Iniciativa novedosa

Casas silvestres en grandes ciudades

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Para sus impulsoras, no hace falta alejarse de la urbanización para conectarse con el aire libre y la naturaleza: sólo basta con subir a la terraza.

Techos verdes y jardines verticales son alternativas que permiten trasladar la naturaleza al centro de la ciudad y generar nuevos espacios verdes en fachadas y terrazas de edificios. La Facultad de Agronomía de la UBA impulsa algunas de las primeras iniciativas que se están generando en el país.

 

Al tiempo que en las ciudades se multiplican los edificios y escasean los espacios verdes, en muchas partes del mundo comienza a instalarse con fuerza la “naturación urbana”, un movimiento que promueve la implantación de la naturaleza en medio del cemento, en espacios poco tradicionales para las plantas, como son las fachadas, los techos y las terrazas.

Techos verdes y jardines verticales son algunas de las expresiones más representativas de esta corriente que también se está instalando tímidamente en la Argentina. Para sus impulsores, no hace falta alejarse de la urbanización para conectarse con el aire libre y la naturaleza: sólo basta con subir a la terraza... cubierta por una membrana especial, varios centímetros de tierra y plantas, claro está.

“Proponemos una urbanización sostenible, más amigable con el ambiente”, dijo Emiliana Sánchez, quien se dedica a difundir la “naturación urbana” en la ciudad de Buenos Aires junto a Cinthia Quinto García. Con 26 años de edad y sus títulos de ingenieras agrónomas recién obtenidos, ellas se embarcaron en un proyecto para construir techos verdes, una práctica que tiene poco desarrollo local, pero que en otros países ya cuenta con experiencias exitosas.

Campo y ciudad

“Cuando hacía un curso de mantenimiento y diseño de jardines en la sede de Jardinería de la Facultad de Agronomía en la UBA (FAUBA), escuché que se estaban realizando las primeras experiencias sobre este tema en el país. La idea me gustó porque era fuera de lo común, y le propuse a Emiliana, que fue compañera mía en toda la carrera, hacer un proyecto. Así nos lanzamos”, recordó Cinthia, a referirse al origen de su empresa InaWasi (“casa silvestre” en lengua quechua), que cuenta con el apoyo de la incubadora de empresas de la FAUBA, IncUBAgro.

“Además de mejorar la calidad de vida de las personas, la construcción de un techo verde permite reducir la temperatura del edificio en verano, y ayuda a disminuir el consumo eléctrico y las emisiones de gases de efecto invernadero. También mejora la calidad del aire y retrasa el escurrimiento del agua de lluvia”, destacó Emiliana.

En países como Bélgica, Alemania, Canadá y México estas experiencias que implican la posibilidad de trascender los espacios habitualmente reservados para la naturaleza en la ciudad (como parques, jardines y arbolados), también incluye la construcción de edificios y vías verdes para mejorar la calidad de vida de las personas y “amigar” al cemento con el ambiente.

Con 26 años de edad y sus títulos de ingenieras agrónomas recién obtenidos, ellas se embarcaron en un proyecto para construir techos verdes, una práctica que tiene poco desarrollo local, pero que en otros países ya cuenta con experiencias exitosas.

Ampliando los horizontes

Como la “naturación urbana” aún tiene poco desarrollo en la Argentina, Emiliana y Cinthia buscaron el asesoramiento de IncUBAgro. Allí se capacitaron con profesionales y establecieron sus primeras alianzas para avanzar. “Ya conformamos un equipo, diseñamos una marca, realizamos un primer techo y tenemos varios clientes potenciales”, dijo Emiliana.

Ahora el horizonte se amplió: Recientemente el proyecto fue seleccionado por el British Council y la Fundación Vida Silvestre para integrar una red de jóvenes emprendedores con potencial para realizar proyectos orientados a mejoran el medio ambiente, extendida en 60 países. “Si bien se entregan dos premios en dinero, lo más importante del reconocimiento es la posibilidad de integrar una red global de emprendedores”, explicó Emiliana. “Ya estamos intercambiando experiencias e ideas con una chica de China que hace techos verdes en Shangai, y con otra de Colombia, que dirige un centro de arquitectura sostenible”, se entusiasmó.