El Yogurito Probiótico llega a 48.000 escolares santiagueños

(C) Conicet Bs. As. - Conicet Santa Fe - El Litoral

El documento, que rubricaron tiempo atrás la Dra. Marta Rovira -presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)-, autoridades provinciales; del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y del Cerela, forma parte del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria Provincial que ya se puso en marcha en Tucumán, San Juan y Misiones. Así, 48 mil niñas y niños en edad escolar mejorarán su dieta diaria.

El producto

El Yogurito Probiótico contiene una bacteria láctica probiótica y fue desarrollado por el Cerela como un proyecto social para reforzar el sistema inmunológico y prevenir infecciones respiratorias y gastrointestinales. En la actualidad, Yogurito, en un envase de 140 g. cuyo contenido sabe a frutilla, vainilla o durazno, llega, sólo en las provincias de Tucumán y San Juan, a más de 126 mil niños y niñas de escuelas públicas tres veces por semana.

Un poco de historia

El proyecto se inició en 2008 en la capital tucumana, sede del Cerela, donde 56 mil niños de escuelas de las zonas más vulnerables, vecinas a la ciudad, comenzaron a consumir Yogurito en lugar de la copa de leche que bebían tres veces por semana -en la ingesta del yogur se mantuvo la misma frecuencia-. Se complementaba con hierro para ayudar a los escolares en su crecimiento y desarrollo físico e intelectual, independientemente del complejo nutricional que recibían en los comedores escolares. Los resultados obtenidos satisficieron las expectativas, causa principal de que “Yogurito” haya interesado en otras provincias.

Los probióticos

El concepto de alimentos funcionales se origina en una mayor comprensión de las bases moleculares de la relación existente entre alimentación y salud y la posibilidad de contar con reguladores biológicos -donde las bacterias lácticas juegan un papel protagónico- que disminuyan el riesgo de contraer enfermedades. La demanda del mercado nacional e internacional impulsó una nueva línea de alimentos funcionales: los probióticos. Éstos, además de su valor nutritivo intrínseco, ayudan a mantener el estado de salud general del organismo y, a la vez, pueden tener un efecto benéfico adicional terapéutico o preventivo. Según lo definió la OMS, un probiótico es todo aquel microorganismo vivo que, administrado en la cantidad adecuada, proporciona beneficios saludables al receptor.

El Cerela

Creado en 1974 por el Conicet y otras instituciones, se dedica al estudio de las bacterias lácticas en dos grandes áreas: alimentos y salud humana y animal. Luego, un acuerdo entre el Conicet y la UNT permitió optimizar el uso de infraestructura y compartir recursos humanos, además de formar profesionales especializados en el área de microbiología y biotecnología. Su directora es la Dra. Graciela Font de Valdéz.

* Fuentes: Comunicación Institucional y Prensa/Conicet Bs. As.; Cerela/Conicet/UNT. Adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).