El rol de los padres es clave

La obesidad infantil crece de la mano del estilo de vida moderno

Los chicos comen demasiada comida chatarra y pasan mucho tiempo frente al televisor y la computadora. Los nutricionistas y psicólogos advierten que es muy importante formar hábitos alimentarios saludables durante la preadolescencia.

1.jpg

Alimentación equilibrada. Los nutricionistas aconsejan reducir el consumo de hamburguesas, papas fritas y otras comidas o postres —que tienen grasas saturadas— y acostumbrar a los niños a incluir más frutas y verduras en la dieta. Foto: ARCHIVO EL LITORAL

 

Agustina Mai

[email protected]

Padres que trabajan todo el día y no tienen tiempo de cocinar ni de comer en familia. Niños estresados y con poco tiempo para jugar al aire libre. El reemplazo de frutas, verduras y lácteos por la comida chatarra. “El problema de la obesidad como epidemia es el modo de vida actual”, resumió la pediatra y endocrinóloga Virginia Canteros, en diálogo con El Litoral.

La obesidad ya no distingue clases sociales. “Esta malnutrición se ve en todos los sectores sociales”, aseguró la doctora. Tampoco discrimina por edades: cada vez hay más casos de niños y preadolescentes con “acumulación excesiva de grasa”, que se produce por un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.

Es una enfermedad “multifactorial”, que combina factores metabólicos, genéticos, psicosociales y ambientales. “El 95 % de los casos son obesidad multifactorial o exógena: está propiciada por el modo de vida”, aseguró Canteros.

El estilo de vida incluye “una gran oferta de comidas ricas en grasas saturadas, a la que la población infantil está expuesta por la publicidad” y el sedentarismo. “Los chicos están mucho tiempo delante de la computadora, la televisión y los videojuegos. Y por la inseguridad pasan menos tiempo en espacios abiertos”, planteó Canteros. El 5 % restante está relacionado con patologías endocrinológicas o dificultades en el sistema nervioso central, pero “no son representativas”. Los profesionales apuntan a la consolidación de hábitos saludables, que implican “una alimentación que se basa en cuatro o seis comidas diarias, donde el desayuno es primordial, que incorpora dos porciones de verduras, tres frutas y el consumo de agua en lugar de gaseosa. Además es clave practicar actividad física y limitar la televisión y los videojuegos”, explicó la nutricionista Natalia Romero.

Para ello es fundamental el rol de los adultos. “No podemos pensar en un tratamiento sin involucrar a la familia. Son los padres los que hacen las compras, eligen la comida y ponen límites”, definió.

“Con un poco de paciencia y creatividad, se puede lograr que los niños aprendan a comer alimentos que hasta entonces no probaban”, sostuvo Bernardita Brega, especialista en viandas saludables, y lo ejemplificó: “Si les das una manzana, seguramente la van a dejar. Pero si se prepara una brochete de frutas, intercalando un cuadrado de manzana, con banana y naranja, se la devoran”.

2.jpg

A la plaza. Los médicos recomiendan a los padres estimular los juegos al aire libre y limitar el tiempo que los chicos pasan frente a la play station o la tele.

Foto: ARCHIVO EL LITORAL / FLAVIO RAINA

Más consultas

En general, las consultas por obesidad no surgen de la preocupación de los familiares, sino por derivación del pediatra. “Cuando los chicos llegan al consultorio, llevan varios años de padecimiento de esta enfermedad”, indicó la nutricionista, que consideró que “es alarmante” la cantidad de casos, que se “incrementan día a día”.

Las profesionales coinciden en la importancia de contener este grave problema de salud pública. “Prevenir implica proyectar una población adulta sana y con menor riesgo de problemas cardiovasculares”, señaló la pediatra.

La psicología también contribuye al tratamiento. “Si a un niño no se le pone un límite, consume todo el tiempo. Por eso hay que evaluar la trama familiar: en algunas familias el comer es una forma de compensar la falta de atención”, señaló Florencia Sardi.

Además, en preadolescentes hay que tener en cuenta las transformaciones de esta etapa. “Hay un cambio en el cuerpo, de los ideales y de la relación con los padres. Los trastornos de la alimentación podrían ser una manifestación de que a ese adolescente le está pasando algo o una tentativa de defenderse y reacomodarse frente a los cambios”, explicó.

A esa edad, los pares juegan un rol fundamental porque “ayudan en la búsqueda de la identidad y la autonomía”. Pero si un adolescente tiene una imagen negativa de sí mismo y poca autoestima, puede aislarse como mecanismo de defensa. La discriminación de los amigos puede reforzar aún más esa segregación.

