Propician cambios a las políticas

sociales del gobierno nacional

Propician cambios a las políticas sociales del gobierno nacional

La asignación por hijo fue una mejora, pero muchas familias siguen con una condición estructural de pobreza de la que no pueden salir

Foto: Archivo/El Litoral

Apuntan especialmente a complementar y evaluar la actual Asignación Universal por Hijo. La propuesta está contenida en un trabajo del instituto económico de la Fundación Mediterránea.

 

De la redacción de El Litoral

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La Asignación Universal por Hijo (AUH) debería complementarse con otras medidas que promuevan la inserción y la asistencia a hogares sin hijos y debería ser evaluada desde el Estado de modo de identificar el efecto del plan sobre la educación y la salud de los niños; sobre el empleo y la formalidad de los adultos y sobre otras variables del hogar. Es la conclusión contenida en un extenso documento de trabajo sobre “Distribución del ingreso y políticas sociales” difundido por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) que depende de la Fundación Mediterránea.

El trabajo que apunta a lograr “una Argentina competitiva, productiva y federal” lleva las firmas de Hernán Ruffo y Gabriela Galassi y se ocupa no sólo de analizar la situación de nuestro país sino que la compara con las iniciativas de Estados vecinos como Brasil y Chile que también pusieron en marcha programas sociales tendientes a bajar los indicadores de pobreza.

Se advierte que el nivel de pobreza y desigualdad sigue siendo una preocupación en la Argentina, a pesar del fuerte incremento del nivel de actividad en los últimos años. La pobreza aún ronda el 25% y desde 2007 no ha mejorado sustancialmente, en parte por la aceleración de la inflación y por la fuerte proporción de empleo informal, según se explica.

Remarca que existen además fuertes condiciones de pobreza estructural que afectan a las posibilidades de movilidad social a través de la educación y la salud de los hogares. En particular, la Argentina es uno de los países con mayor transmisión intergeneracional de la pobreza, que se manifiesta en las oportunidades de los niños. Por ejemplo, sólo el 20% de los hijos de padres con educación primaria acceden a la universidad, frente al 80% de los hijos de padres con educación universitaria, señala.

Para Ieral, “las políticas sociales deberían restaurar las capacidades y la autonomía de los hogares, a la vez que los asisten en situaciones de fuertes shocks o pobreza extrema, con la prioridad en los niños y en la igualdad de oportunidades”. Admite que las políticas de transferencias condicionadas han sido fundamentales para avanzar en la lucha contra la pobreza en las últimas décadas en América Latina, ya que ligando la condicionalidad a cuestiones relativas a salud y educación, no sólo abordan objetivos de corto plazo (mitigar la pobreza), sino que se proyectan en el largo plazo (formación de capital humano). Las evaluaciones indican que han tenido éxito no sólo en tanto ayuda económica a los hogares pobres, sino también como incentivo a la inversión en capital humano para sus hijos. Aún quedan muchos aspectos por mejorar en estas políticas, como el impulsar el rendimiento y no sólo la asistencia, centrar la focalización en los más pobres, reducir los efectos indeseados en el mercado de trabajo y mejorar las evaluaciones de impacto de largo plazo.

A propósito de la AUH

El documento reconoce que en la Argentina, a partir de la Asignación Universal por Hijo, las políticas sociales han sufrido una reestructuración sustancial ya que se ha pasado a una política de transferencia condicionada, siguiendo el ejemplo de otros países y las propuestas de diversas organizaciones. Su implementación lleva -además- a la desaparición progresiva de múltiples programas de baja escala y superpuestos que hace que hoy se mantengan algunas intervenciones destinadas a objetivos más específicos, como la nutrición y el trabajo.

Pero según sus autores “un plan de la envergadura de la Asignación Universal por Hijo, dirigido a mitigar la pobreza de ingresos, debería complementarse con otras medidas que promuevan la inserción y la asistencia a hogares sin hijos. Por ejemplo, sería conveniente implementar un plan de nutrición masivo; con los fondos de planes de empleo que otorgan incentivos inadecuados (como el ‘Argentina Trabaja’”), implementar un plan de inserción para los trabajadores que brinde ingresos transitorios y contraprestación en empleo, capacitación o servicios comunitarios; e instaurar un plan de reinserción de los hogares con acompañamiento al estilo del plan ‘Chile Solidario’”.

Pero también consideran necesario que “las mejoras en las políticas sociales deberían fundamentarse en evaluaciones de impacto. La Asignación Universal por Hijo debería ser evaluada desde el Estado (hasta ahora un enorme déficit), de modo de identificar el efecto del plan sobre la educación y la salud de los niños, sobre el empleo y la formalidad de los adultos, y sobre otras variables del hogar”, concluye.


Ieral

El Ieral es uno de los institutos de la Fundación Mediterránea, asociación civil sin fines de lucro creada en la ciudad de Córdoba, en 1977, por iniciativa de 34 empresas de esa provincia y cuyas cabezas visibles son Pedro Astori y Fulvio Pagani.

Entre los objetivos de la entidad está la de analizar la problemática económica nacional y latinoamericana y brindar soluciones alternativas y para ello el Ieral cuenta con varias áreas de investigación conformado por economistas y profesionales de otras disciplinas como ingenieros, contadores y médicos, entre otros.

“En Argentina las políticas sociales han sufrido una reestructuración sustancial en el último año. A partir de 2010, la Asignación Universal por Hijo será la política central en este campo.

Hernán Ruffo y Gabriela Galassi

Ieral de la Fundación Mediterránea

Reformas propuestas

El documento señala que las reformas a la AUH deberían basarse en la evaluación integral del tema. En un estudio preliminar realizado por los investigadores advierten distorsiones en el mercado laboral y un incremento de sólo 2 a 5 puntos porcentuales en la asistencia escolar.

“Las modificaciones deberían tender a maximizar el impacto a la vez que se reducen los desincentivos de la transferencia”.

Para las reformas, sugieren tener en cuenta estas alternativas:

* Condicionar la transferencia a los resultados de la escolaridad más que a la asistencia. Esto permitiría mejorar el impacto de la política en resultados, que son más importantes que la mera asistencia.

* Eliminar los condicionantes en relación con las escuelas públicas.

* Incluir a los monotributistas como posibles beneficiarios siempre y cuando su facturación no supere un monto, determinado.

* Si los desincentivos a la formalidad y al trabajo prueban ser mayores a los preliminarmente estimados debería considerarse realizar reformas más sustanciales. Un ejemplo podría ser el de suspender la transferencia (por al menos seis meses) si los padres del beneficiario no acceden a un empleo formal durante cinco años consecutivos, por ejemplo. El reducir el monto de la transferencia o condicionarlo a la situación de pobreza es otra alternativa, siguiendo, por ejemplo, a las condiciones del Plan Bolsa Familia.

Aclara que la propuesta “no cambia sustancialmente los parámetros de los gastos de la AUH. En todo caso, la propuesta tendería a reducir el gasto, que actualmente podría estimarse en alrededor de 10.000 millones de pesos. Incluso, y debido al alcance de la AUH, podría emplearse la misma como plataforma para la generación de una red de protección social, articulando la oferta pública y privada.

Además de transferencias condicionadas, podría proporcionarse a los hogares la posibilidad de acceder a las ayudas que necesitan sobre la base de su situación particular.