SE REPITE TODOS LOS AÑOS

Grillos: fenómeno estival con el que hay que convivir

Su llegada coincide con el calor, que favorece el ciclo reproductivo. Representan una molestia pero no transmiten enfermedades ni contaminan alimentos. En 10 días podría reducirse la cantidad.

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Paciencia. El grillo no es un “inquilino” deseable para la casa debido a su canto. Pero son inofensivos. Foto: Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvatore

 

Juan Ignacio Novak

jnovak@ellitoral.com

Varios cuentos infantiles y la mitología griega llegaron a idealizar su cadencioso “canto”. También persisten ciertas creencias populares que consideran que su presencia pueden ser sinónimo de buena suerte. Pero la realidad, a menudo más prosaica, señala que los grillos (que nada tienen que ver con aquel simpático personaje que acompañaba a Pinocho en sus aventuras) pueden convertirse en una pesadilla nocturna, sobre todo en estas noches de verano cuando ya las altas temperaturas y los reiterados cortes de luz son un escollo suficiente para conciliar el suelo.

Lo cierto es que la marcada presencia de grillos que se verifica desde hace algunas semanas no es casual. Sino que se trata de una situación que responde a un fenómeno estacional, estrechamente relacionado con el ciclo vital del insecto, que se ve favorecido por el calor y la humedad propias del verano. “Es un fenómeno estacional que se da todos los años”, apuntó el ingeniero agrónomo César Salto, del Inta Rafaela y profesor de la UNL. Y señaló que la sequía de esta temporada no tiene mayor incidencia en el proceso de reproducción, ya que la ciudad y sus alrededores no sufrieron efectos significativos.

Aunque es evidente que son un trastorno por el ruido que generan, sobre todo si logran introducirse en las casas, los grillos son inofensivos para el ser humano. “El problema es solo de molestia y estético”, aseguró Salto. De hecho, a diferencia de otros insectos, no son transmisores de enfermedades ni contaminan alimentos. Y tampoco son potenciales generadores de perjuicios económicos como la langosta. “A lo sumo, puede llegar a producir algún daño en la ropa si logran ingresar en un placard”, apuntó el especialista.

De modo que a este insecto -que suele granjearse más detractores en los ámbitos urbanos que en los rurales- no es necesario combatirlo con las mismas armas con las que se mantienen a raya otros mucho más peligrosos, como el alacrán. Para Salto, lo más recomendable sería un “barrido” concienzudo para impedir que entren a los domicilios. De todas formas, aunque no sería la estrategia más aconsejable, cualquier insecticida de venta libre elaborado para controlar, por ejemplo, a las cucarachas suele ser efectivo también con los grillos.

Un bicho nocturno

El impiadoso “cantito”, que representa la característica más sobresaliente del grillo doméstico, lo producen los machos con la finalidad de atraer a las hembras. La generación la realizan de la siguiente manera: levantan ligeramente sus alas y las frotan una contra la otra. En general lo emiten por las noches, porque es el momento en que emergen de sus madrigueras para buscar alimentos, que por su condición de animal omnívoro van desde restos vegetales hasta de materia orgánica, que puede provenir de otros insectos.

A lo largo del día suelen permanecer ocultos en lugares oscuros y, circunstancialmente en alguna alacena o placard, para comenzar su actividad tras la caída del sol, con la consecuente posibilidad de desvelar a los durmientes en medio de la madrugada. De todas formas, el especialista César Salto aportó un dato tranquilizador: en un plazo que no pasaría de los 10 días tendería a reducirse la cantidad de grillos, por el ciclo propio del animal. Mientras tanto, el consejo es enfrentar con temple el cacofónico sonido. Nada muy grave si se compara, por caso, con el siempre insufrible mosquito.

Corta vida

Hay temporadas, como fue enero de 2008, en que la proliferación de grillos es mayor que otros años. Pero estos insectos aparecen todos los años, sin excepción. Tienen un ciclo de vida que es relativamente corto y es justamente en los meses de más calor cuando se dan las condiciones ambientales adecuadas para la eclosión. Puede ocurrir que la situación se adelante o se postergue de acuerdo a las características de cada verano pero de todas formas siempre acontece.


PARA SABER ///

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1- Se crían en los escondrijos de las casas, especialmente en los lugares cálidos, húmedos y oscuros (sótanos, cocinas, etc.), y en las zonas húmedas de jardines y baldíos.

2-Tienen hábitos nocturnos.

3- Los machos son los que hacen el molesto ruido; son agresivos al momento de proteger su territorio.

4- Son omnívoros: comen de todo (otros insectos muertos, restos de comidas).

5- No son vectores de enfermedades, como sí lo son los mosquitos o las vinchucas.

6- Hasta el momento no se ha comprobado que sus excrementos contaminen alimentos de consumo humano.

7- Pueden dañar (roer) las telas de las ropas (lino, algodón y hasta pieles).

8- Las dos especies más comunes en la zona son el grillo doméstico (que invadió la ciudad) y el grillo topo, presente en el área del cinturón frutihortícola, que causa daños considerables en los cultivos.