SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA

Dar la teta, un seguro de vida para el bebé

Amamantar es fundamental para el vínculo afectivo entre la madre y el hijo. Pero también ayuda a prevenir enfermedades y a lograr un desarrollo pleno. Recomiendan que se mantenga esta práctica hasta los 2 años de vida.

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Conexión. En el país se calcula que el 60 % de los niños del país no son alimentados según las recomendaciones nacionales e internacionales. Por eso es necesario difundir la importancia de la leche materna.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Una de las escenas más hermosas de la vida cotidiana es una madre que amamanta a su hijo. Pero en este acto de amor subyacen numerosos beneficios, no solo para el bebé, sino también para su madre y para la sociedad. Y tal es su importancia que desde el 1º al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y apuntada a promover esa práctica para procurar la salud del recién nacido.

El Dr. Vicente Contini trabaja en el área de Neonatología del Hospital Iturraspe. Consultado al respecto precisó que es recomendable que el recién nacido se alimente exclusivamente a pecho durante los primeros 6 meses de vida. Pero remarcó que hasta los 2 años de vida puede tenerlo como complemento y que es muy importante promover este accionar, desalentando el uso de la mamadera. “Todos los micronutrientes que tiene son propios del ser humano y no pueden suplantarse con leche de fórmula artificial”.

En los bebés prematuros la lactancia es clave para la recuperación nutricional. También ayuda a mejorar su crecimiento y disminuir el riesgo de infecciones intrahospitalarias y complicaciones intestinales. Pero en los niños nacidos a término también influye positivamente: previene diarrea, neumonía y otitis, mejora la calidad de vida ante enfermedades crónicas y colabora con el desarrollo intelectual.

Además de generar un vínculo afectivo que más tarde será esencial, para la madre esta práctica implica disminuir la posibilidad de cáncer de ovarios y mamas, prevenir la osteoporosis y mejorar la autoestima. “Dar la teta tiene que ver con una conducta activa, de observación, contacto, y sobre todo tiempo”, explicó Contini.

El Iturraspe es un efector “amigo de la madre y el niño”, distinción de Unicef y la OMS. Supone que todo el personal está entrenado para aconsejar a las mujeres en tiempo de amamantar. De hecho, hoy y mañana se realiza allí un taller promovido por el Comité de Lactancia, dirigido a su personal.

En esto, además de los profesionales, cumplen un rol clave las voluntarias del grupo “Mamá Corazón”, quienes en la Residencia que funciona en el hospital dan contención a las madres que deben permanecer muchos meses allí mientras sus bebés nacidos prematuros se recuperan en Neonatología.

Silvia Bonomo, referente de la agrupación indicó que la presencia de las mamás cerca de sus hijos es importante porque pueden amamantarlo cada vez que lo necesitan, lo que contribuye a una evolución más rápida. “Incluso las ayudamos a sacarse leche, porque los bebés cuando nacen muy chiquitos no pueden tomar la teta y deben ser alimentados por sonda”, comentó. “Hay que convencer a la mamá de que amamantar es lo mejor”, aseguró.

/// CONDICIONES

Tranquilidad. Si bien muchas veces el contexto no lo permite, para que la mamá pueda establecer esa conexión con su hijo es significativo que puede amamantarlo en un lugar tranquilo, donde pueda estar cómoda y relajada.

Ambiente adecuado. Una buena postura al momento de alimentar al bebé y un ambiente calefaccionado también contribuyen favorablemte.

Apoyo de la familia. Todo los integrantes del grupo familiar tienen que estar convencidos de la importancia de la lactancia materna y deben transmitirlo.

Tomarse el tiempo. La madre necesita contar con el tiempo necesario para llevar adelante esta práctica. En este sentido, el Dr. Vicente Contini señaló que sería importante que las empresas otorguen más tiempo a las madres con hijos recién nacidos.

ESPECIAL PARA EL LITORAL

OTRA MIRADA

Una huella imborrable

Por Mónica Ritacca

Camila llegó al mundo el 3 de marzo. Se prendió a la teta minutos después de haber nacido, apenas bajaron a su mamá del quirófano. En ese momento, no hubo tiempo para repensar la técnica de amamantamiento aprendida en el curso de preparación para el nacimiento. Ella tenía hambre y apenas se abrieron los botones del camisón colocó su diminuta boca en el pezón y comenzó a succionar, como si ya lo hubiese hecho anteriormente.

Explicar en pocas palabras lo que significa para una madre primeriza darle el pecho a su bebé no es fácil. Es que todo lo que se diga será poco. De todas maneras, no hay dudas de que fortalece el vínculo entre madre e hijo y deja huellas que no se borrarán jamás.

La leche materna es el mejor alimento para un bebé. Es la fuente nutritiva más importante y está comprobado que reduce el número de muertes infantiles por infecciones respiratorias agudas, diarreas y otras enfermedades infecciosas. Dar la teta es dar amor. Es un gesto que ninguna madre debe privarse de hacerle a su bebé, quien, aún cuando tenga horas de vida, sabe que no hay nada más rico y más lindo que la teta de su mamá.

mritacca@ellitoral.com