Claves de la nueva educación

Maestros 2.0: el desafío de crear aulas virtuales

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Aseguran que las potencialidades que ofrecen los entornos virtuales para enseñar son múltiples, y redefinen el rol del docente.

Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín

En la Católica, capacitan a docentes en el uso del entorno Moodle, una plataforma destinada a la enseñanza a distancia. Ahora, para enseñar se usan desde fotos y videos, hasta foros y redes sociales.

 

Luciano Andreychuk

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La Educación 2.0 -que refiere al aprendizaje de tipo colaborativo, mediado por la nueva generación de tecnologías digitales- ya está aquí, y a la par del aula tradicional -aquella con el cuadro de Sarmiento colgado encima del pizarrón negro-, nace y se desarrolla vertiginosamente un nuevo espacio de aprendizaje dinámico y colaborativo: el aula virtual. Los expertos piden no hablar de antonomasias -lo viejo y lo nuevo, lo analógico y lo digital, deben encontrar puntos de convivencia y complementariedad, afirman- pero los cambios son inevitables, sobre todo en las percepciones de los propios docentes. Es ahí donde aparecen los desafíos pedagógicos.

Desde hace unos seis años, la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) trabaja fuertemente en las nuevas tecnologías de la comunicación e información (NTICs). Durante 2011 se realizaron dos cursos de capacitación a distancia, uno para tutores académicos -profesores de esa casa- y otro más general sobre prácticas educativas mediadas por el entorno Moodle (Peemoodle) para docentes de los niveles primario, secundario, terciario y universitario. En este ciclo -que ya está concluyendo, y del que participaron 16 educadores de todo el país y de Brasil- el eje central fue aprender a enseñar y a crear aulas virtuales a través de la plataforma Moodle.

Este entorno de código abierto es el más popular en el mundo en materia de educación a distancia. Ofrece un espacio web de aprendizaje gestionado al cual se puede acceder desde una PC, y también desde dispositivos móviles como celulares. Brinda unas 500 aplicaciones informáticas en forma integrada. La filosofía de Moodle está basada en el constructivismo social de la educación, que enfatiza en la idea de que alumnos y educadores pueden contribuir a la experiencia educativa a través de distintas formas. Es una herramienta informática con fuerte impronta pedagógica.

Otros recursos

“Así como un docente ‘analógico’ dispone de conocidas herramientas para usar en su clase tradicional (consignas en clase, ejercicios o cuadros sinópticos escritos en el pizarrón, etc.), en la construcción de un aula virtual a través de Moodle los educadores aprenden a utilizar un cuestionario web, a dirigir foros de discusión, salas de chat o tareas on line (con powerpoints, archivos de audio y vídeos, redes sociales, etc.). Todos estos recursos están orientados hacia la enseñanza de un tema determinado”, explicó a El Litoral el Ing. Edgardo Lürig, a cargo del Departamento de Teleformación de la UCSF.

Moodle permite también la enseñanza “wiki” -expresión que refiere a la construcción de proyectos de conocimiento colaborativo- además de la integración de fotos, vídeos, lluvias de ideas, blogs. Al ser de código abierto, en Moodle se pueden “enganchar” recursos y aplicaciones -videoconferencias, redes sociales, etc.-. “Con toda esa enorme batería de recursos, el docente puede y debe planificar su clase virtual en función de las características y necesidades educativas de sus alumnos. Esta es una de las claves de la educación a distancia”, dijo el especialista.

Más participación

Pese a que las modalidades de enseñar cambian, el proceso de enseñanza y aprendizaje sigue siendo el mismo. “Éstas son herramientas informáticas, no hay que olvidarse de eso. Ahora el docente en una plataforma virtual asume nuevas funciones, como ser facilitador de conocimiento y hasta moderador. Por ejemplo, en el foro se planea una discusión sobre un tema de clase, los alumnos participan, el docente coordina y modera. Pero el hecho de enseñar y aprender no cambia”, dijo el experto.

“Muchos dicen que la educación a distancia es despersonalizada, cuando en realidad es todo lo contrario. En un entorno virtual los alumnos se involucran más, pierden esos temores a preguntar o a participar que habitualmente aparecen en la clase presencial. En un entorno virtual los alumnos entran, consultan, tienen confianza para comentar y participan en foros. El docente tiene que animarse a asumir las nuevas tecnologías. Pero siempre entendiendo las TICs como herramientas”, cerró Lürig.


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“Lo importante es superar las tecnofobias, y animarse a la educación a distancia, que es otra forma de enseñar”.

Ing. Edgardo Lürig

Dpto. Teleformación (UCSF)