Mientras ella agoniza

La hija de Marisa Galiano pidió

que las autoridades la escuchen

Joana Suárez dijo que teme por la vida de los suyos porque todos viven bajo amenazas de muerte, también los niños de la casa.

José Luis Pagés

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La investigación policial ha hecho progresos, pero Joana Suárez (25) describió el cuadro por el que atraviesa su madre como desesperante, y describió el atentado como una represalia de la banda que poco tiempo atrás atacó e hirió gravemente a uno de sus hermanos, un adolescente de 16 años de edad.

Marisa Galiano, internada en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital José María Cullen, recibió un balazo en la cabeza cuando en el amanecer del miércoles 4 su casa de calle Santiago de Chile 1400 fue blanco de un feroz ataque. La policía que apresó a tres sospechosos busca ahora al autor de los disparos.

Joana, quien se hace cargo de sus palabras, “porque después de esto nada peor me puede pasar”, pidió que la autoridad política la escuche, ya que -dijo- “posiblemente algunos no saben que no sólo mi madre estaba amenazada por la banda, sino toda mi familia”.

La joven dijo que esta desgraciada experiencia por la que atraviesan los Suárez-Galiano empezó cuando uno de sus hermanos “se negó a ser reclutado por la banda del Chino”. El chico, como su padre y hermanos, lava coches entre la Seccional 2a. y un local comercial “no quiso ir al frente para hacer maldades”.

El gesto pareció hacer las veces de disparador del conflicto. Como el chico rechazó la oferta la banda comenzó a perseguirlo y el propio Chino -ahora detenido por amenazas- sería quien lo atacó e hirió de bala en la frente semanas atrás.

“Mi hermano se salvó de milagro -recuerda Joana-, porque el plomo que hizo un recorrido por el cuero cabelludo salió por la nuca. Se salvó de morir, pero de todos modos le quedó otro proyectil alojado junto a uno de los pulmones. Entonces mi mamá corrió a la comisaría y denunció al Chino, dos veces”.

“Mi mamá -siguió Joana- denunció al Chino con su nombre y apellido, dijo dónde vivía y cuál era su auto, la marca, el modelo, el color y la patente. Entonces el Chino apareció adelante de nuestra casa y empezó a gritar que si mi mamá no levantaba la denuncia en su contra la iba a matar y que a nosotros nos iba a quemar vivos”.

“Yo quiero que la autoridad nos escuche y nos proteja, porque los presos somos nosotros mientras cualquiera de todos esos siga libre. Tengo ocho hermanos y tengo miedo por los más chicos que son menores de diez años. Yo misma tengo mis hijos chicos y no me salva vivir en otro lado”.

“Desde que pasó lo que pasó esa noche con mi mamá yo no volví a salir del hospital, acá estoy presa como si yo fuera la asesina. Así está toda mi familia, encerrada en distintos lugares, por eso quiero que alguien del poder me escuche”.

A las cuatro y media de aquel miércoles -una semana atrás-, un tal Gustavo -que aún sigue prófugo- derribó a patadas la puerta de los Suárez y entró a los tiros. Luego, una de las balas que atravesó una puerta interna destrozó la cabeza de Marisa Galiano, de 40 años de edad.

Los agentes de la Segunda Zona de Inspección apresaron a los hermanos mellizos del agresor y también al famoso Chino, el individuo que había sido denunciado por Marisa, por las heridas infligidas a su hijo de 16 años. “El Chino no tiró contra mi mamá, él tiró contra mi hermano, fue denunciado y ahí empezó todo”, remarcó Joana.

La mayor de los Suárez respondió a nuestra consulta sobre qué quiso significar con aquello de la banda que “recluta a los pibes del barrio”, diciendo que “eso hacen por la fuerza para usarlos después como quieren. Los usan para cualquier cosa sucia, porque mandan a los más chicos, a los que son menores de edad”.

La hija de Marisa Galiano pidió que las autoridades la escuchen

Joana, desde que su madre fue herida, no se ha movido del hospital. “Acá estoy presa como mi papá y todos mis hermanos, en peligro”. Foto: Danilo Chiapello

Reclutas

La hija de la mujer gravemente herida en barrio San Lorenzo habló de bandas que por la fuerza “reclutan a los pibes -menores de edad-, para mandarlos al frente haciendo la cosa sucia”. Uno de sus hermanos se negó y le pegaron dos tiros. Sobrevivió con una bala alojada junto a un pulmón”. Su madre denunció al pistolero y la casa fue blanco de una feroz represalia.

/// LA CLAVE