Exponen una colección única de material infantil histórico
Llegó La Nube a Santa Fe,
y vino cargada de libros
La muestra está en el Instituto Brown y se compone de 300 libros, revistas y documentos dedicados a los niños. Desde silabarios de 1810 hasta piezas publicadas en los períodos peronistas y los libros prohibidos durante la dictadura militar.
Pablo Medina sostiene en sus manos un libro para niños sobre San Martín ilustrado por Antonio Berni.
Fotos: Mauricio Garín
De la Redacción de El Litoral
[email protected]
“Cuando encuentro un libro infantil antiguo o curioso, abro una botella del mejor vino tinto y celebro”. Así describe Pablo Medina su entusiasmo cuando logra agregar un título a su única e impresionante colección histórica de libros, manuales escolares, periódicos y revistas infantiles. El maestro e investigador correntino radicado hace décadas en Buenos Aires, es el creador y presidente de la Asociación Civil La Nube -Infancia y Cultura-, que es una biblioteca y centro de documentación que alberga más de 70 mil piezas, entre libros, títeres, juguetes, juegos, fotografías y discos.
Medina trajo por primera vez a Santa Fe parte de esa inapreciable colección para chicos, conseguida a base de minuciosa exploración. Unos 300 volúmenes se exponen hasta el miércoles en el gimnasio cubierto del Instituto Almirante Brown, sito de 25 de Mayo 3762, como parte del cronograma de las “Jornadas 2011 de literatura para niños y jóvenes”.
Pegadas a las vitrinas de exposición, las docentes parecían niños en una juguetería. Estaban encantadas con revistas y literatura que jamás encontrarán en una librería y seguramente tampoco en una biblioteca. “Es la primera vez que saco la colección al interior”, dijo Medina, quien se recorrió todas bibliotecas porteñas, algunas de ellas olvidadas, en busca de su precioso material.
“Investigo y compro los libros. Inicié la recopilación por mi locura, porque soy maestro, porque siento cariño por lo que hago, porque estoy involucrado por una decisión política-social y por amor”, resumió Medina. De a poco fue armando esa gigantesca recopilación de La Nube, ubicada en un galpón reciclado de Jorge Newbery al 3500, en Buenos Aires.
“No tenemos protección del Estado pero algún día la vamos a obtener para cuidar la colección, que trata de contar la historia de la infancia argentina a través de las publicaciones”, señaló.
Un poco de todo
Entre el material que La Nube trajo a Santa Fe, está la colección Biblioteca Infantil General Perón, con títulos como “Aventura de dos niños peronistas” o “Cuentos del 17 de Octubre”, entre otros.
Se exponen también Cartillas o Silabarios que fueron impresos entre los años 1810 y 1813 para el uso de las escuelas, y que respondían a un sistema de aprendizaje de lectura por sílabas. También hay revistas para niños y selecciones infantiles que salían con las publicaciones para adultos como el diario La Nación, Caras y Caretas o PBT entre 1880 y 1980.
Buceando por los expositores, se pueden ver algunos ejemplares de Billeken, considerada la revista infantil más antigua del país. Surgió en 1919 creada por Constancio Vigil y editada por Atlántida. También hay ejemplares de Pilucho (1938); Marilú, la revista de las niñas (de 1933); Rataplán y Figuritas que son de las más antiguas. “La única que subsistió fue Billiken, que ahora fue vendida a los mexicanos de Televisa, así que es difícil adivinar su futuro”, remarcó Medina.
De entre las piezas se destaca un viejo libro titulado “La Historia Argentina en cuadros”, Edición del Centenario, 25 de mayo de 1910, de Carlos Imhoff y Ricardo Levene, publicado por J. Lajouane Editores. El presidente de la asociación civil indicó que el libro fue editado en Francia con unas ilustraciones que no tienen firma.
Con maravillosos colores, sobresale de la muestra un libro sobre la historia de San Martín con ilustraciones de Antonio Berni.
Los prohibidos por la dictadura
La censura y la prohibición de la circulación, distribución, venta y lectura de libros para niños en las escuelas y hogares fue una de las acciones de la dictadura cívico-militar de 1976. Entre los primeros libros prohibidos está “La torre de cubos” de Laula Devetach que fue editado nuevamente con la vuelta a la democracia.
También “Un elefante ocupa mucho espacio”, de Elsa Isabel Bornemann, que corrió igual suerte que el anterior. “A este libro lo salvé de la quema”, comentó Medina, señalando un ejemplar de “Cuentos para chicos traviesos” de Jacques Prévert.
La colección se completa con libros que marcan el presente y futuro de la infancia en la Argentina, pertenecientes a editoriales pequeñas y nuevas que han surgido en los últimos años.
La estética peronista en la década del ‘50 del siglo pasado estampada en los libros destinados a la escuela pública.
Estaban destinados a las llamas que encendió la dictadura. Le deben su vida a Pablo Medina que los salvó del fuego para incorporarlos a su rica colección.