Finalmente, la psicóloga priorizó atender la enfermedad a tiempo. “En los adultos la personalidad ya está formada, entonces es más difícil mover algunas estructuras. En cambio, en la adolescencia la identidad no está del todo constituida y es posible corregir algunos hábitos”.

Menúes sencillos

La chef Bernardita Brega propone algunas opciones fáciles, ricas y saludables, para que los chicos coman mejor:

Picadita para cumpleaños: distribuir en una fuente o en varios platos, pollo hervido con un caldito cortado en cubitos, tomates cherrys, trocitos de queso cremoso, arroz con mayonesa light, pizzetas hechas con rodajas de pan, tomate y queso, pororó, huevos rellenos, choclo y zanahoria rallada con queso untable. ¡Basta de puflitos gomosos y llenos de colorantes!

Milanesas del Altiplano: un bife, un filet de pollo o una rodaja de calabaza, zapallito o berenjena. Pasar las rodajas de carne o verdura por un huevo batido y luego por una mezcla de pan rallado, salvado de avena y queso. Ponerlo al horno o sartén con un poquito de aceite. Dorar de los dos lados lentamente.

Ensalada del Altiplano: hervir 20 minutos una tacita de quinua (cereal del Altiplano con muchas propiedades y parecido al arroz) hasta que esté tierna. Colarla y preparar con un poco de arroz o choclos, zanahoria rallada o lechuga cortada finita. Condimentar como ensalada o agregarle queso light o un puré de paltas.

Súper licuado: tostar apenas (si no se quema) 2 cucharaditas de sésamo. Ponerlas en la licuadora con un chorrito de agua y licuar. Agregar frutas variadas, 3 cucharaditas de miel y agua fresca. Licuar y servir enseguida.

Picada de frutas: cortar de diferentes formas manzanas, bananas, kiwis, melón y bananas, y presentarlas en una bandeja. Sobre ellas, esparcir uvas, arándanos, almendras y nueces. Luego decorarlas con chocolate en forma de hilitos. Se sirve con unos tenedores.

Jornada

Las profesionales que entrevistó El Litoral participaron de una “Jornada sobre obesidad”, que se realizó el jueves pasado, organizada por la nutricionista Mercedes Dumont y el gimnasio Kalos. La idea surgió por la cantidad de niños y preadolescentes con sobrepeso y obesidad que la especialista atiende en su consultorio y por la preocupación ante la tendencia de aumento de los casos a nivel mundial.

32

por ciento

de los chicos y adolescentes que tienen entre 5 y 19 años presenta inconvenientes de sobrepeso, según una encuesta antropométrica a 10.000 chicos que realizó el Ministerio de Salud de Santa Fe hace un año.

24

por ciento

de los menores de 5 años está en riesgo de obesidad, el 8 % tiene sobrepeso y el 3 % es obeso, según el mismo estudio del Ministerio de Salud.

 

B_PA.jpg

La imagen del cuerpo y de cómo los chicos se perciben, comer exageradamente o no comer, y muchos trastornos de la alimentación están relacionados con el vínculo primario con la madre. ¿Es una madre que, ante el llanto, responde dando de comer? ¿Calma sus ansiedades o las del bebé con comida? ¿Lo alimenta para entretenerlo?

Florencia Sardi

Psicóloga

D_PA.jpg

Si el niño rechaza un alimento, hay que ofrecérselo con otra presentación; no retirarlo de la mesa, sino dejarlo como una invitación. No hay que prohibir, sino ir incorporando alimentos sanos. Hacerlos participar a la hora de prepararlos. Incorporar alimentos saludables en las alacenas y heladeras. Trabajar para que haya cantinas saludables.

Bernardita Brega

Chef y maestra jardinera

 
 
A_PA.jpg

Para prevenir la obesidad infantil hay que educar a los papás para que la familia adopte estilos de vida saludables. Hay que fomentar la actividad física, limitar el consumo de algunos alimentos, gaseosas y jugos; incorporar frutas y verduras, hacer las cuatro comidas diarias y priorizar el desayuno. La lactancia materna también ayuda.

Virginia Canteros

Pediatra y endocrinóloga

C_PA.jpg

Los padres plantean “no tengo tiempo”. Les recomiendo cocinar porciones en mayor cantidad y congelarlas. Se puede cocinar los fines de semana e incorporar a los chicos a esta tarea. Hay que tener alimentos disponibles en casa; otra alternativa son las viandas. Es importante compartir el tiempo de comer en familia.

Natalia Romero

Nutricionista