Por los riesgos para los peatones

Ordenan demoler la planta alta del inmueble de Rioja y San Martín

Los viejos balcones de la esquina noreste siguen perdiendo mampostería, pero la obra es compleja debido a los comercios que funcionan debajo. El municipio tomó la decisión.

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En ruinas. La planta alta se encuentra en grave estado edilicio y representa un riesgo para la gente que circula por la zona. Fotos: Flavio Raina

De la Redacción de El Litoral

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En las últimas semanas se intensificaron los reclamos que hace años realizan los vecinos de La Rioja y peatonal San Martín por el peligro de derrumbe de la antigua casa ubicada en la esquina noreste, frente a la Iglesia del Carmen. De los viejos balcones de ese condominio se desprende la mampostería directo al suelo con alto riesgo para los transeúntes, por lo tanto la Municipalidad tomó la decisión de encarar los trabajos de demolición.

Ya se confeccionó el pliego de obra para derribar la planta alta, pero se generó un problema con los negocios alquilados que están debajo. Según un informe técnico hay que realizar la demolición únicamente si esos locales están desocupados.

“Más allá del problema legal de esa propiedad, se tomó la decisión de elaborar los pliegos. Ahora se están analizando los detalles para garantizar la seguridad vial y la viabilidad de los trabajos”, precisó Aidilio Fabiano, fiscal municipal.

Según supo El Litoral, la propiedad está en el medio de un conflicto entre los condóminos por una diferencia de opinión. Las autoridades locales tuvieron audiencias con los dueños y hasta se hizo una presentación por parte de uno de ellos para frenar la demolición, pero desde el municipio rechazarán formalmente esa apelación.

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Un peligro. Un pedazo de balcón está por caer directo a la vereda. “Si estas casas no se arreglan, hay que demolerlas”, explican los funcionarios del municipio.

Detalles

De acuerdo al expediente, el 22 de abril de 2010 se declaró en estado de ruinas el inmueble por Edificaciones Privadas. En septiembre del mismo año, se autorizó a Fiscalía a gestionar la orden judicial para hacer los trabajos, pero hubo un problema para ubicar a los propietarios, en tanto el 2 de marzo de 2011, uno de los dos propietarios planteó un “recurso de reconsideración y apelación”.

Más adelante, el 4 de abril de este año, se dispuso una inspección de Edificaciones Privadas con la intervención de la comisión municipal de Defensa del Patrimonio Cultural. “Se cumplieron todos los recaudos legales y ahora se está por notificar el rechazo a ese recurso”, agregó Fabiano.

La casa figura en el catálogo de las 200 obras declaradas como patrimonio. “Pero si los propietarios no las arreglan, hay que demolerlas. La Municipalidad tiene que bregar por la protección civil”, comentó el arquitecto Alfredo Jurado, de Planeamiento Urbano.

Un vecino, Danny Penno -propietario del negocio La Tecla-, le dijo a El Litoral que “también hay una parada de colectivos allí y la gente circula permanentemente. Es un tema que data de los ‘80, con lo cual debería arreglarse lo antes posible para evitar alguna desgracia”.

Otro caso

En la esquina sureste de las calles San Jerónimo y Juan de Garay, una construcción de 1905 tiene balcones en malas condiciones. Actualmente están protegidos por media sombras clavadas a la pared, pero los propietarios quieren demolerlos.

“Conseguimos que el municipio nos autorice a tirarlos abajo, porque la inversión para remodelarlos era muy costosa”, asegura Edita Romero, propietaria.

Debajo de la planta alta aún funciona una casa de antigüedades. En su puesto de trabajo, Edita atendió a El Litoral y aseguró que en realidad “no hay peligro de derrumbe”. Dijo, asimismo, que ya hubo tres inspecciones de la Municipalidad que lo comprueban.

“Además no podríamos estar viviendo ni trabajando acá. Habitamos arriba y el negocio está abajo”, aclaró la dueña de esa propiedad. Luego comentó que “hay un arquitecto trabajando en el proyecto de demolición” y tratarán “de realizarlo lo más pronto posible”.


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“Es un peligro latente, porque uno ve cómo se deteriora a diario. Ponen una lona para contener, pero eso tiene nidos de palomas y arbolitos que generan la caída de la mampostería”.

Danny Penno

Dueño del local La Tecla en la peatonal