Era madre de nueve hijos

Murió la mujer herida en su

casa de barrio San Lorenzo

Marisa Galiano fue baleada en la cabeza cuando un forajido ingresó a su casa el 4 de abril, con intención de acallarla para siempre.

José Luis Pagés

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Al cabo de un mes de agonía falleció en el hospital Cullen, adonde ingresó inconsciente y con una herida de bala en la cabeza, Marisa Galiano. El deceso de esta mujer, madre de nueve hijos, fue registrado hoy, a las 4.30.

Un proyectil que ingresó por uno de los ojos de Marisa atravesó el cráneo y provocó daños cerebrales de carácter irreversible.

La mujer cayó herida en un desesperado intento por evitar el ingreso de uno de los miembros de una banda que había prometido matarla a ella y a toda su familia.

Tras protagonizar aquel episodio criminal, el tiroteo en la casa de calle Chile al 1200 donde vivía Marisa Galiano, ese individuo conocido por el nombre de Gustavo, fugó.

El pedido de captura que la Justicia libró para él no se hizo efectivo hasta el día de hoy, pero uno de los hermanos de este Gustavo sí fue detenido por las amenazas vertidas contra Marisa.

La mujer había denunciado al Chino -el detenido- como al hombre que disparó e hirió en el pecho y en la cabeza a uno de sus hijos, quien hasta el día de hoy tendría un proyectil alojado junto a un pulmón.

Luego, este Chino que también se domicilia en calle Chile pero al 1600 se plantó en la calle y ante la casa de los Suárez prometió la más terrible de las venganzas, recordaron los familiares de Marisa.

Pero la mujer -tenía 43 años-, no se desdijo y por el contrario denunció al Chino una vez más en la Subcomisaría 10a. del barrio San Lorenzo.

A las autoridades de gobierno

Ahora Joana, en medio del dolor que la embarga, coincidió con sus tíos maternos a la hora de reclamar que se haga justicia con el asesino y sus secuaces.

Por otra parte, la hija mayor de Marisa reiteró su deseo de exponer el caso que compromete la seguridad de la familia ante el ministro de Seguridad o el propio gobernador.

Joana insiste con esa solicitud porque según ella -de acuerdo con todos los suyos- el matador de su madre sigue en el vecindario y parece que los únicos que no lo ven son los policías.

“Ese Gustavo, ronda a mis hermanos todos los días, a cualquier hora se aparece para burlarse y amenazarnos”, aseguró la joven que su vez es madre de tres niños.

“El único detenido es el autor intelectual del asesinato de mi mamá o sea, el que a mi hermano le tiró dos tiros para matarlo y yo creo que en cualquier momento estará libre”.

Joana piensa además que porque uno de sus hermanos adolescentes fue tiene conflictos con la Ley, la Justicia es indiferente a sus reclamos.

“Todos estamos amenazados de muerte. Si nos prometieron que nos quemarían la casa con todos adentro, mis cuatro hermanos menores de 14 años corren peligro, también mis hijos”, argumentó.

A lo largo del mes de investigación, algunas versiones permiten pensar que otro hermano de Joana de 15 años, estaría señalado como copartícipe del trágico incidente.

Luego, otro hermano adolescente fue detenido en el mismo lapso por su presunta responsabilidad en un caso de robo y tentativa de homicidio.

Este adolescente que se encuentra disposición de la Justicia de Menores fue privado de la posibilidad de ver a su madre antes de morir. “Ahora, sólo podrá verla en el cajón”, lamentó una de sus tías.

Graciela y Jorge, hermanos de la mujer fallecida, deploraron que después de extensas tratativas recién hoy -demasiado tarde-, el menor obtuvo el permiso para visitar a su madre.

Mientras tanto, insistió Joana, “el matador de mi mamá se pasea por el barrio y nadie dice nada porque ésos manejan dinero... y son hijos de un policía”.

“Mi casa quedó en el medio de una zona liberada y eso es lo que quiero decir a las autoridades porque amenazados estamos todos, también los más chicos”.

Murió la mujer herida en su casa de barrio San Lorenzo

“Mi mamá había denunciado al hombre que hirió a mi hermano y por eso nos amenazaron, dijeron que nos iban a quemar a todos”, dijo hoy Joana Suárez ante las puertas del hospital. Foto: Danilo Chiapello