El trabajo recibió una mención especial

Premiaron en Tecnópolis a las fichas “Recorriendo Santa Fe”

Por la labor en divulgación científica fue distinguida la producción de una serie de fichas coleccionables editadas por la UNL en 2009, junto con el diario El Litoral. El acto de premiación fue presidido por el ministro de Ciencia de la Nación, Lino Barañao.

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Sonrisa. Priscila Fernández, en representación de la UNL, recibe del ministro Lino Barañao el diploma con el que se distinguió a “Recorriendo Santa Fe”, trabajo realizado por esa universidad. Foto: Gentileza Alejandro Alonso

Redacción El Litoral / Prensa UNL

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La serie de fascículos “Recorriendo Santa Fe” recibió días atrás en la megamuestra Tecnópolis una mención especial del Ministerio de Ciencia e Innovación Productiva, en el marco del certamen “La ciencia en boca de todos”. El material presentado por la UNL consta de 32 fichas coleccionables y un ordenador que se distribuyeron de manera gratuita junto con El Litoral, los martes y jueves entre agosto y diciembre de 2009. La ceremonia de entrega de distinciones contó con la presencia del responsable de la cartera, Lino Barañao, y reunió a destacados periodistas científicos de todo el país.

El trabajo fue íntegramente realizado por la Dirección de Comunicación Institucional de la UNL, sobre la base de trabajos de investigación de científicos de esa casa de estudios. La investigación y textos estuvo a cargo de Priscila Fernández; el diseño y la diagramación de Alejandro Gariglio y la dirección y edición general de Romina Kippes. En cada entrega se abordó una temática vinculada a las particularidades de la flora, la fauna y los recursos hídricos de distintos puntos del territorio santafesino.

“Es muy bueno y grato tener un reconocimiento de esta naturaleza. Y una gran motivación para seguir trabajando. Hoy es posible comunicar la ciencia, con esfuerzo y constancia”, dijo a El Litoral Priscila Fernández, quien realizó la producción investigativa. La joven comunicadora destacó el trabajo en equipo de la Dirección de Comunicación Institucional de la UNL, que llevó adelante el trabajo premiado.

La producción permitió consolidar los vínculos con la comunidad académica, “que tiene mucho para aportar a la sociedad a través de la comunicación científica”, resaltó. Consultada sobre cuáles son los límites de divulgar temas tan específicos de distintas áreas de la ciencia, Fernández explicó: “No es tan complicado explicar en términos fáciles algo complejo; en realidad, el verdadero desafío de la comunicación científica pasa por explicar por qué es socialmente relevante el hecho que se comunica. Cuál es el real impacto que tiene en la sociedad”.

“Se trata de hacer entender que eso que se da a conocer es un aporte significativo, no sólo algo que despierte la curiosidad en la gente”, completó Fernández. Las estrategias comunicativas pasan por “establecer vínculos entre el hecho comunicable y la vida cotidiana de la gente, tender anclajes locales, poner en contexto sobre cómo repercute el hecho científico en lo social, lo económico, etc.”.

Comunicar la ciencia

“No es una tarea sencilla contarle al ciudadano común qué es lo que ocurre en la ciencia. Por lo tanto, es necesario que haya traductores idóneos para poder lograr que el conocimiento, que la propia sociedad financia, le llegue a ésta de alguna manera”, destacó Barañao en el acto de entrega de premios. “Contar con una comunidad de divulgadores sólida y activa es muy importante para nosotros y es lo que buscamos destacar con la entrega de esta distinción”, agregó.

Luego de la ceremonia de entrega se desarrolló la conferencia “La problemática de la divulgación científica hoy” dictada por Baudouin Jurdant, responsable del Master “Periodismo Científico” de la Universidad de Paris Diderot (Paris 7).

Durante su presentación, Jurdant recalcó que el origen de la divulgación científica no responde a un pedido del público. “Nunca nadie lo pidió”, afirmó el francés. Pero para que la divulgación sea posible el experto detalló dos condiciones fundamentales: la primera es la reflexividad de los propios investigadores y, la segunda, el corrimiento de la postura hegemónica de los saberes científicos.

Es necesario que los científicos logren desprenderse del punto de vista de su especialidad. “Los saberes deben poder vivir su propia vida por fuera de la comunidad cerrada. Eso implica que haya deformaciones, inexactitudes, porque así circulan en la cultura”, subrayó al tiempo que denunció resistencias por parte de los investigadores de abandonar su patrimonio científico particular.