Versiones cruzadas

Las denuncias que están detrás de una represalia sangrienta

Las razones de Joana para pedir protección para los suyos contra objeciones que surgen desde el anonimato.

José Luis Pagés

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Joana Suárez, la hija de Marisa Galiano, ya expresó sus razones para pedir protección para los suyos. Es que según se puede ver, la familia cayó en desgracia cuando sus hermanos adolescentes entraron en conflicto con una banda armada del barrio San Lorenzo.

A causa de una bala que le atravesó la cabeza, Marisa Galiano (40) sigue internada en el hospital Cullen y su estado “es muy complicado”, según fuentes consultadas hoy. Mientras, se sumaron otras voces, telefónicas, anónimas, voces que dicen lo contrario respecto de las víctimas, pero nada dicen con relación a los victimarios.

La casa de Marisa Galiano de calle Santiago de Chile al 1400 fue atacada a balazos, por un individuo que permanece prófugo, durante la madrugada del miércoles 4, después de que un tal Chino le exigiera que levantara las denuncias que contra él hizo ella en sede policial.

El tal Chino fue detenido días atrás no en relación con el episodio criminal que dejó a Galiano entre la vida y la muerte, sino por esas amenazas que la mujer también puso en conocimiento de los funcionarios de la Unidad Regional I.

Las denuncias en cuestión, según Joana, tienen relación con las andanzas del llamado Chino y sus secuaces, los mismos que según ella “reclutan pibes para mandarlos al frente, para hacer las cosas, porque son menores de edad”.

Precisamente Joana recordó, al ser entrevistada ayer, que uno de sus hermanos -B.S. (16)- comenzó a ser perseguido cuando se negó a formar en el grupo porque -admitió- B.S. “no es un pibe que se deje arriar”.

Pero en realidad no sólo Marisa Galiano habría denunciado al presunto agresor de B.S. -quien milagrosamente sobrevivió a un tiro en la frente mientras que otro lo tiene alojado junto a un pulmón-, sino que también habría denunciado que su otro hijo J.S. (15) también fue baleado y herido dos veces, en 24 horas.

Es posible que los chicos tengan problemas con la ley y puede que tengan razón algunos lectores que ponen en duda los dichos de Joana; pero también es cierto que nadie se comunicó con nosotros para decir que el Chino y sus muchachos -mayores de 20 años- son todos buenos muchachos.

Sólo nos consta -más allá de los comentarios que desmienten los dichos de Joana o que ponen en duda el comportamiento de sus hermanos- que una mujer, madre de ocho chicos, agoniza y que, previo al ataque, le fue anunciada una represalia sangrienta si no levantaba sus denuncias contra el Chino, presunto agresor de sus chicos.

J.S. (15), hermano de Joana, fue baleado en la pierna derecha en J.J. Paso y San José, la noche del 17 de febrero. Aquel mismo día, otro Suárez (27) -ajeno a ese grupo de familia- fue asesinado en el sector.

Luego, la noche del 19, un tiro dio en el rostro de B.S. (16) y otro en la espalda, mientras que el otro hermano de Joana también ese día resultó herido por segunda vez, ahora en la pierna izquierda.