cualidades negativas que a veces contribuyen a que disminuya el consumo. Sin embargo, en muchos lugares se comen cada vez más a medida que se le conocen sus propiedades.

“Los huevos son alimentos sanos, naturales y funcionales, porque aportan aminoácidos esenciales para la vida. La cardiología los considera grandes benefactores del corazón”, aseguró.

Pero uno de los mitos que rodean al huevo se basan en las grasas que contienen y sus efectos en la salud: “Es obvio que tienen colesterol, pero dentro de ellos contienen ácidos grasos insaturados linoleicos y linolénicos, que son buenos y beneficiosos. Esto significa que aporta colesterol bueno que beneficia el funcionamiento cardiológico”, enfatizó Muller.

La clara y la yema

Por otra parte, el investigador comentó que, contra la opinión común que recomienda comer sólo la clara, la yema no produce efectos perjudiciales a la salud. “Es la parte más sana del huevo, porque aporta distintas vitaminas, lípidos y minerales. Adiciona colina, luteína y zeaxantina, que favorecen la función de visión del ser humano. Sin embargo, la clara o albumen también es importante porque alberga muchas proteínas, por eso es preferible comer el huevo completo”, continuó.

En cuanto a la cantidad que se pueden consumir, Muller recomendó de dos a cuatro por día, siempre y cuando no se tenga una mala predisposición genética con respecto al colesterol.

Colores

Al mismo tiempo, Muller contó que los huevos varían en sus tamaños y color, pero no hacen a la calidad nutricional del alimento: “Las amas de casa asocian los de color con lo natural, con el campo; y a los blancos con lo industrial. Entonces hay ciertas provincias que prefieren los primeros, pero es lo mismo. En nuestro país la producción de huevos blancos ronda el 70 por ciento del total, el resto son de color, siendo las provincias del norte las que más apetencia tienen por estos últimos”, detalló.

En cuanto al color de las yemas, que pueden variar de un amarillo intenso a uno más pálido, hay una relación directa con la nutrición de las aves. “Las gallinas de campo producen huevos con yemas más amarillas, porque comen alfalfas o algo de verde, que transmiten los pigmentos al huevo. En las jaulas, las aves consumen más maíz y algo de sorgo, que producen que sus carotenos otorguen el color al huevo. Cuando consumen trigo la yema es más pálida”, apuntó.

“Sin embargo, el valor nutricional no cambia, porque las gallinas ponen sus huevos para generar vida. Ese embrión debe tener todos los elementos para nacer y vivir, eso no es modificable por los seres humanos, porque la misma genética de la gallina transmite esas características”, dijo Muller.

Por último, precisó que el tiempo de conservación de los huevos es de 21 a 28 días.