El oficialismo se impone
El oficialismo se impone
La oposición debate cómo digerir una nueva ficción del presupuesto
“Divide y triunfarás”. El kirchnerismo avanza en el Congreso con una estrategia que vuelve a plantear la subvaluación de los ingresos y la discreción presidencial en el manejo por decreto de los recursos nacionales.
El titular de Economía dijo a los legisladores que el PBI crecerá 8 % según organismos internacionales. Sostuvo que la Argentina “será el segundo país que más va a crecer en el mundo”. Foto: Archivo El Litoral
De la redacción de El Litoral
El gobierno nacional siempre calcula que va a recaudar menos de lo que en realidad supone, para gastar por decreto los ingresos “imprevistos”. Cansada de ese juego, y con más bancas en el Congreso tras la derrota kirchnerista del 2009, la oposición decidió el año pasado “no aprobar” el presupuesto del año en curso.
El resultado fue más de lo mismo. La Casa Rosada “recondujo” el presupuesto 2010 y, tal como prevén los mecanismos legales para estos casos -y con las facultades delegadas siempre a mano- siguió manejando la plata por decreto.
Y además el gobierno nacional se “victimizó” por ser Cristina la primera presidenta de la democracia desde el ‘83, que tiene que gobernar sin un proyecto de presupuesto.
A la la luz de los hechos, y ante la perspectiva de un Congreso que volverá a tener mayorías kirchneristas, la oposición delibera una estrategia que tampoco este año pasará de ser testimonial. Todos coinciden que el oficialismo “subestima” unos $ 40 mil millones que después maneja a discreción. Pero mientras algunos hablan de votar en contra, otros plantean la abstención o la presentación de un proyecto alternativo que al menos deje constancia testimonial de que existe otra propuesta de cómo manejar las cosas en el país.
Voces divergentes
Desde el radicalismo, el vicepresidente de la comisión de Presupuesto, el jujeño Miguel Giubergia, ratificó la postura de la UCR de debatir la propuesta oficial. “No queremos que el país no tenga presupuesto. No vamos a tener una posición fundamentalista ni estúpida”, dijo.
En esa misma línea, el diputado bonaerense del Frente Amplio Progresista, Horacio Alcuaz, sostuvo que “la idea de nuestro bloque es debatir; esperemos que el oficialismo quiera abrirlo; nosotros queremos poder consensuarlo y aprobar el proyecto”. Sin embargo el legislador cuestionó las pautas de crecimiento y el dólar estimado en el texto.
El jefe del bloque de diputados del PRO, Federico Pinedo, dijo que hay “una propuesta más seria” con menos gasto e inflación, aunque cuestionó la pérdida de competitividad del dólar. “Está el tema de los subsidios al transporte, gas y electricidad en el conurbano; pareciera que tendrán menos crecimiento y que habrá un aumento de tarifas, que compense esa baja de subsidios”.
“Nosotros no podemos avalar la misma estrategia de subestimar recursos que se repite año a año en el presupuesto”, sostuvo por su parte Alfonso Prat Gay de la Coalición Cívica. Elisa Carrió podría incluso presentar un proyecto alternativo.
Impuestos
El proyecto de ley prevé recaudar por Ganancias $ 131.329 millones (+22,7 %); IVA $ 185.109 millones (+23,5 %); impuestos internos $ 12.842 millones (+18,9 %) y Bienes Personales $ 7.146 millones (+20,1 %). Las subas equivalen a la tasa de inflación medida por los privados y las institutos provinciales de estadísticas, lo que sugiere que si se agrega un crecimiento real de la economía, habría en realidad más recaudación que le daría a la Casa Rosada más recursos para manejar por decreto.
Quórum
El kirchnerismo ya tendría asegurado el número necesario de presencias en las bancas para aprobar el presupuesto cuando se convoque a la sesión respectiva. Parte de la oposición ya garantizó su presencia en el recinto; el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi confirmó que tuvo contactos legisladores de varias fuerzas políticas para organizar el debate, que debería producirse antes de fin de año. “Hay muchos líderes opositores que hicieron autocrítica y estarían dispuestos a apoyar”, confió Rossi, marcando la diferencia con lo que sucedió el año pasado.
Amado Boudou explicaba sus proyecciones en Diputados
El ministro de Economía exponía al cierre de esta edición los principales lineamientos del proyecto de Presupuesto 2012. La presentación se concretaba en el salón Delia Parodi, ante la comisión de Presupuesto de la Cámara Baja.
El proyecto contempla un crecimiento del PBI del 5,1 %, una inflación del 9,2 % y una cotización del dólar en $ 4,40 como promedio anual. La iniciativa ingresó a Diputados el pasado 15 de septiembre, tal como lo exige la ley de Administración Financiera, y comenzará a ser debatido por la comisión de Presupuesto que preside el santafesino kirchnerista Gustavo Marconatto.
Prevé un saldo favorable de la balanza comercial de 8.579 millones de dólares y establece un uso de reservas por 5.674 millones de dólares para pagar deuda -a través de la continuidad del Fondo de Desendeudamiento- mientras que el superávit primario proyectado fue establecido en el 2,2 %.
La recaudación, en tanto, ascenderá a 668.290,5 millones de pesos, con una mejora del 23,2 %. Descontada la coparticipación, la Nación manejará 506.572 pesos, apenas por encima del Gasto Público previsto suma 505.130 millones de pesos, de los cuales el gasto social rondará los 303.000 millones de pesos (60 por ciento del total).
Según el texto, el 60,0 % del Presupuesto 2012 estará destinado a servicios sociales (salud, asistencia social, educación, vivienda, agua potable), que alcanzarán 303.027 millones de pesos, que representa un incremento del 20,6 % con respecto a 2011.
/// análisis
Los números reconocen el déficit que niega el relato
Ignacio Hintermeister
Una vez más el proyecto de presupuesto 2012 promete superávit de las cuentas fiscales, uno de los “pilares” del modelo según el discurso oficial. Cotejado con los números que el propio gobierno remitió al Congreso, el relato no se refleja en las cifras oficiales.
Al analizar el “devengado” del primer semestre del año en curso, es decir los ingresos y los gastos registrados, el mensaje del Poder Ejecutivo al Congreso reconoce un superávit primario $ 10,1 mil millones, pero un déficit financiero casi $ 4,2 mil millones. Esta última es la cifra que se debe tener en cuenta, porque es la suma de lo que el gobierno nacional gastó en su funcionamiento más lo que pagó por deudas soberanas. En su proyección para el año, el mismo gobierno estima que cerrará 2011 con un superávit primario de $ 24,4 mil millones y un déficit financiero de 11,8 mil millones.
Si se compara al gobierno nacional con un simple vecino, bien se puede decir que la plata le alcanza para vivir pero no para pagar la tarjeta de crédito y otras deudas.
Hasta ahora, el gobierno se financia con inflación, con los recursos del BCRA y la plata de los jubilados. Ésa no es una buena noticia para los pasivos, que hacen cola para hacerle juicios a la Anses; pero es una fortaleza para el país que se endeuda con organismos internos, en pesos y con tasas muy convenientes porque son más bajas que la inflación.
El problema es la tendencia en un año en crisis. El superávit primario del primer semestre de este año fue del 1,6 % sobre el PBI, cuando el promedio desde 2003 era del 2,9 %; es decir que ese “pilar” del modelo se viene achicando. Lo mismo pasa con la balanza comercial, siempre en la comparación de la palabra con los números de la versión oficial.